Protective bubble

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Al ya ser concientes de lo que hacían, todas ellas —las viudas— dejaron de golpear a la vengadora

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Al ya ser concientes de lo que hacían, todas ellas —las viudas— dejaron de golpear a la vengadora. Miraban y se hallaban desorientadas. Por mucho tiempo no fueron ellas y ahora no sabían que hacer.

Yelena y Ariadna entraron para revisar a Natasha, quien aún se encontraba en el suelo.

—Hey! —la llamo Yelena—.¿Estás bien?

Ariadna la ayudo a levantarse. Se alejaron un poco de las viudas.

—Tienes el hombro dislocado —le comentó a su madre—. Será doloroso —informó—.Ok. A la cuenta de tres, ¿lista?

Coloco sus manos en donde debían estar y haciendo un moviendo acompañado de un empujón controlado —y sin esperar respuesta— acomodo la articulación.

Natasha grito de dolor.

—Perdóname.

Se disculpa la joven.

—¿Qué haremos? —pregunta en ruso, una de las jóvenes que estuvieron bajo control mental.

—Váyanse lo más lejos que puedan —les recomienda Natasha, tras mirar a todas—. Ahora toman sus propias decisiones.

Una nueva explosión sacude la base aérea, llamando la atención de todas.

—Tenemos que salir de aquí —hablo Natasha a su hermana y a su hija.

—Ok —contesto Yelena—. Hay que ir por Dreykov, ¿vienen?

—Voy detrás de ti —Natasha camino al escritorio del nombrado.

Ariadne al ver lo que hacía su madre, decide quedarse y ayudarla. Misión o no. Su prioridad siempre será su madre  y su padre, su familia. No le importa nada más que eso.

Haciendo un ademán con la cabeza; dio su respuesta a Yelena.

La menor fue hasta dónde está su madre. Vio como del escritorio sacaba un teclado, movió un anillo que funcionaba como llave digital.

En la pantalla holográfica salio el letrero de «Logging in». Romanoff comenzó a transferir datos. Y luego de unos segundos, fotos con rostros de niñas, adolescentes, jóvenes y adultas aparecieron en la pantalla, cada una con datos.

Ariadna se quedó anonadada viendo la pantalla.

Más explosiones ocurrieron, una de ellas quebró una pared de vidrio que estaba detrás de ellas.

En la pantalla se vio que ya estaba completa la transferencia. Al darse la vuelta, Ariadne, noto dos ampolletas con el antídoto en el suelo, las dos en buen estado. Las tomo y guardo en un bolsillo.

Luego de eso ambas Romanoff salieron del lugar. Una exposición casi las calcina de no haber sido por la rápida reacción de la pelirroja. Natasha disparo a los cristales de un ventanal y las dos saltaron.

Legado |#01 Saga Legado|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora