Capitulo 22

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Noviembre, 2015.

     –¿Harry?–Era una voz familiar. Me levanté, antes de observar su rostro me topé con susbrazos mientras me colocaba de pie; sus manos sostenían una cesta con algunascosas, de la manga de su abrigo notaba como salían algunos pétalos de rosatatuados en su antebrazo... Ese tatuaje, ese cabello rubio y esos ojos grisáceos,me sirvieron un millón de cafés los martes por la mañana, acompañado siempre deuna gran sonrisa y un "Que lo disfrutes".
     –¿Li... Lisa? –Dije con las palabrasenredándose en mi boca.
     –¡Eres tú! –Dijo ella mostrando unagran emoción, dejo la cesta que llevaba en sus manos a un lado y me dio un granabrazo. Me sentía muy confundido, para ella era como si nada hubiera ocurrido,como si no me hubiera comportado como un completo idiota, era como si lohubiera olvidado por completo. Le abrace también. Hacia un tiempo que no sentíaesa gran sensación de abrazar a alguna persona, de sentirse seguro dentro deunos brazos. Luego de un gran abrazo, por mi mente paso cuan pequeño puedellegar a ser el mundo. –No puedo creerlo, hace mucho tiempo que no te veía.
     –Yo tampoco, es bueno verte. –Mesentía alegre por verla, pero de alguna manera también incomodo por lo sucedidoaquella vez.
     –Es genial verte. –De su rostro nose borraba esa gran sonrisa. –¿Qué haces por aquí?
     –Oh... –Observe la caja de luces enmis manos. –Pensé en venir a comprar unas de estas acá.
     –¿Preparándote para navidad?
     –Uhm, no del todo.
     –Entiendo. Oye, ¿Piensas hacer algoluego de salir de acá?
     –Bueno, estaba con un par de cosasantes de venir a comprar esto. –Me refería a la decoración del bar.
     –Oh, entiendo. Sólo pensaba si tegustaría ir a comer algo.
     –Bueno, podríamos ir a tomar algo,no creo que demoremos tanto. –Sonreí.
     –Vale, aún tengo que buscar un parde cosas, ¿me ayudas? –Asentí con la cabeza. Caminamos por los pasillosbuscando las cosas que le faltaban por comprar, las que eran más pesadas leayude a cargarlas. Pagamos las cosas quellevábamos, por un instante recordé los días de compra con Christy, eranmomentos simples pero perfectos. Fuimos al estacionamiento y ella guardo lascosas en su auto, yo deje las luces de navidad en el mío.
     –Acá en frente hay un restaurante,¿te parece bien tomar algo allí?
     –Vale. –Fuimos al otro lado de lacalle, había un restaurante. Era un lindo lugar, no tan grande, pero se sentíaacogedor, tomamos asiento y uno de los mesoneros se acercó a nosotros.
     –Muy buenos días, ¿Qué desean?
     –¿Una cerveza te parece bien?–Pregunto ella un tanto insegura.
     –Sí, está bien. –El mesonero tomonuestro pedido.
     –¿No hay problema alguno con quetomes cerveza? –Me sentía un poco mal porque la última impresión que Lisa tuvode mí, fue una persona ahogada en el alcohol. –Es que ha pasado un tiempo y nosé cómo ha ido todo. –El mesonero volvió con las cervezas. –Oh, muchas gracias.–Dijo sonriendo.
     –Gracias. –Le dije al hombre, él seretiró. –No te preocupes, no hay problema.
     –Bueno, salud. –Ligeramente chocamoslas cervezas. –Es bueno verte de nuevo Harry, ha pasado tanto tiempo.
     –Sí, es genial. –Le di un pequeñotrago a la cerveza. Tenía que preguntárselo, no podía seguir conteniendo laspalabras. –Oye, pero no lo entiendo...
     –¿Qué cosa?
     –¿Cómo es que puedes sentirte tanalegre de verme luego de haberte tratado de esa manera? Luego de haber dichotodo lo que dije... No logro entenderlo, porque la culpa a mí me consume. 
     –Hay algo que debes saber Harry.–Ella sonrió. –Por mucho daño que te hagan, en el corazón no debe haber lugarpara algo tan venenoso como el rencor. –Le dio un trago a su cerveza. –Admitiréque me dolió, pero me dolía aún más el no poder hacer nada al respecto paraayudarte.   
     –De alguna manera lo hiciste, me mostrasteque hay un millón de oportunidades que puedo tomar para ser feliz... Sólo que aúnno se si estoy preparado. –Ella sonrió. –¿Qué hay de ti? ¿Qué tal te ha ido?
     –Bueno, no puedo quejarme, puedopresumir que bastante bien. Tengo un muy buen empleo y... –Mostro una gransonrisa en su rostro, reflejaba gran emoción. –Voy a casarme dentro de poco.
     –Oh, ¿De verdad? –Sentí una granalegría por ella, me alegraba que todo este tiempo haya estado tan bien, quehaya conseguido un buen trabajo y sobre todo alguien que la ame. –Me alegrotanto por ti Lisa, esto amerita un brindis. –Ella sonrió, levante mi cerveza yella hizo lo mismo. –Por ti, por tu prometido y porque sean muy felices juntos.–Chocamos nuestras cervezas nuevamente. Ella me observo.
     –Por ti también, y porque seas feliz. –Sonrió.Sonreí de forma un tanto sarcástica e incliné un poco la mirada. Trago a tragoambas cervezas iban bajando mientras hablábamos de lo que había sucedido en losúltimos años, seguimos conversando hasta que ambas se acabaron.
     –Oye, me encantaría que siguiéramosconversando, pero debería irme ya. –Recordé que debía seguir ayudando a Rossie.
     –Tranquilo, no hay problema. Puedesanotar mi número y así permanecer en contacto.
     –Me parece bastante bien.–Intercambiamos los números de teléfono. –Oye, por cierto, el viernes daré unapresentación en un bar cerca de acá, ¿te gustaría ir?
     –Por supuesto.
     –Excelente, te enviare la direcciónpor mensaje, ¿vale? –Ella asintió con la cabeza. Me coloque de pie, ella hizolo mismo. –Debería regresar contigo al estacionamiento, creo que tambiéndebería irme. –Me dirigí a pagar la cuenta, ella me detuvo. –¿Qué haces?
     –Voy a pagar.
     –No, yo lo hago. –Insistió.
     –No tranquila, yo pago. –Pagué lacuenta y le di algo de propina al mesonero.
     –Oiga, disculpe. –Dijo el mesonero.
     –¿Si?
     –¿Podría tomarme una foto contigo? Soyun gran fan. –Mi cuerpo se llenó de una pequeña satisfacción, porque a pesar delo que los medios habían mostrado de mí, así como había quienes me miraban congran desprecio, aun había quienes me admiraban.
     –Claro. –Sonreí.
     –¿Puede tomar la foto por favor? –Lepregunto el hombre a Lisa. Ella acepto y tomo la fotografía. Nos dirigimos hastael estacionamiento. Por un momento paso por mi mente que el día de lapresentación, Rossie tendría que atender el bar ella sola ya que yo estaría enel escenario tocando.
     –Oye, estaba pensando. Si no esmucha molestia claro. ¿Podrías echarnos una mano en el bar el día de lapresentación? Es que no hemos conseguido a nadie que nos ayudé y como tú tienesalgo de experiencia en el tema de atender personas, pensé que tal vez... yasabes. –Me lleve la mano a la nuca. –Podríamos pagarte por ello si te parecebien. –Ella sonrió.
     –Allí estaré jefe y no te preocupes,no tienes que pagarme por ello.
     –Vale, muchas gracias Lisa.
     –No hay que agradecer. –Nosdespedimos con un abrazo y cada quien tomo su rumbo. Conducía de regreso al bar,por mi mente pasaba como todas las personas que han formado parte de mi vida dealguna manera u otra han seguido avanzando, pero yo no, sentí como me habíaquedado estancado como si para mí el tiempo se hubiera detenido, quería poderseguir avanzando. 

     Llegue al bar, baje del auto yentre. No veía a Rossie por ningún lado, tal vez había ido a su casa, creo quedemoré un poco; le envié un mensaje: "Las tengo". Busqué una escalera en elalmacén y empecé a colocar las luces justamente como lo había hecho Jackson enaquella ocasión, el bar lucio casi exactamente igual sólo que la ausencia deJackson y Christy también le decoraban. Subí al escenario y encendí el teclado, me senté ehice sonar algunas notas y tomé un poco de aire. –Man, it's been a long day,stuck thinking 'bout driving on the freeway, wondering if I really triedeverything I could, not knowing if I should try a little harder. –Cerré misojos. –Oh, but I'm scared to death, that there may not be another one likethis, and i confess that I'm only holding on by a thin thin thread. –Me coloquede pie y tome un poco más de aire, mientras que subía el tono de mi voz. –I'm kicking the curb cause you never Heard,the words that you needed so bad, and I'm kicking the dirt cause I never gaveyou, the place that you needed to have... I'm so sad... –Deje de tocar el tecladopor un instante. –Oh, but I'm scared to death, that there may not be anotherone like this, and I confess that I'm only holding on by a thin thin threat.–Empecé a tocar de nuevo las respectivas notas de la canción. –I'm kicking thecarb cause you never heard, the words that yoy needed so bad, and I'm kickingthe dirt cause I never gave you, the place that you needed to have... And I'mkicking the curb cause you never heard the words that you needed so bad... I'm so sad... –Tome un poco de aire y en un tono de vozbajo agregue. –So sad. 
     –Tienes una voz que recorre el almade las personas. –Esas palabras resonaron como un eco en mi cabeza. Rossieestaba sentada mirando hacia el escenario, se colocó de pie y camino hastadonde estaba.
     –Maldición, ¿podemos dejar deaparecer de sorpresa? –Sonreí, me había asustado. –Pido una tregua.
     –Me parece bien. –Ella sonrió. –Tetraje algo de comer, ¿tienes hambre? –Observo la decoración. –Me gusta como seve. –Se quedó observando el escenario. –Aunque falta una cosa.
     –¿Si? ¿Qué? –Ella me observo.
     –Alguien tocando en el escenario.–Casi me ahogo con la comida en la garganta, trague con un poco de dificultad;me tomo un poco por sorpresa la similitud de su comentario al de su padre enaquel entonces. Tosí y tomé un poco de agua. –¿Estas bien?
     –Sí, estoy bien. –Me di un par degolpes en el pecho con una ligera sonrisa dibujada en el rostro. –Es sólo que aveces me recuerdas mucho a tu padre. –De su rostro no se borraba esa sonrisa, aveces pensaba que era algo imposible de hacer.
     –Digo lo mismo.

Finding My SelfWhere stories live. Discover now