Capítulo 17

2.5K 184 0
                                    


Erick Colón

Es imposible concentrarme cuando tengo la polla dentro de la boca de Leilany, la chica sabe como hacer una jodida mamada. Estoy sentado en el sofá mientras que ella está arrodillada frente a mi, su lengua ejerce presión en mi glande, llevándome a la gloria. Y cuando succiona justo en esta zona sé que no tardaré en venirme, una de mis manos toma su cabello con algo de fuerza para indicarle que, por favor, no tenga los movimientos en ese punto.

—Amor, voy a correrme... Si no quieres que lo haga en tu boca aléjate, por fa.— digo cerrando los ojos con fuerza, desearía estar mirándola cuando me vengo pero me sería imposible.

El placer es inmenso.

Suelto un gemido con su nombre en el momento que me siento estallar, tres líneas de mi esencia llenan su boca. Su garganta se cierra por acto reflejo, tragándose el semen como si nada.

No obstante, siseo adolorido cuando sus labios no quieren abandonarme.

—Hey, beba... — digo tomando su rostro con mis manos—. Ven acá...

Ella se levanta para poder besarme, sus labios se sienten ligeramente salados debido a mi semen. Debería de estar asqueado pero probarme en su boca es una sensación deliciosa.

Empiezo a recostarla en el sofá pero es entonces cuando su teléfono vibra y ella se separa de mí.

—¡La entrevista! — exclama buscando el control de la televisión.

¿En serio?

Yo tenía planes más creativos...

Me toca acomodar mi ropa y sentarme adecuadamente el sofá, indignado.

—¿No estás emocionado? — pregunta sonriente mientras enciende la televisión y busca el canal.

—Ni te imaginas cuando. — murmuro sarcástico.

Que no me malinterprete, si lo estaba, pero hacerle el amor me resultaba mucho más tentador...
Al fin y al cabo, la entrevista ya la sabíamos de memoria ya que éramos los protagonistas, ¿no?

Ella se acomoda a mi lado, apoyando su cabeza en mi hombro para ver a un par de presentadores que están dando paso a la entrevista.

Verme en la pantalla nunca ha sido mi pasatiempo favorito pero Leilany parece muy feliz con esa simple acción. Yo por mi parte, no puedo hacer más que mirarla a ella.

—La entrevista está al frente. — dice burlona.

—Tú eres más interesante...

—Yo también estoy al frente. — sigue burlándose.

Bien, señorita lista, vamos a ver quien de burla ahora...

Dejo un suave beso en su frente para distraerla del movimiento de una de mis manos, ella parece darse cuenta de todos modos pero no dice nada. Esta se cuela entre sus piernas y poco a poco por debajo de su ropa, me da una mirada en forma de reclamo pero sigue sin pronunciar palabra.

Mis dedos acarician sus húmedos pliegues y una sonrisa se forma en mis labios al saber que la tengo tan mojada. Sigo vacilando, burlándome de ella tal y como lo hacía conmigo minutos atrás. De una forma más torturosa, por supuesto.

De sus labios se escapa un gemido cuando mis dedos tocan su clítoris, haciendo pequeños círculos a su alrededor, ejerciendo la presión suficiente para llenarla de placer.

—Erick... — intenta reclamar, pero más bien suena a un placentero gemido—. Para...

—¿Quieres que me detenga? — pregunto mientras cambio la dirección de estos, haciendo pequeñas líneas de arriba a abajo.

—Si...

—Uhm... Creo que tu cuerpo no dice lo mismo. — susurro llevando uno de mis dedos a su entrada, comprobando que está mucho más mojada que hace tan solo segundos—. Estás tan cachonda por mi, amor...

Mi dedo se desliza dentro de ella, ambos jadeamos. Yo por la increíble sensación de sentirla tan cálida y mojada alrededor, ella porque sabe que lo que le sigue será increíble.

El segundo dedo no tarda en llegar, empiezo a penetrarla con estos, con un sinople mete saca.

—Linda, la entrevista. — me burlo al verla con los ojos cerrados.

—Que le jodan a la entrevista. — dice jadeante, sus caderas empiezan a moverse buscando más fricción y yo no tardo en darle lo que quiere.

Todo sería más fácil si fuera mi polla la que estuviera dentro de ella y no mis dedos.

Pero bueno... Podemos conformarnos.

—Erick, pro favor... — suplica atrapando su labio inferior con sus dientes.

—Córrete, amor... — digo en cuanto encuentro su punto G, golpeando allí varias veces con mis dedos.

Ella gimotea retorciéndose de placer, corriéndose en mis dedos tal y como le indiqué. Sus piernas tiemblan alrededor de treinta segundos, el tiempo que perdura su orgasmo.

—Eso es. — digo dando un beso en su mejilla, saco mis dedos de ella y los llevo a mis labios para chuparlos y saborear su propia esencia—. Estás exquisita, amor.

—¿Puedes besarme? — pregunta abriendo sus ojos, todavía se encuentra un poco aturdida y sé que si la beso solo se perderá más—. Por favor...

—Amor, creo que...

Sus manos toman mi rostro y estampa sus labios con los míos en un intenso beso, seguramente está saboreando su dulce sabor de mis labios tal y como yo hice hace minutos.

Cuando nos separamos del beso miramos en dirección a la televisión, viendo como varias personas se encontraban comentando nuestra entrevista. Todas las críticas eran buenas, dándole a Leilany un título como una de las mejores periodistas por lograr esa exclusiva.

—Lo mejor aún está por venir. — susurré con una sonrisa maliciosa en los labios.

Magnate Colón Where stories live. Discover now