Ellos no se asustaron de los monstruos que habitan en mi interior. Él tomó su escudo y me protegió, ella cogió su arma y me salvó..
Son mis padres, mi familia.
𝙔𝙤 𝙨𝙤𝙮 𝘼𝙧𝙞𝙖𝙙𝙣𝙚 𝙍𝙤𝙜𝙚𝙧𝙨 𝙍𝙤𝙢𝙖𝙣𝙤𝙛𝙛 𝙮 𝙨𝙤𝙮 𝙨𝙪 𝙡𝙚𝙜𝙖𝙙𝙤.
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𝙃𝙤𝙢𝙗𝙧𝙚𝙨 vestidos con uniformes oscuros y chaquetas de color azul oscuro que tienen un águila como logo en la parte frontal y detrás el nombre de S.H.I.E.L.D recorren de un lado a otro el pasillo de la clínica llevando informes, tomando declaraciones, resguardando el perímetro.
La niña sigue cavilando dentro de ella sin prestar mucha atención a lo que pasa en su entorno, el juego constante de sus dedos y la mirada perdida en un punto exacto de la pared solo hacen pensar a la agente trece que la niña se encuentra en shock emocional, claro, alguien normal tendría una reacción de estrés agudo luego del evento traumático que vivió y ella, una niña de doce años no es la excepción.
A los poco segundo de la llegada de los Rogers, Natasha Romanoff entra casi corriendo con la preocupación latente en su rostro, buscando con la mirada a su hija acercándose a pasos rápidos cuando la localiza.
La rusa toma entre sus manos la cara de su pequeña niña.
- Agente Romanoff - habla Carter - . Le aseguro que a ella no le pasó nada. No la tocaron y no tiene ninguna herida.
La pelirroja la mira. - Gracias.
Carter solo sonríe. Ariadne mira a su madre con los ojos cristalinos.
- Mamá - habla con un tono de voz débil y tembloroso -. ¿Abuelito Nick estará bien?
- Si.. tú no te preocupes - besa su frente -. Papá y yo nos encargaremos de lo que pase.
La pequeña asiente viendo como su madre se levanta y le pide con una mirada a la otra agente que cuide de su hija, después entra en la misma habitación que entró a su padre.
- Y.. - Carter trata de llamar su atención. Hacerla hablar con ella -. ¿Quieres algo de beber o comer?
Niega. Ella no quiere nada. Lo único que quiere es estar en su casa acurrucada con su papá mientras él le cuenta sus aventuras con su mejor amigo.
Durante todo el tiempo que Sharon Carter vigilo y cuido de los Rogers fue testigo de como la menor desprendía luz y calidez con su sola presencia, la sonrisa que ella siempre llevaba era una reconfortante luego de un día agotador, y, ahora no está; ella personalmente como ser humano quiere que la vuelva a tener, desea que la niña vuelva a tener su suave luminosidad.
Una hora después una trágica noticia se revela, Nick Fury falleció. Las lágrimas de la pequeña no se hicieron esperar, le dolía. A ella se le rompió el corazón al enterarse que su abuelito ya no iba a estar con ella. Ya eran tres a los que perdía; primero su tío Phill, luego Chewbacca y ahora su abuelito.
Natasha y Steve se sintieron en parte culpables por no poder consolar a su hija como se debía; el papeleo y las cosas que tenía que hacer en ese instante se los impedía.
