Alien donut

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Greenwich Village–Nueva York

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Greenwich Village–Nueva York

No se esperaban encontrar un panorama surrealista cuando acudieron al llamado de Tony Stark. Joe, hijo del genio, recibió una llamada de su progenitor y no dudó en dirigirse en el momento que mencionaron que era una emergencia mundial. Ariadne al enterarse no lo pensó dos veces y fue de igual manera.

Llegaron frente a una casa de tres pisos en el 177A Bleecker Street en Greenwich Village de Nueva York y fue ahí el momento donde la locura se desató.

Las personas corrían despavoridas en distintas direcciones, los autos se detenían, un viento fuerte levanta el polvo. En los rostros se refleja el pánico que están viviendo. Gritos y estruendos se escuchan por todo el lugar.

Caminaron en dirección contraria a donde huían los civiles. Van directo al peligro.

Más adelante se encontraron con Tony, Bruce, a ambos jóvenes se les hizo raro y extraño ver al científico después de mucho tiempo aunque eso no quitaba que se alegraban, y por último, dos desconocidos con trajes que parecían sacados de una obra de teatro medieval.

Al escuchar sonidos eléctricos posaron su mirada al frente, de donde se originaban los fuertes vientos, hallando una nave extraterrestre.

— Hall ¿Qué estoy viendo? —pregunta Ariadne.

— No estoy seguro, trabajo en ello.

— Viernes, que evacuen a todos al sur de la calle 43 —escucha decir a Tony—. Notifica a las autoridades.

El desconocido con capa movió sus manos, fue ahí que Ariadne se percató de los círculos naranja que habían alrededor de los antebrazos del mago, una ola de magia que el hombre lanzó hizo que los vientos se detuvieran.

Tal vez él sea de ayuda, pensó Ariadne. El mago podría ser su respuesta a lo que le pasa.

Un rayo de luz azul en forma de túnel es lanzado desde la nave, al evaporarse la luz azulina dos individuos extraterrestres aparecieron, uno grande y corpulento, y el otro más pequeño que el anterior y delgado.

— Escúchenme y regocíjense —habla el más pequeño, mientras el grupo de héroes se acerca—. Están a punto de morir a manos de los hijos de Thanos.

En cuestión de tan solo segundos el corazón de la fémina pareció tener un infarto, ser revivido por la adrenalina y experimentar una taquicardia que solo aumentaba su nerviosismo y miedo. Su cerebro dejo de funcionar. Su respiración se cortó y su racionalidad se nublo.

Aquellos seres monstruosos se parecen demasiado a los de sus pesadillas. No. Ellos son los que acechan en sus pesadillas.

El gruñido que emito el otro extraterrestre la trae de vuelta.

— Agradezcan —nuevamente habla el alien delgado—, que sus insignificantes vidas ahora contribuiran..

— A ver, perdón —lo interrumpe Tony—, la Tierra hoy está cerrada.

— Así que empaquen sus cosas y lárguense de aquí —secunda a su padre, Joe.

— Guardián de la gema —se dirige al mago con capa—. ¿Estos animales parlanchines hablan por ti?

— Claro que no, yo hablo por mí mismo —avanzo unos paso hacía adelante, junto sus manos y dio un pequeño golpe acompañado con movimientos que prendieron otra vez aquellos círculos de magia naranja en sus antebrazos—. Están allanando esta ciudad y este planeta.

El mago que está al lado de Ariadne hace lo mismo que el otro. La chica de igual manera se prepara para atacar y usar sus poderes si es necesario.

— O sea que te largues, Calamardo —se burla Tony.

— Él me agota —murmura el hijo de Thanos—. Tráeme la Gema y a la humana.

El monstruo grande comienza a caminar hacia ellos golpendo con su arma —parecida a un pico de mina— el suelo de concreto.

— Dr. Banner, ¿se apunta? —pregunta Joe.

— Mmm. No quiero, pero ¿cuándo tengo lo que deseo?

Mientras Tony soltó un “exacto”, el cuello y manos del doctor se pusieron verdes debido a la casi transformación que tenia para sacar al otro sujeto.

— Ha pasado un buen tiempo —murmura el genio—. Qué bueno tenerte de vuelta.. aún más sabiendo que no nos traicionarás —dijo esto último mirando de reojo a la joven que se posicionó al lado de su hijo.

El corazón de Ariadne se apretujó de una manera dolorosa que solo desvío la mirada para no dejar que lo notarán. Tenía que hablar con su tío Tony para aclarar las cosas.

— Ok, shh. Espera —lo cayó Bruce—. Necesito concentrarme un segundo. ¡Sí puedo, sal!

Sin embargo, los el otro sujeto no salía. El monstruo gris seguía acercándose golpendo autos y objetos en su camino.

— ¿Y el otro sujeto?

— No lo sé. Tuvimos una cosa.

— No hay tiempo para cosas.

— La cosa ya viene en camino —murmura Ariadne ganándose una mirada despectiva de Tony. Ok. No hablaría.

— ¡Ya lo sé! —grita Banner.

— La cosa está allá atrás. Vas.

Hulk seguía sin salir por mucho que Banner lo intentará bajo la mirada de todos.

— Oye, me estás avergonzado frente a los magos —susurra Tony.

— Lo lamento —se disculpa Bruce—. No sé si puedo.. o él no quiere.. no sé qué..

Tony se acercó a él es intento calmarlo colocando sus manos en los hombros del doctor.

— Sí, ya entendí. Retiraré —pasa su mirada a uno de los magos—. Cuídamelo porfi.

El monstruo emprende carrera hacía ellos. Ambos Stark se equipan con sus nuevas armaduras de Iron Man y Iron Soul, gracias a la nanotecnología que estos poseen. Ariadne presionó la pantalla de su reloj, lo recupero gracias a Joe, y el traje de vibranio la vistió por completo.

Padre e hijo avanzaron directo al monstruo.

Tony se adelantó un poco más que Joe, recibiendo el primer golpe que fue frenado por un escudo que hizo. Luego lanzó un golpe que hizo tambalear al alien. De la parte de atrás de su traje salieron cuatro paneles con forma de media luna que despiden una onda que tiro al monstruo. Calamardo con un movimiento de mano alejo al otro alien al ver que caería sobre él.

— Tony, Joe, Ariadne, ¿y eso de donde vino?

— Industrias Stark y su nanotecnología, ¿te gusta? Una cosita que...

No termino de hablar debido a que por obra de “Calamardo” el suelo bajo sus pies se levantó enviándolo a volar, el mismo ser que causó eso, hizo levitar dos árboles arrojando los hacía los héroes.

Won y Ariadne se adelantan para frenar los, mientras el mago crea un escudo de magia la chica lanza una esfera de magia púrpura haciendo que este se pulverizara en el acto.

— ¿Desde cuándo hace eso? —masculló sorprendido Tony.

Legado |#01 Saga Legado|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora