Capítulo 3

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Erick Colón

¿A qué estábamos jugando?

¿A quién de los dos miente más?

¿O a quién de los dos miente mejor?

—¿Me has investigado? — pregunta alzado una ceja, parece incrédula ante la situación pero todavía no ha entrado en pánico.

—Sabes la respuesta a esa pregunta así que no voy a contestar. — murmuré divertido.

Sabía que tenía razón, legalmente no podría estar dirigiendo una empresa pero nadie ahora se atreverá a decir nada al respecto.

Quiero imaginar que su situación es similar porque sino el mundo estaba yendo de mal en peor.

—No tenías ningún derecho a hacerlo.

—Tú sabes muchas cosas de mí, me parecería injusto que yo solo supiera lo que tú quieras contarme. — respondo encogiéndome de hombros—. Estamos a mano, Leilany.

—No puedes comparar estas situaciones, tú eres alguien conocido mundialmente... Es normal que las personas sepan cosas de ti. — contraataca.

Joder, como se nota que es periodista.

Me decido por no alargar la discusión con la chica de mi edad, se nota que tiene facilidad de palabra y podríamos pasarnos hasta horas debatiendo sobre un mismo tema.

—Leilany, te quedan veinticinco minutos de entrevista. Espero que los puedas aprovechar con cosas útiles, después tengo una importante reunión a la que no debo fatal.

"Importante"

En realidad sólo son un par de asuntos a tratar con Fiamma D'Altrui.

No nos llevaría demasiado tiempo.

—Bien. — la veo apretar sus dientes, es más que obvio que no está conforme—. ¿Cuál es tu próximo proyecto?

—Ahora mismo estoy involucrado con una socia de Italia, tenemos un acuerdo entre cinco de los magnates más importantes de Estados Unidos y ella.

—Ese "ella" es la señora D'Altrui.

—Señorita. — corregí alzando una ceja, tan sólo eran un par de años mayor que ella así que el término "señora" no era del todo correcto.

—Si, bueno, esa misma. — infla sus mejillas por escasos segundos antes de volver a mirarme—. ¿Planes cara el futuro?

—Tengo un par de tratos por cerrar, nada del otro mundo... Creo que lo esencial ahora es mantenerse para después volver a impulsarse.

En realidad, lo esencial siempre es ascender. Pero necesito sonar lo más humilde posible o sé que me va a reclamar.

Puedo asegurar que está buscando la ocasión perfecta para volver a cargar contra mí así que necesito ser correcto en todo momento.

—Quiero creer que todo legal.

—Por supuesto, y aunque no lo fuera... ¿De verdad crees que te lo iba a confesar así como así?

No es algo que me preocupe, todos mis negocios son legales así que no tengo que temer por una simple periodista.

Pueden sacar los rumores que quieran pero no es verdad.

Nunca hice negocios ilegales ni tratos con personas que estuvieran implicadas en algo así.

—Tú tan querido amigo, el Magnate Pimentel, si hizo de esos negocios así que no veo la razón por la que tú no los harías.

—Joel se deshizo de todo eso en cuanto se dio cuenta de que estaba cometiendo un error.

—¿Él se dio cuenta? — preguntó irónica—. Tú sabes mejor que nadie que eso no ha sido así.

—¿Crees que yo he tenido algo que ver? — cuestiono burlón, sé que no sé refiere a eso pero admito que me encanta jugar con ella de esta forma.

—¡No! Fiamma es la clave en eso.

—Interesante, mi entrevista ahora gira en torno a Joel y Fiamma.

—Nos fuimos de tema, lo lamento.

De todos modos, no es como si esta fuera una entrevista formal. La joven saber aprovechar los minutos que le quedan con preguntas que cualquiera pagaría por saber la respuesta, al fin y al cabo... Es una buena periodista.

Y como no, faltaba la típica pregunta que todavía no se había atrevido a hacer.

Su nariz se arruga antes de soltar un suspiro y mirarme a los ojos.

—¿Estás saliendo con alguien? — pregunta—. Eres muy joven y no se te ha visto nunca involucrado con nadie pero...

—Pensé que yo tenía que responder a la pregunta. — me burlo al darme cuenta de que ella ha intentado excusarse—. No estoy saliendo con nadie, estoy centrado en mi trabajo y no dispongo del tiempo necesario para tener pareja.

—Oh, vaya.

—¿La pregunta era para Socialité o querías saber tú la respuesta? — pregunto divertido, no me voy a cansar de meterme con ella.

—No molestes, sabes que a mí no me interese en absoluto.

—¿Por qué no iba a interesante? — me cruzo de brazos—. Todos sentimos siempre curiosidad sobre algo o alguien, en cuanto a las personas conocidas puede que incluso más.

—Yo no me refería a eso si no a... Olvídalo. — dice sacudiendo su cabeza.

Ah, claro... Lo típico de que alguien como yo nunca se fijaría en alguien como ella.

Pues no, probablemente no.

Pero bueno, porque a nosotros los (por así decirlo) personajes públicos odiamos a todos los de su profesión por el simple hecho de hacernos la vida imposible.

Ella era guapa, si hablamos de lo físico. No soy de esas personas a las que únicamente les gusta un "prototipo".

Leilany era preciosa, quien no viera eso es que no tenía ojos en la cara.

Su carácter era bastante chocante con el mío, ambos buscamos tener la razón de todas las formas posibles. Pero aún así, creo que podría ser divertido...

Un golpeteo en la puerta hace que ambos miremos en aquella dirección, mi secretaria entra a la oficina y nos regala una sonrisa.

—Señor Colón, la señorita D'Altrui lo está esperando. — anuncia.

Leilany es rápida en levantarse, se nota que está dispuesta a irse... ¿Pero quien dijo que yo se lo iba a permitir?

Magnate Colón Where stories live. Discover now