Capitulo 2

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Abril, 2000.

     Veía su rostro y era como si le hubieran quitado la posibilidad de sonreír, su alma estaba apagada, no emitía emociones, toda su esencia todo lo que la hace única, es como si se hubiera ido, se lo arrebataron. Su padre había muerto hace un par de días, fue un golpe duro para Christy; su madre murió cuando tenía 5 años, es hija única y ahora su padre también se fue; creo que soy lo más cercano que ha tenido a un hermano, nos conocemos desde los 10 años.

     Cerca de donde vivo hay un bar, el bar de Jackson; es un lugar muy pintoresco, adornado con algunas luces utilizadas en navidad colgando del techo, discos de vinil cubriendo las paredes, fotografías de agrupaciones, un escenario iluminado por algunos focos y algunas guitarras colgadas de la pared adornando la parte de atrás. Invité a Christy a venir hoy a este lugar, pensé que tal vez necesitaba compañía y divertirse un poco. Ella apenas y había dado un sorbo a su cerveza, deslizaba suavemente su dedo en el borde del vaso, notaba su mirada vacía, un aura de tristeza cubría todo su cuerpo.
     –Oye, mirando tu cerveza no se va a terminar. Yo casi estoy borracho y tú no le has dado el primer trago. –Bromee para intentar hacerla sonreír.
     –Lo siento, es que... -Limpio las lágrimas que empezaban a salir de sus ojos y se colocó de pie. –Debería irme.
     –Espera, espera. –Me coloque de pie y tome su mano. –Quédate, por favor. –Quería estar con ella y quería que ella se quedara conmigo, no quería dejarla sola. –No sé cómo debes sentirte con respecto a tu Papá, sé que no ha de ser fácil para ti. –Le di un sorbo a la cerveza. –Realmente no se ni siquiera que es sentirse solo, he tenido la suerte de tener la mejor compañía que podría desear.  –Hacia movimientos circulares con la mano que sostenía el vaso de cerveza. Christy me miro, de alguna manera sabía que me refería a ella. –Cuando he caído, has estado conmigo, haciéndome saber que tengo a una persona en todo el universo que está más que dispuesta a darme su apoyo. –Le di otro trago a la cerveza y observé a Christy. –Quiero que sepas que, en todo este maldito universo, tú también tienes a alguien que está más que dispuesto a darte su apoyo, que siempre tratara de estar allí cuando más lo necesites. –Christy me observo. –Tal vez no sé qué es sentirse solo, pero tengo la suerte de saber que es sentirme acompañado y es gracias a ti Christina. – He de destacar que solo la llamaba por su nombre cuando la cosa va muy en serio. –Quiero que te sientas afortunada de sentirte en compañía y no triste, porque oye... No estás sola en el mundo, me tienes a mí. –Empecé a notar como su mirada se llenaba con un lindo brillo, es como si la radiante luz de su alma empezara a encenderse poco a poco. –A demás, tu Padre siempre estaba encima de ti, no creo que te deje tan fácilmente, quizás y en este instante está detrás de mi arrojándome alguna maldición por invitarte a una cerveza un lunes. –Sonrió, fue de las cosas más satisfactorias los últimos días.
     –Te saldrá mientras duermes, te halará los dedos de los pies por burlarte de él y por hacerme tomar cerveza. –Bromeo, soltó una carcajada y luego le dio un gran trago a la cerveza.
     –Esa es la Christy que conozco. -Tome de un trago el resto de la cerveza que quedaba en mi vaso y me coloque de pie.
     –¿A dónde vas?
     –A dónde vamos, mejor dicho. –Tome su mano para que se colocara de pie.
     –¿A dónde vamos entonces? –Con un poco de inseguridad se levantó de su asiento.
     –Al escenario.
     –¡Ni hablar! –Intentaba soltar mi mano, pero la iba a llevar así fuera a rastras. Subiendo al escenario me soltó la mano y empezó a retroceder, la señale.
     –No te muevas. –La observe con unos ojos saltones y sarcásticos mientras la señalaba. Se quedó justo ahí parada en los pequeños escalones para subir al escenario. Quería que me acompañara en una canción, ella poseía la voz de todos los malditos ángeles del cielo.
     –No me hagas subir por favor, sabes que me da pánico. –La atención estaba puesta sobre nosotros ya, las personas que estaban en el bar nos observaban, Jackson estaba parado justo detrás de la barra sirviendo unos tragos y nos observó, enseguida sonrió. Él nos conocía desde que éramos unos niños. Bajo por completo el volumen de la música que estaba sonando y me hizo una seña para que empezara a tocar cuando quisiera. El escenario del bar era libre para la persona que quisiera subirse a compartir algo de música con los demás, ya sea tuvieras talento o no las personas siempre aplaudían porque a pesar de ser un lugar pequeño, no es fácil el subirse a un sitio a compartir algo que decirles a las demás personas a través de algo tan lindo y complejo como la música. Mi carrera como músico empezó en este sitio, ya había tocado un par de veces acá con mi agrupación, gracias a alguna de esas presentaciones conocí a Michael Phillips, quien fue mi representante un tiempo, él consiguió para la banda algunas presentaciones en grandes lugares, así como sesiones en estudios.

Finding My SelfWhere stories live. Discover now