Capitulo 24

11 3 2
                                    

Noviembre, 2015. 
9:15 p.m.

     Las únicas personas dentro del baréramos nosotros, cada uno estaba sentado en distintos lugares, esperábamos quellegaran clientes. La ansiedad crecía más por cada segundo que pasaba; teníamiedo que no viniera nadie, el mismo miedo que sentía cada vez que mepresentaba en el bar cuando era más joven. Movía la pierna de arriba hacia abajorápidamente.         –Calma. –Rossie coloco sumano en mi hombro. –Seguro empezaran a llegar pronto. –Asentí. Lisa estabajunto a Jimmy, conversaban sentados en una de las mesas, Jimmy era el prometidode Lisa, ella le invito a venir ya que podría ayudarnos y también le gustaba mimúsica. 

     La puerta del bar se abrió y ungrupo de personas entró. Carlos se mostró un poco sorprendido. –Y ustedescreían que nos quedaríamos mirándonos las caras unos a los otros el resto de lanoche. –Sonrió y todos hicimos lo mismo, nos colocamos de pie y poco a poco laspersonas fueron llegando. Me acerque a Rossie.
     –Oye, ¿podrías hacerme un favor?
     –Claro, dime.
     –En cada mesa coloque una pequeñavela aromática, cuando te haga una señal durante la presentación, ¿podríasencenderlas?
     –Claro que sí.
     –Oh, otra cosa. ¿Podrías apagar lasluces y dejar solo encendidas las de navidad y las del escenario?
     –Como tú digas Cobain. –Ella sonrió.Caminé hasta la barra y me senté allí con los chicos.
     –Bueno, pidan lo que quieran, va pormi cuenta. –Les dije a Carlos y Joe.
     –Ese es el Harry que conozco.–Comento Carlos.
     –Es bueno estar junto a ustedes denuevo. –Les dije. Joe coloco su puño para que le chocáramos. Lisa se acercó anosotros.
     –Buenas noches, ¿en que puedo ayudarles? –Sonrió.
     –Claro que si, 3 cervezas conurgencia por favor. –Dijo Joe. Lisa volvió con las 3 cervezas, cada una tomo lasuya y las colocamos en alto.
     –Por los viejos tiempos. –Le dije alos chicos para luego chocar las botellas. Estuvimos un rato sentadosconversando en la barra, el bar estaba casi lleno; nuestra conversación seinterrumpió por el sonido del rasgueo de las cuerdas de una guitarra. Volteehacia el escenario, había un chico de unos 20 años sosteniendo una guitarra.
     –Do you know what's worthfighting for. –Apenas empezó a cantar llamo la atención de todo el mundo. –When it's not worth dying for. –Carlosme dio en el brazo con su codo.
     –¿No te trae recuerdos?
     –Demasiados. –Realmente me recordabaa cada una de las ocasiones en las que subía a ese escenario, por mucho que lohacía siempre iba con miedo, pero también con una gran emoción y entusiasmorecorriendo mi cuerpo. Le observaba con una gran fascinación, se notaba queestaba aterrado, pero aun así tuvo el valor de subir a tocar.
     –No lo hace nada mal, tal vez algúndía forme una banda, se vuelva famoso y cuando sea mayor tal vez esteinvitándole muchas cervezas a sus amigos en un bar. –Joe nos miró y sonrió.
     –One...
     –Twentyone guns. –Cante con un tono elevado desde donde estaba, lo suficientefuerte para que le chico me escuchara, Joe y Carlos me miraron un pocoasombrados. Al instante miro en mi dirección y se sorprendió, tras reconocermesonrió.
     –Lay down yourarms, give up the fight. One...
     –Twenty one guns. –Volví a hacer lo mismo. La sonrisa en el rostro delchico no se borraba, hizo un movimiento con su cabeza para invitarme a subir alescenario.
     –Throwup your arms into the sky... You and I. –Fui hasta el escenario y me situé aun lado del chico, el me dio un lado junto al micrófono para cantar junto a él.
     –Whenyou're at the end of the road, and you lost al sense of control, and yourthoughts have taken their toll, when your mind break the spirit of your soul.–Su voz sonaba igual de bien que la guitarra. –your faith walks on broken, and the hangover doesn't pass,nothing's ever built to las, you're in ruins. – Los chicos y las demás personasnos observaban fascinados, el chico tenía un gran talento. Llegamos al sólo dela canción y me quede observando como tocaba la guitarra, me sentía un pocoansioso por tocar, pero prefería dejar que él se luciera con su guitarra.
     –One,twenty one guns, lay down your arms, give up the fight. –Me hice a un lado para que terminara él lacanción. – One, twenty one guns, throw upyour arms into the sky... You and I. –Todo el mundo en el bar le aplaudió. –Gracias. –Bajamos del escenario.
     –Nada mal chico, ve por tu cerveza.–Él sonrió.
     –Gracias, pero no tomo.
     –Bueno, ¿Qué crees que puedo hacerpor ti? Lo tienes más que merecido, eso estuvo excelente.
     –Una fotografía contigo meparecería excelente. –Dijo entusiasmado.
     –Está bien. –Saco su celular ycoloco la cámara delantera, le pase uno de mis brazos sobre los hombros, luegotomo la fotografía.
     –Muchas gracias, gracias por subira acompañarme.
     –No tienes que agradecer chico,gracias a ti por subir. –El asintió con la cabeza.
     –Bueno, debería volver con misamigos, ha sido un placer. –Él se dio la vuelta, yo me quede pensando uninstante.
     –Oye. –Volvió a mirarme. –¿Cuál estu nombre?
     –Anthony.
     –Un placer Anthony. –Sonreí. – Dametu número de teléfono, estaremos en contacto. – Él se mostró sorprendido, susojos casi salían de sus cuencas, luego me dio su número. –Ve con tus amigos,que sigas disfrutando la noche.

Finding My SelfWhere stories live. Discover now