Treinta y dos

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Miriam

- Sí, por supuesto, ahí me tiene en quince minutos.-respondí rápido y nerviosa.

Mimi por contra se separó de mi cuello en cuanto escuchó esas palabras y frunció el ceño. 

- ¿A dónde vas a ir?-preguntó confusa.

- A comisaría, dice la inspectora que el caso prácticamente está cerrado, me ha pedido que vaya para que me expliquen todo lo que han esclarecido.-expliqué.- Debería llamar a Inés y contarle esto.-añadí mientras buscaba el contacto de Inés en la agenda.

Mimi se incorporó en la cama y mientras llamaba a Inés acariciaba mi hombro. Un tono, dos tonos, tres tonos, así hasta 27 veces. Nada. No lo cogió. Me sorprendió. Volví a intentarlo, pero nada. Aunque aquello me dejó pensativa, no podía entretenerme demasiado. Debía ir a la comisaría.

- No me lo coge, bueno, después lo volveré a intentar.-dije saliendo de la cama a toda prisa.

Me puse la ropa del día anterior en tiempo récord bajo la atenta mirada de Mimi. Ella, tras verme completamente vestida, salió de la cama y se puso un chándal gris junto una sudadera negra.

- ¿Quieres que te acompañe?-preguntó apoyándose en el armario.

- No hace falta, supongo que no será mucho rato.-dije acercándome a ella. 

La notaba algo diferente, incluso algo distante. Me puse frente a ella, le acaricié la mejilla provocando que me mirase.

- ¿Qué pasa, Mimi?-pregunté frunciendo el ceño.

Bajó la mirada y trago saliva. 

- ¿Volverás?-preguntó con cierto temor.

- Si tú quieres, sí, pero ¿Qué pasa?-insistí sin entender del todo aquel cambio repentino de actitud.

Alzó la vista de nuevo, mirándome fijamente. No había rastro del brillo de anoche, ni tampoco de esa sonrisa arrebatadora. Veía ápices miedo en su mirada.

- No quiero que vuelvas a desaparecer.-confesó haciendo una mueca con la boca.

- No voy a volver a irme.-respondí pegando su frente a la mía.- En cuanto salga de comisaría te llamo y si quieres, nos vamos a comer juntas al restaurante que tú elijas, ¿vale?-añadí con dulzura.

Asintió sin estar del todo convencida.

- Esta vez prometo no hacer bomba de humo, pase lo que pase.-dije acariciando su cuello.

Me me miró, se mordió el labio inferior con nerviosismo y sin que lo viera venir, estampó sus labios sobre los míos. Correspondí encantada el beso e intenté transmitirle calma mediante este. Nos separamos y una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.

- Me voy, bonita, pero en nada vuelvo, ¿sí?-dije acariciando de nuevo su mejilla.

- Ten cuidado, por favor.-respondió dejando un beso sobre mis labios.

Asentí cuando nos separamos y me fui del piso de Mimi.

Mimi

Se marchó y no pude evitar sentir una inquietud removerme por dentro. Tenía miedo a volver lo que había padecido la semana anterior. Suspiré y fui hacia la cocina, donde me preparé el café. Mientras este caía de la cafetera e impactaba en el fondo de la taza, no paraba de darle vueltas al día anterior. Realmente habían pasado tantas cosas en apenas unas semanas... Hasta aquel momento había aguantado, había sufrido pero había comprendido. Aunque necesitaba que todo se normalizase y poder disfrutar con Miriam sin que algún suceso sorprendente entorpeciera el momento. 

BANDERA BLANCA - Miriam²Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin