20화

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Era extraña aquella confianza que llegaba en momentos poco favorables, peor aún si después venía una oleada salvaje de arrepentimiento. Jeon Jungkook cree que, otra vez, habló de más con Taehyung. Bien, admite no decir nada que no pensase en realidad, pero debió omitir un par de... situaciones; por ejemplo, hacerle saber en una especie de indirecta que él quizá correspondía sus sentimientos. Aunque sería evidente, si aún sabiéndolo, seguía llamándole. Pero, no era su culpa; aquel alfa no sólo era en demasía atractivo, sino que lo encontraba divertido y dulce, a su manera. El omega está al tanto de esa verdad, la cual no repetiría más que en sus recónditos pensamientos, ahí estaba a salvo. Evitaría problemas innecesarios, por ahora, debería centrarse en aquella tensa cena a la que fue obligado a asistir; en la mansión del líder.

        Desde que pisó el inmenso lugar, una corriente de inseguridad le abordó; aunque él estuvo numerosas veces ahí, no solía ser así cuando el líder estaba en casa. Ese alfa poseía un porte intimidante, se trataba de un hombre robusto y alto; semejante a los troncos de roble en el bosque, piensa Jeon Jungkook. Trata de ser amable, no decir demasiado pero responder cuando dirige su atención hacia él. Quizá, jamás estuvo tan contento de ver a Jinwoo, tenerle ahí en la misma mesa que él, le daba paz. Aquel alfa rubio ocupa la silla frente a él, y cada tanto se dedican miradas amables; por ese instante, necesita olvidar que besó a su mejor amigo, porque tenerle de aliado en tan incómodo momento era aún más importante.

         Mientras los padres de Kim Jinwoo y Kim Hyojong parecen fascinados con su hermana mayor, Jungkook finge no existir mientras corta rebanadas del salmón sobre el plato de porcelana. El ambiente es hostil, aquel de mechas doradas entiende más que nunca la aberración de Taehyung hacia los de esa especie; omegas manteniendo tono bajo, seguido de sutiles risas contenidas; los alfas, a la cabeza de esa conversación, carecen de cordialidad al denotarle a Hyuna sus responsabilidades como esposa. Jungkook no sabe cómo puede tolerarlo, quizá porque en verdad ama al también rubio Hyojong, quien tampoco tiene mucha intención de abordar la charla.

        El menor en la sala sólo espera concluir para irse a casa, su mejor táctica se resume al mutismo; no obstante, jamás es seguido de cerca por la suerte. Y sabe bien, porque todos centran atención en él, debió asumir que el líder preguntaría en algún punto acerca de su relación con Kim Mingyu, hijo del mejor amigo de su hijo menor, y a su vez, única descendencia de un miembro tan vital en el concejo de la manada.

         Jungkook traga saliva, excusándose un segundo con la servilleta; sin olvidar sus modales  aunque le arribaron en medio de algún perezoso bocado.

        —Todo va de maravilla —sonríe apenas lo políticamente correcto. — De hecho, pronto iremos a Seoul para conocer la universidad donde aplicará —cree que es suficiente información, sin llegar a ser  cortante pero tampoco hablar de más.

         —Oh, sí. Los años maravillosos de universitarios —parece recordar un buen tiempo. — Serán cuatro años difíciles, pero apenas terminen, todo regresará a su ciclo normal. Estoy ansioso, le comentaba a Hyo que Mingyu será un gran aliado cuando concluya sus estudios —lanza una fugaz mirada al heredero, quien asiente sin darle gran atención. —Será un pilar importante en esta manada, igual que su padre.

         Jungkook asiente, aunque sin mucho entusiasmo. Durante un segundo, cruza la mirada con Jinwoo, y hasta cierto punto, le alcanza a notar irritado. Cree que ha visto mal, prefiere no hacer teorías. Taehyung no ayuda en su paranoia.

         —Estoy seguro que para él sería un honor servir a su manada —comenta antes de tomar un trago a su zumo de naranja, no tiene intención a participar más en aquella charla. Debió decir algo bien, porque ve al líder sonreír orgulloso.

Through The MaskWhere stories live. Discover now