55화

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No recuerda la última vez que durmió así de bien, seguro fue también en brazos de Taehyung. Es cálido, le hace olvidar que huyó de casa y ahora sólo se tenían a ellos dos; no mentiría, para él, es suficiente. Más aún cuando, antes de meterse a la cama para dormir como era debido, tomaron una ducha y el alfa salió presumiendo aquel delicioso ahora a chocomenta. Taehyung le dijo que no tenía sentido seguir usando neutralizadores, Jungkook sólo asintió sin prestarle mucha atención, porque su mente y corazón estaban disfrutando del delicioso aroma que por tanto tiempo le fue privado. Fue así, entre mares de dulce chocolate y fresca menta, que Jungkook cayó rendido en los brazos de Morfeo. Decidiendo que si debían resolver algo más, lo harían por la mañana, necesitaba un respiro sumido en dulce inconsciencia.

        El clima no es cálido, puede sentir crueldad en el invierno que se cuela por las ventanas, así que se acurruca más contra el cuerpo del alfa. Taehyung le aprisiona con sus brazos, hundiendo su nariz en el cuello del omega con dulce aroma a frambuesas. Jungkook le escucha suspirar entre sueños, pero no le presta atención, porque está en verdad cómodo; el alfa no es sólo cálido, es también suave y huele bien. Disfruta todo momento entre sus brazos, porque todavía no quiere salir de la cama y darse cuenta que es un nuevo día. Tampoco tiene mucho por hacer, pero deberán pensar qué harán de sus existencias mientras estén ahí; así que, prefiere aplazar ese momento todo lo posible, porque justo ahora sólo disfruta de Taehyung y su preciada chocomenta.

         —Me estás asfixiando —escuchó a Jungkook quejarse, aunque sabía que lo hacía por molestar. Taehyung se limitó a pellizcarle la cintura, aunque por encima de la camiseta del pijama. Entonces, río por lo infantil en su actuar.

         —Dímelo cuando me importe —murmuró bajo, cautivando al omega con su aterciopelada voz grave que le acompaña por las mañanas. —No te pienso soltar, nunca jamás.

         —¿Y el desayuno? —sonrió, disfrutando de molestarlo, porque tampoco quería abandonar esa cama.

         —Sobrevivirás —se apartó para conseguir mirarle, antes de retirar un pequeño mechón que estorbaba en su frente. —Buenos días.

          —Seguro pasa del mediodía, Taehyung hyung —replicó, escuchándole bufar. —Pero, buenos días para ti también.

        El alfa sonrió satisfecho.

No pasaron mucho tiempo en la cama, porque el estómago de Jungkook no dudó en traicionarle, haciendo reír a Taehyung mientras le prometía preparar un delicioso desayuno sólo para él; y aunque el omega estaba avergonzado, aceptó enseguida. Él no había visto a ningún alfa cocinar, así que fue detrás suyo, ambos todavía con su respectiva pijama.

      La vivienda era hermosa, Jungkook no tenía cómo pagarle a Yeji toda su ayuda. El día en que habló con ella para pedirle asilo para Taehyung, jamás esperó tanto, incluso le aseguró que sólo serían unos meses en lo que pensaban a dónde ir. Sin embargo, Yeji se ofreció con los papeles de residencia; él no podía declinar tan jugosa oferta, porque les liberaría de una larga lista con líos por resolver. Ahora, sólo debían mantenerse en Gangwon durante un tiempo, Jungkook no tenía problema alguno con ello; el lugar era lindo, su casa temporal y la compañía de Taehyung eran suficientes para existir.

        —¿Visitaste a Soonyoung antes de organizar todo tu alocado plan? —había querido preguntar desde hace un tiempo, pero no sabía si sería oportuno. De todas formas, necesitaba saber. Aunque claro, no se esperó la respuesta que recibió.

       —Él despertó la mañana en que te sacamos de Busan —una pequeña sonrisa tranquila iluminó su rostro. —No creerás que me lancé a la boca del lobo sin antes consultarlo con mi mejor amigo, ¿cierto?

Through The MaskWhere stories live. Discover now