Régalame un beso © (TERMINADA Y COMPLETA)

Parte 34 - Revelaciones

Capítulo 34

Revelaciones

Había estado durmiendo la mayor parte del día. Me levanté y fui a la cocina. Las náuseas habían pasado. Cuando entré, Shannaya estaba sentada en la mesa y se levantó.

–¿Cómo has podido hacerme esto? —Estaba destrozada y con los ojos rojos de tanto llorar. Recordé todo lo que había pasado la noche anterior y me llevé las manos a la cabeza.

—No, no, Shannaya, no es así —me acerqué a ella.

—Vas a negar que tú y Jeremy no os besasteis en la fiesta, he visto vuestra foto en todas las redes sociales. La fiesta del año —resolvió irónicamente.

—Shannaya, nunca te engañaría. No es lo que piensas, lo juro. Por favor, déjame explicarte. Te lo ruego, escúchame —las lágrimas inundaron mis ojos. No podía dejar que se sintiera así por mi culpa. Toda la historia estaba ahora aplastando a más gente y no iba a permitir que eso ocurriera.

Shannaya volvió a sentarse. Suspiré. Al menos me daba la oportunidad de explicarme, que era más de lo que merecía.

—Sé que lo que voy a contarte es absurdo, pero te pido, por favor, que me escuches hasta el final. Te lo contaré todo, absolutamente todo. Pero, por favor, confía en mí.

Mientras le decía estas palabras, pensé en lo que me había dicho Daniel. Ahora estaba pidiendo a alguien que me diera la oportunidad de explicarme, cuando momentos antes había negado esa misma posibilidad a otra persona. Un sentimiento de culpa me invadió. Empecé a contarle a Shannaya toda la historia, desde las sospechas, el trabajo con Steven, todo, absolutamente todo. Y también le conté lo que había pasado anoche en casa de Daniel. Me miró completamente sorprendida.

—¿Estás embarazada? —¡Joder! De todas las cosas que le había contado, eso había sido lo único que me había preguntado. Al parecer, era el tema de moda.

—No lo sé. Puedo estar. Todavía no lo he confirmado —dije con sinceridad.

—Hay que comprar una prueba y averiguarlo con seguridad. No puedemos esperar más —dijo. Me cogió las dos manos sobre la mesa—. Siento haber desconfiado de ti. Cuando vi la foto... —Miró hacia abajo, avergonzada.

—No te disculpes conmigo, por favor. Me siento como una mierda. Soy yo quien tiene que pedirte disculpas. No tenía por qué involucrar a Jeremy en esta historia, y mucho menos a ti, o a cualquier otra persona. Mira lo que he hecho, he dejado daños por todas partes —las lágrimas me corrían por la cara.

Se levantó, ha venido a mi lado de la mesa y me dio un abrazo. Agradecí, en mi mente, su afecto. Al cabo de un rato, empezó a reírse a carcajadas. Me pilló sin saber qué decir.

—Lo siento, ahora que pienso en todo lo que has dicho, intento imaginarme lo de Jeremy y me parto de risa solo de pensarlo. Eso fue muy perspicaz. Está muy loco ese cabrón. —Yo también empecé a reírme.

—Cállate, me quedé un poco aturdida. Pero no te preocupes, ya se ha disculpado conmigo por el loco plan. No creo que se acuerde. Después del susto que nos llevamos, solo quiero olvidarlo y enterrarlo.

Las dos empezamos a reírnos a carcajadas.

—Ve a arreglarte. Salgamos a comprar pruebas de embarazo en la farmacia. —Ahora estaba seria, pero su rostro seguía siendo delicado y alegre. Me gustaba verla tranquila de nuevo, y me dolía el corazón pensar que había sufrido durante mucho tiempo por mi culpa.