Capítulo 19

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Erick Colón

Ver sus tristes emociones cuando la dejé sola en casa me partieron el corazón, su mirada me gritaba que me quedara. Pero no, ella se negó a decirlo.

Me excusé de la forma más tonta posible, ¿se supone que creyó que tenía asuntos pendientes a estas horas de la noche?

Era un chico ocupado, pero tampoco tanto...

Necesitaba aclarar un par de cosas con la prensa para que no le hicieran la vida imposible de ahora en adelante. Esto jugaría en mi contra cuando anunciase nuestra relación. Tal vez mi plan se estaba yendo a la mierda por estas pequeñas cosas.

-Buenos días a todos. - saluda Fiamma a primera hora del día siguiente, con ella ya somos cinco en la sala-. ¿El Magnate Vélez no ha venido?

-Creo que está en Marbella. - dije haciendo memoria-. Lo mencionó en una de las anteriores reuniones.

-Ah, no es como si prestara atención a todo lo que se dice. - murmuró la italiana dejándose caer en una de las sillas.

-Un momento, si Vélez no está no puede firmar el acuerdo. - dijo Richard poniendo los ojos en blanco-. Somos unos idiotas, estamos aquí perdiendo el tiempo.

-¡Oye! Habla por ti. - digo frunciendo el ceño, si va a llamar idiota a alguien que sea a sí mismo no a mí.

Él está a punto de decir algo al respecto pero la puerta es abierta, todos miramos en esa dirección para ver a la prometida del Magnate que estaba ausente.

Caminó hasta el asiento que estaba libre, asegurándose que sus tacones pisaran el suelo con firmeza.

-Disculpen la demora. - murmuró en cuanto se sentó, Fiamma puso los ojos en blanco al tiempo que se cruzaba de brazos.

Esto sería divertido.

-¿Qué haces tú aquí? - cuestionó Zabdiel, la tan ansiada pregunta que todos nos estábamos haciendo.

-Como Chris no está me pareció buena idea venir en su lugar. - respondió sonriente.

-Si eso es una buena idea entonces no me quiero imaginar las malas. - dijo Fiamma por lo bajo, Joel se aclaró la garganta para evitar reírse y yo tuve que morder mis labios por la misma razón.

La tensión entre estas dos mujeres era impresionante. Tal vez algún día llegue a entender que pasa entre ellas.

-¿Perdona, has dicho algo? - preguntó alzando una de sus perfectas cejas.

-He dicho que si esa era una buena idea no me quiero imaginar las malas. - repitió alto y claro, al tiempo que la retaba con la mirada.

-Chicas, chicas... ¿Podemos proceder a las firmas? - preguntó Richard sacando los documentos de su carpeta-. Tengo más trabajo que hacer que estar aquí viéndolas discutir.

-Tiene razón, señor Camacho, una disculpa de mi parte. - pronunció la prometida de Chris, Fiamma se limitó a soltar un bufido.

Todos firmamos, ya sabiendo de que iba el trato, lo que no tenía muy claro era de sí ella podía firmar por Christopher. Al fin y al cabo, todavía no estaban casados y no creo que su firma llegue a tener valor en el mundo de los negocios.

En fin...

-Nos vemos por la noche en el departamento de Zabdiel. - dijo Richard en cuanto se levantó -. Tengan buen día.

-Siempre en el mío. - protestó el recién nombrado-. Así es que está todo hecho un desmadre, voy a tener que pagarle doble a las chicas que se encargan de la limpieza.

-Aunque lo hagas no te vas a quedar en la ruina. - murmuro divertido.

Fiamma me agarra por un brazo y me lleva consigo fuera de la sala.

Joel, socorro.

-¿Me explicas por qué le has dejado firmar a esa?

-¿Y qué querías que hiciera? - digo alzando mis cejas-. Es la prometida de Chris, tenemos que respetar un poco...

-¡Y una mierda! - exclama-. Erick, date cuenta... Esta chica solo está trayendo problemas, tiene una gran cantidad de personas en la prensa que se encarga de difundir mierdas de nosotros.

-¿Qué? - pregunto atónito, tal vez estoy empezando a entender porque Fiamma no se comporta con profesionalidad con ella-. Entonces...

-Ella actualmente está demasiado centrada en arruinar la carrera de Leilany, empezó conmigo pero tanto Joel como yo fuimos rápidos en pararle los pies. Vosotros sois todavía muy jóvenes pero no inexpertos.

-¿Qué me estás queriendo decir?

-Tú no eres más tonto solo porque no entrenas. - dice molesta.

Bueno, razón no le falta.

Aún así, ya he tenido suficiente con que Richard me insultara.

-Erick, si amas a esa chica hazlo de verdad... No dejes que estas cosas os separen. - murmuró soltando un suspiro-. En la industria por la que te mueves, las personas te van a querer por lo que tienes, por ser el Magnate Colón. Ella te quiere por ser Erick, lo demás solo es un extra.

-Te has puesto sentimental, italiana. - intento burlarme, pero el tono divertido no está en mi voz porque sé que tiene razón.

Magnate Colón Where stories live. Discover now