Finding My Self

Capitulo 9

Febrero, 2013

     Observe frente al espejo el mal aspecto que tenía; mi cabello tenía un mal olor y lucia horrible, una gran barba cubría parte de mi rostro, así como unas grandes ojeras producidas por la falta de sueño. Tomé unas tijeras y empecé a cortar el exceso de vello facial hasta poder terminar de quitarlo con una máquina de afeitar. A través del espejo vi la puerta reflejada, recordé como Christy se quedaba observándome mientras rasuraba mi barba, me encogí de hombros y sentía ese agujero negro en mi pecho.
     Luego de tomar un baño me vestí y caminé a través de la habitación, la cama estaba igual a ese último martes, no había vuelto a dormir en ella, no podía. Salí de la habitación, justamente frente a nuestro cuarto, estaba el de Hannah; su nombre estaba en la puerta de su habitación, decorado con algunas flores y notas musicales. Coloque mi mano en la manilla y cerré mis ojos, presione mis labios y trataba de contener las lágrimas mientras trataba de abrir la puerta, sentí como si la manilla me quemara y un nudo de alambres de púas se apretara mi cuello. Suspiré y cerré la puerta de nuevo tras haberla abierto solo un poco. The Goo Goo Dolls estaban en todo lo cierto, no puedes luchar contra las lágrimas cuando ya vienen, rompí en llanto.
     Camine a través de la sala, había varias botellas y latas de cerveza en el piso, el sofá estaba un poco desacomodado, dormía en el desde que Christy murió. Los últimos meses tomaba algunas cervezas mientras trataba de ver alguna película o simplemente bebía hasta embriagarme lo suficiente para caer noqueado, pensé que tal vez si estaba ebrio no pensaría en Christy y en Hannah, la mayoría de las veces el alcohol volvía más fuerte los recuerdos.
     Salí de casa, entre al auto y conduje hasta la cafetería. Lisa estaba de espaldas al mostrador, su cabello estaba recogido igual que siempre, con pasos inseguros me acerque, ella no se percató.
     –Buenos días. –Dije con un tono de inseguridad. Podía ver la parte exterior de su antebrazo izquierdo, el característico tatuaje de una rosa que Lisa tenia allí, no estaba. Se dio la vuelta.
     –Buenos días. –No era ella, era una chica nueva. Antes que se diera la vuelta ya tenía ese sentimiento de decepción por saber que no era ella. –No puede ser. –Se asombró tras verme, llevo sus manos a la cabeza y su rostro era como el de un niño recibiendo en navidad el regalo que tanto deseaba. –Harry Thompson... No puedo creerlo. –Incliné la mirada un poco hacia abajo y sonreí. –Debo decirte que amo tu música, amo lo que haces, eres increíble... Whoa, no puedo creer que esté hablando contigo. –La chica estaba muy emocionada, yo sonreía, pero no la miraba. Ella respiró hondo. –Lo siento, lo siento, me deje llevar. ¿Qué deseas?
     –¿Esta Lisa por acá? –Quería disculparme con ella.
     –¿Lisa?
     –Sí, Lisa. Chica rubia, más o menos de tu estatura. Trabaja acá.
     –Trabajaba. –Dijo un hombre parado al otro lado del mostrador, es el encargado. –Lisa renuncio la semana pasada, creo que iba a mudarse. ¿Necesitabas algo? –Baje la mirada y me pase una de las manos por el rostro.
     –No es nada... Sólo, debía decirle algo. –Realmente si era mucho, quería pedirle disculpas por el trato que le di ese día, fue una de las pocas personas que se preocupó por mí y fui un imbécil con ella, sentí que había fallado en algo tan simple como en decirle: gracias por estar allí... cuando ni yo mismo se dónde estoy.
     –Y bien. ¿Vas a llevar algo? –Pregunto la chica nueva. En la pizarra estaban escrito los diferentes tipos de café, observe el Macacino y el late de vainilla. Recordé cada momento en esta cafetería junto a Christy, desde la primera vez que vinimos hasta la última, se reprodujo en mi mente cada momento como si fuera una película.
     –No... Gracias. –Sonreí y me di la vuelta y mientras caminaba a la salida, observé la mesa en la que nos sentábamos usualmente, estaba vacía. Salí de la cafetería y después de ese día, no volví, no quería saborear el amargo sabor de un café sin la compañía de Christy.