Ellos no se asustaron de los monstruos que habitan en mi interior. Él tomó su escudo y me protegió, ella cogió su arma y me salvó..
Son mis padres, mi familia.
𝙔𝙤 𝙨𝙤𝙮 𝘼𝙧𝙞𝙖𝙙𝙣𝙚 𝙍𝙤𝙜𝙚𝙧𝙨 𝙍𝙤𝙢𝙖𝙣𝙤𝙛𝙛 𝙮 𝙨𝙤𝙮 𝙨𝙪 𝙡𝙚𝙜𝙖𝙙𝙤.
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Tanto madre como hija se habían alejado unos cinco metros de los demás.
-En serio, ¿¡Lo volviste hacer!? -pregunto Natasha-. No, olvídalo. Ni si quiera se porque lo pregunto.
-¡HALL me dijo que estabas en peligro! -alega la rubia-. ¿Cómo querías que me quedé tranquila después de saber eso?
-¿HALL te..? -el ceño de la rusa se frunció con desconcierto-. ¿Cómo es que tu asistente sabía lo que me pasaba?.. no, no, sabes que, mejor no lo digas; ya sé cuál será tu respuesta.
Ariadne dejo salir una risa que intento cubrir con una tos, ante la severa mirada de su madre.
-Me dejaron mucho tiempo con Tony -se excuso divertida, la menor.
-Créeme que me di cuenta hace mucho -una sonrisa pícara se dibujó en el rostro de la espía-. ¿Tu padre sabe de esto?
-Noup -negó-. Justo ahora está en Latinoamérica deshaciéndose de una mafia china, en tanto recolecta los recursos para.. bueno, liberar a los demás.
-Y Barnes -dijo con picardía la pelirroja, cierto brillo juguetón apareció en sus ojos-. ¿Sabe que estás aquí?
-No se que tenga que ver James en esto, pero no -explico con un toque de tristeza-. Tuvimos que volverlo a criogenizar.
-Lo siento -se disculpó, con un ademán de cabeza le indico el regreso a la nave-. ¿Recuerdas esa grandiosa aventura que dije que tendríamos?, Es esta mi свет, ¿estás lista?
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Prisión del Séptimo Círculo - Rusia
Natasha hizo una explicación rápida a su hija del plan que tenían para sacar de prisión al ex-espía ruso, Alexei Shostakov, quien resultó ser el padre adoptivo de la pelirroja. Las dos mujeres mayores se colocaron un traje blanco y la menor con ayuda de su reloj cambio el color del suyo.
-Genial -había dicho, sin mostrar emoción alguna-. Ahora tengo otro abuelo.
El viaje de dos horas en el helicóptero fue callado e incómodo. Ariadne se mantuvo inmersa en una pantalla táctil (tipo celular), en el que pudo hackear la red de la prisión y donde también se mantuvo al tanto de los avances del algoritmo. Habló por mensaje con Shuri y pudo ver una fotografía, donde salía con Bucky. Aún recuerda ese día, era la tarde en que hizo que el ojiazul probará la barra de cereal de chocolate, ella salía riendo a un lado del hombre y este con una mueca rara en sus labios mientras masticaba, y, mirándola de manera seria.
-Ya es hora, cenicienta -Yelena le hablo-. Haz tu magia.
Con una sonrisa en el rostro, Ariadne se dispuso ha hacer lo que mejor sabe hacer.
-Hoy es tu día de suerte, Alexei -hablo Nat-. Ve a la entrada del muro Sur.
La rubia desplegó el mapa holográfico desde su pantalla. El punto rojo que se veía mover era el ruso. Manipulo la programación y las puertas comenzaron a abrirse para que Shostakov pasará, una vez que el hombre salía, las puertas volvían a cerrarse.
