Capítulo 1

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Erick Colón

Estaba llegando tarde a la reunión con los magnates, era más que consciente de ello pero necesitaba hacer una entrada triunfal que los dejara a todos con la boca abierta.

Eso lo saqué de alguna película así que por imitarlo no pasará nada.

Voy abotonado con lentitud los botones de mi camisa mientras me miro al espejo, en cuanto termino con esa acción tomo una americana para vestirla. Peino mi cabello hacia atrás y echo un poco de perfume en mi pecho.

—Allá vamos, Erick. — me hablo a mí mismo mirándome en el reflejo del espejo.

No estaría en esta situación si no fuera por Fiamma, esa italiana tiene madera para los negocios y para todo lo que se proponga porque sabe muy bien como utilizar las palabras correctas para convencer a alguien.

Había decidido seguir adelante con lo de Joel y yo no era nadie para juzgarla, se notaba que había amor entre ellos dos.

Sacudo mi cabeza para alejar los pensamientos de ellos dos y me dispongo a salir de casa. La empresa de Joel no queda muy lejos pero la entrada de esta está abarrotada de periodistas buscando una exclusiva.

—¡El Magnate Colón! — escucho el grito de uno de ellos y sé que tengo que correr si quiero llegar con vida a esa reunión.

Apresuro el paso pero de inmediato este se ve interrumpido por una marea de gente con micrófonos extendidos hacia mí y varias cámaras grabándome.


—¿Nos puede confirmar el asociamiento de negocios entre Italia y Estados Unidos?

—¿Formará usted parte de él?

—¿Es cierto que Fiamma y Joel están en una relación?

Oh vamos, ¿en serio eso le interesa a alguien? Es su vida privada, no deben de mezclar eso con la laboral.

Me abro paso entre la multitud y camino hasta la entrada con ellos siguiéndome de muy cerca.

—Por favor, señor Colón... — murmuró una joven mientras hacía un puchero con sus labios—. Responda a algunas de nuestras preguntas.

Abro la puerta pero no entro al edificio, me detengo un momento y volví hacia ella. Me quedo mirando a esa muchacha por más tiempo del necesario así que opto por carraspear y adoptar una pose más profesional.

—¿Cuál es tu nombre? — pregunto en su dirección, ella alza sus cejas sorprendida y no duda en responder.

—Leilany Silver, para el programa Socialité de Telecinco. — dice con una sonrisa en los labios.

No puedo evitar sorprenderme, si mal no recuerdo es uno de esos programas de chisme y cotilleo de famosos que hay en España.

¿Ha viajado desde allí sólo para tener una exclusiva conmigo?

Sería pecado no dársela.

—Leilany, pásate mañana por mi empresa y responderé a todas las preguntas que se estén pasando por tu mente. — doy un leve asentimiento en su dirección antes de entrar y cerrar la puerta tras mi cuerpo.

Yo, el mismísimo Erick Colón que nunca le da minutos de su tiempo a los reporteros, acaba de decirle a una periodista que se pase mañana a su empresa para responder a toda.

Ja, suena para nada creíble.

"Dove sei?" miro el mensaje que me envió Fiamma hace más de diez minutos preguntándome donde estaba, doy por hecho que han empezado sin mi así que no me queda otra que subir las escaleras a toda prisa para ir a la sala de reuniones de Joel Pimentel.

Para mi buena suerte, nadie pregunta ni hace ningún comentario. Al contrario, parecen verse muy conformes con mi presencia.

La reunión fue de lo más exitosa, hasta Fiamma y Joel se comieron la boca y se declararon amor eterno (o eso quiero creer).

—¿Qué mantiene tu mente ocupada? — preguntó Christopher en cuanto salimos de la sala y dejamos a los dos tortolitos en su burbuja de amor.

—¿Por qué lo preguntas?

—Porque es obvio que hay algo jodiéndote la mente. — dijo riendo—. Eres muy joven y todavía no sabes disimular, Colón.

—Bien, bien. — pongo los ojos en blanco en fingida molestia—. ¿Te suena de algo el nombre de Leilany Silver?

Su expresión es de clara confusión.

—No, ¿quién es?

—Una periodista, estaba fuera en cuanto llegué y...

—Espera, espera, espera. — es rápido en detenerme—. ¿Y por qué cojones yo tendría que saber de la existencia de esa mujer?

—No lo sé, Vélez... No me fastidies.

—Como sea... ¿Qué pasa con ella?

—Le dije que mañana respondería a todas sus preguntas.

—Estás jodidamente loco. — murmura con diversión—. Te deseo suerte en la entrevista porque la vas a necesitar. A ella le pagan por interesarse por tu vida, no lo olvides.

Ay no, este cree que me enamoré a primera vista... Lo que me faltaba.

—Y yo estoy dispuesto a que le paguen si hace bien su trabajo, no veo el problema. — me encojo de hombros—. Tengo que ir a mi empresa para ajustar la agenda en el día de mañana, esto no estaba planificado así que ahora tengo que mover un par de cosas.

Me despido de él para después abandonar la empresa del Magnate Pimentel y dirigirme a la mía.

Todas las personas allí presentes me dan la bienvenida nada más ingresar, les sonrío brevemente antes de subir a mi oficina.

—Jodida mierda. — escupo al ver que mañana es un día bastante ocupado, empiezo a mover reuniones y demás trabajos para otros días.

Si mañana solo me puedo dedicar a esa jovencita no veo inconveniente.

Cuando me quiero dar cuenta de lo que estoy haciendo ya tengo el celular en las manos y el nombre de ella en el buscador de Instagram, su perfil está público por lo que me permito echar un ojo a sus publicaciones.

—Estudiante de periodismo. — leo en su biografía.

Genial, ni siquiera tiene su carrera hecha... Aunque soy el menos indicado para hablar de carreras.

¿Entonces por qué se encontraba ya trabajando si aún está estudiando para poder ejercer más tarde?

Oh, Leilany... Mañana no sé quién le hará la entrevista a quien.

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