Said

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Luces violetas, azules y rojizas se veían a través de los ventanales de la casona

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Luces violetas, azules y rojizas se veían a través de los ventanales de la casona. Los cuzqueños se preguntaban que tanto sucedía ahí. No tenían ni idea de lo que causaba eso y el miedo los envolvía.

— Deberíamos llamar a las autoridades —sugirió uno—. Ya pasamos por el robot ese que ha destruido nuestra ciudad y a matado a nuestra gente. No perdamos más.

Y tenía razón. No merecían perder más, ni material ni personas. El problema es que si llaman a las autoridades, cierta ex vengadora estaría en problemas; la apresarían por ser una criminal buscada a nivel mundial. Y también, el joven de los Stark estaría en problemas por encubrir a la fugitiva.

De pronto una máquina, similar a la que contiene a Verónica, salió despedida del cielo, se posó por encima de la casona y de ella se desplegaron grandes barras metálicas que entraron al recinto destruyendo el tejado.

Unos minutos después, todo se calmó.

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Said entró en acción. El satélite está provisto de partes ensambladas automáticas echas por ambos jóvenes para crear paredes de una jaula electrificada autoensamblada que se asemeja a una prisión de contención. Said fue hecho para atrapar a Ariadne cuando los poderes de la chica se salieran de control. Fue una medida que tomaron cuando Joelle encontró a Ariadne desecha por el miedo a sus poderes en el bosque que rodeaba la nueva base de los vengadores.

Y tal y como lo habían previsto. Ella se salió de control, pero lo que más intrigaba a Stark era que su amiga se encontraba ida y los poderes ya no eran los mismo, ahora, tenían dos colores más que llamaron su atención y escarbaron en su curiosidad.

— Viernes escanea a Ariadne —pidió Joe a la IA.

Del casco de su traje salió la luz azul que comenzó analizar a la fémina, en tanto, él limpia las heridas que se hizo al pelear contra Arsenal y al tratar de controlar a Rogers.

— Es su código genético, joven —explica Viernes—. Al parecer tres codones no identificados de sus setenta codones se encuentran en una lucha por predominar.

Joe se sorprendió. Si bien sabía que ella era una alterada no esperaba que tuviera tantos codones. Generalmente el código genético tiene solo sesenta y cuatro codones.

Un codón es un triplete de nucleótidos. En el código genético, cada aminoácido está codificado por uno o varios codones. El codón es la unidad de información básica en el proceso de traducción del ARNm. Cada uno de los codones codifica un solo aminoácido, y esta correlación es la base del código genético que permite la traducción de la secuencia de ARNm a la secuencia de aminoácidos que compone la proteína.

Cada codón porta la información para pasar la secuencia de nucleótidos del ARNm a la secuencia de aminoácidos de la proteína en el proceso de traducción. Hay 64 codones posibles por combinación de los 4 nucleótidos en cada una de las 3 posiciones del triplete. El código es no ambiguo; cada codón codifica un solo aminoácido. Sin embargo, es redundante; hay varios codones que pueden codificar al mismo aminoácido. Así, los 64 codones no codifican 64 aminoácidos, sino 20. Sin embargo, Ariadne Rogers tiene 70 codones y algunos no son indentificados.

Tal vez sean las mutaciones que le hicieron mientras estuvo bajo el secuestro que sufrió de niña. O tal vez, son los genes que su padre (otro alterado) le heredó.

— Viernes analiza los codones desconocidos.

— Hay seis codones inusuales.

— ¿Y estos son los que están peleando?

— Solo tres de ellos joven. Los otros tres restantes parecen estar dormidos.

¿Qué?

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Su cuerpo duele y hormiguea.

¿Qué ocurrió?

Lo último que recuerda es ser atacada por el robot que ella misma hizo y luego todo se vuelve borroso... Hasta aquella pesadilla de las gemas brillantes.

No hay nada más en su mente que la ayude a descifrar el porque la electrificaron ni el quien lo había hecho.

Abre lentamente los ojos acostumbradolos a la oscuridad en la que permanezco. Aunque eso no dura mucho. Una luz se enciende en el rincón de la habitación haciendo que cierre los ojos y los vuelva a abrir percatandome de la persona que está observándome fijamente.

Santa madre que miedo con el acosador.

— ¿Cómo te sientes? —es lo primero que dice luego de unos minutos.

— Bien.

El silencio vuelve a reinar. Ella decide mirar el techo sintiendo la pesada mirada que su amigo, si es que aún puede llamarlo así, le está dando.

— ¿Me vas a explicar que te pasa? —pregunta en medio de un suspiro—. Primero sales a encubrir a un criminal, luego te conviertes en una criminal internacional y ahora desatas todo el caos de tus poderes... Yo solo quiero ayudarte Adne.

Pocas veces han sido las que Ariadne se a permitido llorar frente a personas después de cumplir los trece. Ni siquiera a sus padres. Ella no deja que los demás vean su lado sencible. Su personalidad fuerte, su educación y picardía son primordiales en su apariencia física. El esconder sus emociones es algo que le facilita muchas cosas. Es uno de los beneficio que tienen al haber sido entrenada desde pequeña.

Ella no dejará que la vean débil.

— Yo estoy bien —miente—. Solo.. siento haber mentido, pero era necesario.

— Ariadne —la voz de Joe era más baja de lo normal, se levantó de su sitio y camino hasta sentarse en la cama—. Te conozco a la perfección. No mientas Rogers.

— Joe —sus ojos se llenaron de lágrimas.

Joe Stark podía estar todo lo molesto que quería. Podía mandar a todos a volar y quedarse con su orgullo intacto. Pero, él tenía cierta debilidad.

No le gustaba ver cómo la pequeña de los Rogers derramaba lágrimas.

Él conoce a la verdadera Ariadne Rogers Romanoff que es oculta por la crisálida que la fémina creo. Sabe que por muy poderosa y fuerte que es también es frágil y sentimental.

Cuando el primer sollozo salió él ya estaba recostado junto a ella y la tenía envuelta entre sus brazos dejando que la rubia con mechones rojizos se aferrará a él.

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