42화

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Había pasado varias noches de pijamada en ese lugar. Recuerda a su madre en la cocina, haciéndoles galletas mientras ellos veían películas sentados frente al televisor. Durante su infancia, disfrutaban de hacer fuertes en la sala y comer chucherías, sólo una vez al mes, porque podrían salirles caries en los colmillos. Al menos, eso decían sus respectivas madres cuando lloraban por más tiempo juntos. Jungkook siente un escalofrío; la sala que solía llenarse de risas infantiles y palomitas regadas por el suelo, ahora está a oscuras. Los padres de Hoshi ni siquiera debieron pasarse por casa cuando les llamaron del hospital. Apenas van un par de días; pero el lugar carece de vida, como si estuviese abandonado desde hace meses. Hoshi era la energía del lugar, en realidad, de cualquiera a donde fuese.

      Jungkook quiere creer que es fuerte, pero siente náuseas al recordar cómo su amigo está postrado sobre una cama en el hospital. Mejor apresurarse, después de todo, es allanamiento de morada y aparte está privando a las autoridades de buena información. Cierra a sus espaldas, por una vez, agradece que Hoshi viva tan lejano a la civilización. Al menos, ningún vecino podrá verle husmeando por ahí. No hay ninguna casa hasta unos metros más adelante, así que quiere fingir que tiene la consciencia tranquila cuando se dirige directo a las escaleras; sin embargo, está equivocado, porque se sobresalta cuando escucha aquel molesto tintineo que señala un mensaje nuevo en su celular. Suspira, relajándose antes de coger el aparato con temblorosas manos, quizá sea Bambam. No es así.

        "Anoche estabas muy sensible, perdóname por dejarte solo en la mañana. Sé que quizá no te importa, pero quería disculparme". Bueno, ahora sabe que no se trató de ningún sueño con Taehyung. En verdad quiere ignorarlo, pero es difícil al recibir otro par de mensajes más. "¿Estás mejor? Creo que necesitamos hablar, bebé". Jungkook quiere estampar la frente contra la pared más cerca, ¿todavía osa decirle de esa forma? Aun consigue propiciarle un tonto cosquilleo, pero sigue sin saber qué pensar al respecto. Bufa, termina por leer el último mensaje: "Sé que me odias, pero los problemas nunca se resolvieron sólo callando", ¿sí? Jungkook quiere decirle que menos ocultándolos. Bien, bien. Deberá ser maduro respecto a su ¿relación? Si es que tenían algo como eso.

       "Estoy en casa de Hoshi" ni siquiera sabía por qué declaró su delito, pero sabía que tampoco diría nada. "No preguntes" le envió al instante siguiente, quizá podrían acordar verse más tarde o... No, Taehyung dijo que estaba cerca, iba para allá. Quiso objetar, pero sabía que estaría en camino. Aunque esa no era la pregunta, sino qué hacía tan lejos de casa. Decidió que si no le daba ninguna respuesta a eso, cortaría todo lazo con él, definitivamente. Jungkook pensó si debería subir o esperar al alfa, mientras guardaba el móvil en los bolsos de sus pantalones. Miró hacia el corredor que ocupaba el segundo piso, pero las puertas parecían alargarse hasta ser interminables. Tuvo miedo, apenas pudo considerarlo cuando regresó a la planta baja para tomar un vaso de agua de la cocina; seguro que a la madre de Hoshi no le molestará, menos cuando descubra al agresor de su hijo. Sí, se tranquilizó con ese pensamiento.

      Cuando llamaron al timbre, Jungkook recién fue consciente de que ahora no pudo sentir el aroma de Taehyung, como la otra tarde en el hospital. ¿Por qué ese día llevó su aroma sin neutralizadores? Al parecer, nadie prestó atención a ese ínfimo detalle. Abrió la puerta con su expresión más neutra, obligándole a entrar antes que se corriera el peligro de ser vistos. Aunque no muchos vivían por ese lado de la manada, prefería tener precauciones. La culpa sólo aumentó al darse cuenta que invitó a un presunto culpable a casa de Soonyoung, sí, debían salir cuánto antes.

       —¿Desde cuándo te gusta hablar? —se burló, mientras retomaba camino por las escaleras, siendo seguido por Taehyung a la habitación del omega hospitalizado.

       —¿Y tú desde cuando disfrutas irrumpir en propiedad privada? —atacó, recibiendo una amenazante mirada por parte del omega. —Bien, bien. Tampoco es para tomarse tan en serio.

Through The MaskWhere stories live. Discover now