Capitulo 29

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Noviembre 2015.

     –No lo sé, es demasiada gente. No...No puedo. –Dijo Anthony con un gran pánico dibujado en su rostro.
     –Te entiendo chico, pero apenas toques esas cuerdas te olvidaras del miedo en tu cuerpo.
     –¿Y si olvido la canción o si me equivoco? –La inseguridad se notaba en todo su cuerpo.
     –Hagamos algo.
     –¿Qué?
     –Sólo salgamos al escenario, cierra tus ojos y volvamos a tocar 21 guns como ese día, sólo imagina que estas en un gigantesco bar con muchísima gente.
     –No creo que funcione, –Respiro hondo. –pero podemos intentarlo. –Asentí con la cabeza y estiré un poco mi brazo para que chocáramos los puños.
     –¿Están listos? –Pregunto Richard, ya era hora de salir al escenario. Les había propuesto a los chicos de la banda que tocaría de nuevo con ellos, sólo si podría llevar a Anthony conmigo, les pareció una gran idea; Anthony era un chico con un gran talento, habría sido una lástima que ese talento no saliera de un bar, quería ser ese pequeño empujón para que el pudiera llevar su voz al mundo.
     –Listos. –Dijo Anthony entusiasmado. Le tome por el hombro para darle la vuelta.
     –Espera. –En el bolsillo de su abrigo metí una carta. –Léela cuando termine la presentación, el asintió con la cabeza. Salimos al escenario, todas las luces apuntaban a nosotros, los gritos de todas las personas presentes apenas y me dejaban escuchar mis pensamientos.
     –¡Harry! ¡Harry! ¡Harry! –Se repetía una y otra vez, el público gritaba mi nombre, observaba sorprendido como todas estas personas anhelaban que volviera a tocar, inevitablemente una sonrisa se dibujó en mi rostro y un par de lágrimas se acumulaban en mis ojos; la música me regalo algunos de los mejores momentos de mi vida. Anthony me dio una pequeña palmada en el hombro. Me di la vuelta para observar el lugar del escenario donde Christy solía estar, me di la vuelta y fue como si ella estuviera allí, observándome una vez más, volví a darme la vuelta y con gran entusiasmo me acerque al micrófono.
     –¡Es bueno estar con ustedes esta noche! –Tome una de las guitarras eléctricas y le di mi vieja guitarra a Anthony. Levante los brazos. –Digan: Ey.

     –¡Ey! –Repetía el público al unísono. Toque un par de acordes y las personas repetían: Ey. Tocando cuerda a cuerda y pisando cada traste, realice un pequeño sólo de guitarra, Anthony estaba fascinado. La vibración de las cuerdas recorría mi cuerpo y me erizaba la piel, mientras el sonido penetraba mi alma; no podía negarlo, extrañe hacer esto. 
     Deje de tocar la guitarra. –Quiero presentarles a un amigo. –Rodee los hombros de Anthony con mi brazo. –Él es Anthony, es un gran músico que tocara algo para nosotros esta noche. –Las personas aplaudían y gritaban su nombre, le observe y él estaba petrificado mostrando en su rostro un gran asombro. Anthony se acercó al micrófono.
     –Eh...Hola. –Se notaba cuan nervioso estaba. –Quiero tocar para ustedes una canción que me gusta mucho y que ya tuve la oportunidad de tocarla con Harry. –Me miro y le asentí con la cabeza. –21 Guns de Green Day. –Cuando Anthony iba a devolverme mi guitarra me negué.
     –Utiliza tu esa. –Y así fue, el toco con mi guitarra. Exactamente como lo hicimos en el bar, yo simplemente tocaba la guitarra secundaria y deje que el hiciera su show, deje que su voz llegara a todas las personas presentes. Él estaba parado junto al micrófono cantando.
     –¡Canten conmigo! –Pidió al público.
     –¡One... Twenty one guns! –El público le hacía coro. Las luces estaban enfocadas en él, yo sonreí y sabía que ya era hora, hora de empezar de nuevo una vez más. Paso a paso me aleje del escenario sin que Anthony se percatara, paso a paso dejaba detrás los focos y las cámaras. Michael me observo mientras me retiraba, levante mi pulgar para que supiera que todo estaba bien; observe al lugar en el que solía situarse Christy, Rossie estaba justamente allí un tanto confundida.
     –¿Qué sucede? –Dijo preocupada.
     Observe a Anthony en el escenario, todo el público gritaba su nombre, las cámaras y las luces apuntaban directamente a él, por mi mente paso la carta que deje en su abrigo: "Sic parvis magna (La grandeza nace de los pequeños comienzos), y estoy seguro que este es el comienzo de tu grandeza, el momento de decirle al mundo lo que quieres. Desde el momento que tocamos juntos en el bar, supe que había algo especial en ti, un don nato... Lo supe porque me vi a mi mismo en ti, así que ahora es tu turno; quédate con mi guitarra, cuídala bastante bien, es muy especial. Posdata, Ahora depende de ti ir por el resto". –No es nada. –Dije mientras observaba hacia el escenario. –Tal vez mi luz en ese lugar se haya apagado, pero aún puedo encender la de alguien más.  

Finding My SelfWhere stories live. Discover now