Ellos no se asustaron de los monstruos que habitan en mi interior. Él tomó su escudo y me protegió, ella cogió su arma y me salvó..
Son mis padres, mi familia.
𝙔𝙤 𝙨𝙤𝙮 𝘼𝙧𝙞𝙖𝙙𝙣𝙚 𝙍𝙤𝙜𝙚𝙧𝙨 𝙍𝙤𝙢𝙖𝙣𝙤𝙛𝙛 𝙮 𝙨𝙤𝙮 𝙨𝙪 𝙡𝙚𝙜𝙖𝙙𝙤.
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Se sentía desorienta, un hormigueo apenas perceptible recorría su cuerpo. Ariadne Rogers no sabía que había pasado; recordaba haber estado a nada de tranquilizar al Soldado cuando una.. .. ¡una descarga eléctrica!
Pero, ¿qué pasó después?
Alguien le está acariciando el rostro suavemente, se siente húmeda, su cuerpo fue depositado con delicadeza.
—Ari —susurran cerca de ella—. Mi ángel.
Los ojos de la joven se abrieron despacio. — ¿Papá?
Un suspiro de alivio es expulsado por el rubio, luego susurra:— Ángel.
Abraza a su hija sintiéndose más calmado. Su corazón había latido con fuerza cuando vio como el Soldado intentaba despegar un helicóptero con su hija dentro, luego casi tuvo un paro cardíaco cuando los tres cayeron al río y casi muere al no encontrarla rápido, ella seguía inconciente cuando la saco del agua.
—¿Estás bien?, ¿te duele algo?, ¿se te cierra la garganta?, ¿puedes respirar bien?
—Si, no, no y si —respondio a las preguntas de su padre.
Bucky Barnes desafortunadamente sabe lo que pasa con él cuando tiene una laguna mental. Eso solo significaba que el Soldado del Invierno había tomado una vez más su cuerpo y por mucho que el tiempo pase, eso es algo que no podrá ser arreglado, ya está roto. Sus pedazos están esparcidos por un suelo negro. Él no puede ser reparado y eso es lo que le duele.
El eco lejano de hélices en movimiento lo alejan de sus tristes pensamientos.
Escanea con la vista el lugar, percatándose al instante que se encuentra en una fábrica abandonada y que la pequeña tozuda no está a su alrededor.
—Hey cap. —Sam llama al rubio para informarle que el ojiazul a despertado.
Ambos Rogers dejan de mirar por la rejilla, estaban vigilaba el perímetro. Comienzan a andar y antes de llegar, Steve se detiene y obliga a detener a su hija. La rubia muy a su pesar se queda oculta para que su padre pase solo.
Es lo que acordaron. Quedarse lejos por si el Soldado aún sigue activado, eso es lo que le hizo prometer Steve.
—Steve —murmura a James.
—¿A qué Bucky me dirijo ahora? —pregunto con recelo el rubio.
—Tu hija lleva el nombre de tu madre, Sarah —esboza una pequeña y divertida sonrisa a pesar de sus facciones fatigadas—. Utilizabas periódico en tus zapatos.
