Free dance and responsibility

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Allí estan ellos, Ariadne y Bucky, en medio del bosque de Wakanda; a punto de iniciar la última fase de la recuperación de Barnes

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Allí estan ellos, Ariadne y Bucky, en medio del bosque de Wakanda; a punto de iniciar la última fase de la recuperación de Barnes.

La prueba final.

— Llegó la hora —dijo la joven con los nervios a mil por hora.

— No quiero ofenderte amapola —habla Bucky, manteniendo la mirada fija en las llamas de una fogata—. Pero ¿estás segura de esto? No quiero exponerte al soldado, no otra vez.

— Sabré detenerte si es lo que te preocupa.

— ¿Y si te lastimó?

— Estaré bien Buck. Sé defenderme.

Rogers tomo una bocanada de aire intentando disminuir sus nervios, ella de verdad quería que funcionara.

— Nostalgia —comenzó a hablar en ruso Ariadne—... Oxidado... Diecisiete..

— No va a funcionar —suelta Barnes con lágrimas en los ojos, sin embargo Ariadne no paró.

— Amanecer... Horno... Nueve... Benigno... Regreso... Uno... Vagón de carga...

Nada.

No paso nada.

El solado del invierno no apareció.

No lo hizo.

Ariadne soltó un suspiro de alivio y una lágrima involuntaria cayó por su mejilla al ver a James emotivo.

— Eres libre —murmuro alegre—. Ya eres libre.

James Barnes rompió en llanto. Ariadne camino hasta el hombre y lo abrazo fuerte. La incredulidad y la alegría no cabían en su ser. Era libre, al fin luego de mucho tiempo, su mente era libre de aquella programación que lo obligó a cometer tantas aberraciones. Para él no cabía duda que Ariadne Rogers se había ganado su corazón, no lo titubeo desde el momento en que ella arriesgo todo para ayudarlo.

Por eso se arriesgo. Por eso confío en ella para quitar aquello malo que yacía en su mente. Por eso confía en ella como nunca antes había confiado en alguien más. Ni siquiera Steve llegaba a tanta confianza.

Con su única mano tomo la mejilla de la pequeña genio y la acerco a su rostro, la acerco a él. Frente contra frente, nariz contra nariz, alientos entremezclados.

— Las estrellas ya estan danzando libres en el firmamento —susurro ella, con los ojos cerrados.

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Las veces que su conciencia y cerebro le habían recriminado no llevarse sus creaciones del complejo eran incontables. En muchas ocasiones pensó en ir y retirarlas sin que nadie lo notara; en realidad nadie se daría cuenta.

Jamas fue.

Y aquí estaba la consecuencia.  Arsenal había sido robado. El robot es un prototipo de unidad de combate creado por Joe y ella partiendo de unos planos echos por Howard Stark, abuelo del joven.

Arsenal posee resistencia y durabilidad amplificada, chorros de aire y dardos de inercia; puede emitir un campo electro-aturdimiento y proyectar un haz láser de alta intensidad de sus ojos. También posee un lanzallamas, múltiples sistemas de cañón y un dispensador de gas tóxico.

Todo un peligro en las manos equivocadas. 

Y sí, estaba en las manos equivocadas.

A.I.M lo tenía y ella no sabía el como lo habían conseguido. 

La madrugada del día siguiente en que libero a Bucky recibió una notificación de Hall diciendo que Arsenal estaba en las noticias por casi destruir toda una ciudad en Latinoamérica.

Cuzco, una ciudad de Perú, había sido atacada la noche anterior por Arsenal bajo el control de A.I.M. Los videos, reportes, twist y fotos eran devastadores. Ella jamás pensó que una de sus creaciones dañará a inocentes.

¿Como pudo ser tan cobarde y no ir al complejo?

Ha combatido robots en una ciudad flotante, se enfrentó a los vengadores, peleo contra el ejército wakandiano, derrocó una agencia que controlaba a mujeres para beneficios turbios, sobrevivió durante su estadía en Venal e incluso se defendió del soldado del invierno. En todas esas ocasiones no dejo que el miedo dominará.

¿Por qué está vez si lo permitió?

Fácil. Las situaciones anteriores eran cosas a las que ya estaba acostumbrada, era para lo que la preparaban en aquella corporación infernal, pero no estaba acostumbrada a sentir así.

Había traicionado la confianza que Joe le había dado.

Ahora por su cobardía casi toda una ciudad sufrió las consecuencias. Era su culpa el que hayan agredido al pueblo peruano y se haría responsable.

Primero iría a la ciudad y contendría a Arsenal, en el peor de los casos, acabaría con el robot. Segundo ayudaría económicamente en lo que pudiera a la ciudad andina. Y tercero, se entregaría a las autoridades si eso requerían; ya había ayudado a James, sus padres y amigos estaban libres, ella ya había cumplido con su parte del plan original que tenía.

Ahora debía afrontar las consecuencias de los actos que sus creaciones causaban.

Era su responsabilidad.

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Escombros, heridos, desaparecidos.. muertes. Hizo de tripas corazón para ayudar a los cusqueños.

Lleva ya un día desde que llegó a la ciudad peruana y desde su llegada los peruanos no han echo más que ser cálidos y agradecidos con ella. A pesar de saber que ella fue quien ayudo a la construcción del robot, ellos supieron comprender que su intención nunca fue dañar a personas inocentes, y también, la hicieron ver que no era culpa suya que aquellos criminales tomarán posesión de Arsenal.

Los peruanos valoraban que Ariadne estaba allí para remediar sus errores. Y eso ella lo agradecía.

Las tareas que estaba llevando acabó era remover escombros, sacar a los atrapados, encontrar a los desaparecidos y rastrear a Arsenal. El robot no había dado rastros de su presencia desde que ella llegó.

¿Acasó se fue?

Estaba más que segura que no. Pero de alguna manera A.I.M sabía de su llegada y de alguna manera incapacitaron el rastreador del robot para que ella no los encontrara.

Legado |#01 Saga Legado|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora