Ellos no se asustaron de los monstruos que habitan en mi interior. Él tomó su escudo y me protegió, ella cogió su arma y me salvó..
Son mis padres, mi familia.
𝙔𝙤 𝙨𝙤𝙮 𝘼𝙧𝙞𝙖𝙙𝙣𝙚 𝙍𝙤𝙜𝙚𝙧𝙨 𝙍𝙤𝙢𝙖𝙣𝙤𝙛𝙛 𝙮 𝙨𝙤𝙮 𝙨𝙪 𝙡𝙚𝙜𝙖𝙙𝙤.
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Nota importante: este capítulo va antes de Winter Soldier solo que estoy un poco (mucho) distraída con los exámenes de anatomía que se me pasó este capítulo.
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Paris, Francia – 5:30 am
Su llegada a la cuidad parisina es totalmente exprés. Bajo del avión, recogió su maleta, se encerró en un cubículo de baño y se colocó una nano máscara para cambiar su apariencia y que no la rastrearán.
El clima fuera del auto era nublado. Pero eso no la detuvo para su cometido. Salió del aeropuerto y tomo el primer taxi que estuvo a su disposición. Para dirigirse a la estación de trenes. Allí abordaría un tren con destino a Castelnou.
—Emmenez-moi à la gare d'Austerlitz, s'il vous plaît. —hablo en un francés perfecto. (Llévame a la Gare d'Austerlitz, por favor.)
El taxista, un hombre de unos cincuenta años, con bigote y cabello blanquecino, de piel beige, asintió.
Si los cálculos que hizo no se equivocaban el vuelo de su instituto debió haber llegado hace una hora y treinta y un minutos a Italia.
Decidió mandarles un mensaje a sus padres para no preocuparlos y que no sospechen, o la rastreen.
Hola, llegue bien. Disculpen por no avisarles antes, pero cai dormida en cuanto llegue al hotel. Los amo.
Envío el mensaje a su papá porque sabe que el no le haría tantas preguntas y le creería.
Recibió un: Que bueno que hallas llegado bien, ya te extrañamos. Disfruta el viaje e igual te amamos.
—Nous sommes arrivés à votre destination —le dijo el taxista, estacionando a las afueras de la estación. (Llegamos a su destino.)
—Merci beaucoup —agradeció.
Pago la tarifa, bajaron del auto, el señor ayudó a Ariadne con su maleta y ella alzó sus verdosos ojos al edificio. Por fuera la estación parecía una casona, era de color claro, tenía árboles por el aparcamiento, en uno de sus lados se leía Gare d'Austerlitz en letras 4D platinadas. Por dentro era aún más bonito y elegante, parecía una estación antigua atrapada en el tiempo.
