Capitulo 26

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Noviembre, 2015.

     Estaba sentado junto a Rossie, todos hacíamos un gran circulo. Había un par de caras nuevas y algunas otras personas no habían venido hoy, Rossie menciono que era algo normal que algunos faltasen de vez en cuando. –Un placer, me da gusto que hayan tomado la iniciativa de asistir, mi nombre es Rossie Baker. Me gustaría que empezáramos con alguno de los nuevos, ¿Qué hay de ti? –Ella se dirigió a una joven chica sentada justo frente a ella.
     –¿Yo? –Rossie asintió con la cabeza y una sonrisa. La chica se notaba un tanto insegura y nerviosa. –Es que, es algo un poco tonto el motivo por el cual estoy aquí.
     –No, no, no, nada de eso. –Titubeo por un momento. –¿Cuál es tu nombre?
     –Andrea.
     –Mucho gusto Andrea, el motivo por el cual muchas de las personas que están aquí junto a nosotros es simplemente porque hay algo que quieren conversar o decir o simplemente necesitan escuchar algún consejo o pedir alguna opinión, no hay por qué sentirse apenado; es el motivo principal de estar acá, tener algo que decir para todos, no importa cuán simple sea, lo importante es que podamos otorgarte la ayuda que necesitas. –Rossie sonrió. –¿Capisci?
     –Capisci. –Todos a su alrededor compartimos esa sonrisa.
     –¿Lo intentamos de nuevo? –Dijo Rossie. –La chica asintió.
     –Mi nombre es Andrea, Andrea Fernández. Estoy aquí porque Joseph me dijo que podría venir a desahogarme, hace un tiempo he intentado decir algo que llevaba por dentro, no sé si es un capricho, una necesidad o un deseo, pero a veces lo anhelo... –Se encogió de hombros. –Mucho, a decir verdad. He tenido un par de relaciones, no me fue muy bien, de hecho, creo que no me fue nada bien; en ambas ocasiones me topé con unos completos idiotas, pero ¿Cómo iba a saberlo? ... Es como si anhelara coincidir con alguien, que me otorgue algo reciproco. –Incliné la mirada y sonreí. Entendía el deseo de la chica por querer sentirse amada. Era una chica joven, tenía cuando mucho unos 22 años, lucía un gran cabello lleno de rulos y unos anteojos algo grandes, pero aun así era difícil que alguna persona pasara en alto los delicados rasgos de su rostro, realmente era una chica muy linda, no lograba entender como alguien podría ser un idiota con ella, como alguien no se había atrevido a querer otorgarle eso que tanto anhelaba. –Sé que es algo tonto, tal vez inmaduro, pero me gustaría sentir algo así, me gustaría poder compartir una relación con alguien en la que nos superemos juntos, en la que juntos crezcamos como personas. –Mire a mi derecha, estaba sentado Mario, el chico con problemas con los cigarrillos; el escuchaba cada palabra con gran atención, mientras la observaba como si estuviera bajo una especie de trance. Sonreí. –De todas las cosas que quiero lograr, poder encontrar eso es una de ellas, encontrar un amor único, como esos a la antigua, un amor como el de los viejos tiempos. –Observe en dirección a donde estaba la fotografía de mi boda.
     –Y pensar que en un momento de mi vida tuve todo eso. –Pensé y se repitió en mi mente como un eco. Tal vez nos topemos con el amor verdadero, pero puede que no sea para toda la vida.
     –Entiendo cada palabra que dices Andrea. –Dijo Rossie. –Veras, puedo decir que no me ha ido tampoco nada bien en el tema del amor, me he llevado un par de golpes y sé que no es agradable, pero no desesperes... El amor llega cuando menos lo esperas, tal vez un día caminando por el parque, un día en el trabajo, luego de comprar un café o simplemente lo encuentras en un bar. –Observe a Rossie con una expresión que demostraba un poco mi asombro, nunca llegue a esperar que dijera eso. –Nunca sabes cuando llegara, pero cuando llega sabes que lo hizo... y te das cuenta que no es ni muy pronto ni muy tarde, simplemente es el momento indicado. –Ella se dio cuenta que la observaba fijamente, me miro por un instante y sonrió, luego volvió hacia Andrea. –Y cuando empiezas a sentirlo, te das cuenta que no existe el amor a la antigua o el amor como en los viejos tiempos... –Titubeo por un momento. –Y es cierto, no existe tal cosa, si creemos que existe el amor a la antigua estaríamos creyendo que es algo que cambia con el tiempo y yo creo que algo con tanta fuerza como el amor trasciende toda barrera de espacio y tiempo, va más allá que cualquier ley de la física. –Inclinó la mirada y negó con la cabeza. –El amor no cambia con el tiempo, no existen amores a la antigua o modernos, sólo existe el amor; –Volvió a levantar la mirada. –somos los seres humanos quienes cambiamos con el pasar del tiempo, el amor no... El amor cambia a las personas, es... es una fuerza con tanta magnitud que cuando sientes tal cosa puedes percibir como el tiempo se detiene o pasa más rápido. Es como si el amor pudiera cambiar el tiempo, así como puede cambiar a las personas. Claro está que: no todo el mundo acepta cambiar para amar; vivimos en un mundo donde las personas tienen miedo a amar o donde muchos creen pensar que aman a alguien, muchos creen sentirlo, pero realmente pocos aceptan cambiar para sentir tal cosa como el amor.
     Tom, tal vez la persona con más edad en el grupo se inclinó un poco hacia delante. –Amen a Dios y aprendan a amarse a sí mismos... Luego de eso, aprenderán a amar hasta a sus enemigos. –Tom, al igual que Rossie, era como una enciclopedia, tenía un gran conocimiento sobre todas las cosas, siempre sabia la respuesta adecuada para todo; a diferencia de ella, él ya tenía toda una vida de experiencia marcada en las canas de su cabello y en las arrugas que se dibujaban en su rostro.
     –Creo que no podría estar más de acuerdo con nuestro querido amigo Tom. –Dijo Rossie sonriendo. –¿Quién sigue? –Agrego con las manos en alto y esa sonrisa en su rostro. Me quede observando el suelo.
     –Soy Harry... –Dije en un tono bajo con un toque de inseguridad– Harry Thompson. –Rossie me observo enseguida; trague hondo, lo suficiente como para llevarme el nudo de mi garganta. –Hace unos años, perdí a mi esposa e hija. 

Finding My SelfWhere stories live. Discover now