Sokovia agreements (5/5)

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—¿Por qué? —pregunto Romanoff a su hija

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—¿Por qué? —pregunto Romanoff a su hija.

—¿Qué? —se hizo la desentendida.

—Sarah Ariadne Rogers Romanoff —la joven se estremeció al escuchar su nombre completo—. Quiero que me des un buen argumento que apruebe tu conducta.

La mencionada trago saliva con dificultad. —Мамочка —Natasha levanto una ceja—. Ya sabes que papá me cuenta historias de él desde que yo era niña, lo he admirado por mucho tiempo. Cuando paso lo del atentado al abuelo y la caída de SHIELD, cuando ustedes me dejaron en la presa como media de seguridad, un agente de HYDRA llegó por mí. Querían llevarme otra vez, pero él estuvo allí y me ayudó. Me saco del peligro y estuvo (escondido y a distancia) conmigo hasta que tú llegaste. Yo necesitaba ayuda y él me la dió. Y ahora.. él necesitaba y necesita ayuda y yo estoy dispuesta a dársela.

Natasha soltó un suspiro y se acercó a la joven, se sentó a su lado y colocó una mano sobre la de su hija.

—свет —dio suaves caricias en el dorso de su mano—. Tu intención es noble cariño, pero Barnes es un sujeto peligroso, HYDRA lo entrenó y..

—Es inocente —la interrumpió—. Él es una víctima de las atrocidades que esas personas le hicieron, mamá. ¡Destrozaron su mente y arruinaron su vida!

—Ariadne —la rusa suavizó su tono para no alterar las cosas—. Si es como tú dices, a ellos no les interesaría saberlo, los gobiernos no tomarán esas pruebas y solo lo encerraran, Barnes es buscado por todas las naciones, asesino a cientos de personas..

—Y está en números rojos, ¿verdad? —la rubia se arrepintió de soltar aquellas palabras en cuanto vio como su madre agachaba la cabeza—. Lo siento. Pero tú mejor que nadie tendría que saber por lo que él está pasando. Tú sabes lo que se siente hacer cosas en contra de tu voluntad.

—Ari..

Natasha se vio interrumpida por un repentino golpeteo. Las dos féminas giraron en esa dirección. Joe Stark se encontraba parado en la entrada de la oficina, vestía con traje semiformal. Entre sus manos llevaba un cuadernillo grueso de hojas blancas.

Se aclaró la garganta antes de hablar.

—¿Puedo? —pregunto.

—Adelante —le respondio Nat, ella se levantó y caminando a la salida dijo—. Los dejo solos.

El menor de los Stark sonrió agradecido. Se adentro a la estancia manteniendo la puerta abierta para que Romanoff salga.

—Cuando me llamaste para que te ayudará con el quinjet, no pense que sería para esto —hablo el castaño, una vez que se aseguró que estaban solos.

Ariadne suspiro exhausta. —¿Y qué pensabas?

—Que irías a Queens para asaltar un banco de químicos con tú mejor amigo.

Legado |#01 Saga Legado|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora