Through The Mask

40화

Lo prometido es deuda
😈😈😈

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Era un niño solitario, siempre lo fue. Jungkook creía que sólo necesitaba a su hermana, porque él la amaba y mientras estuvieran juntos, todo estaría bien. Hyuna decía eso, al menos, él le creyó. ¿Por qué no iría a hacerlo? Nunca tuvo necesidad de hacer amigos, los niños que conocía nunca le trataban bien. Quizá porque Jungkook no disfrutaba jugar en la arena, pero tampoco adentro a la hora del té, o cosas por el estilo. Desde su infancia, muchos notaban quién sería alfa u omega, por esas mismas actitudes. Jungkook veía a Mingyu, Jinwoo y Namjoon jugar entre la tierra, a veces a las peleas o atraparse entre sí. Así como veía a omegas como Jihyo o Yena, incluso Soonyoung, preparar el té o fingir alguna visita a sus hogares. Jungkook resultó omega también, pero no le gustaba jugar al té, tampoco correr o ensuciarse. Él disfrutaba otras actividades, trepar árboles para buscar ardillas o investigar sobre nuevas flores en el jardín. A Jungkook le gustaba estar constantemente en algún contacto con su entorno, aunque nunca con las personas, a éstas solo se limitaba a observarlas.

      Sin embargo, había conocido a Soonyoung. Entonces, se dio cuenta que no debía ser como ellos para que pudiesen ser amigos, no, bastaba con entender. Él sabía que Soonyoung disfrutaba de jugar al té, a veces le acompañaba, aunque lo odiara. Y Hoshi sabía sobre su afición a recolectar insectos, aunque le diese asco, él sin dudar le acompañaba. Así funcionaba, nunca fueron iguales, pero se entendían. De algún extraño modo, lo hacían. Soonyoung lo había dicho antes, eran destinados. Y era imposible, pero le gustaba creer que sí.

      Por tanto, su mano es débil cuando intenta girar el picaporte del cuarto donde Soonyoung se encuentra. Tiene miedo de verlo, saber qué tan mal está, porque es su alma gemela. Soonyoung había sido elegido por la Luna para sujetarle cuando se dio cuenta que Hyuna no estaría para siempre; justo ahora, le aterra saber que tampoco ese adorable omega lo será. Quizá era eso, ver el estado de Hoshi representaba la fragilidad en quienes amas, porque su presencia es tan efímera como la misma noche, como el mismo invierno.

      La puerta rechina cuando Jungkook termina por abrirla, traga saliva cuando se atreve a ingresar. Y está ahí, pálido e inerte, con vida pero pendiendo de un hilo. Ellos dijeron que estaría bien, pero... ¿Y si nunca despierta? Jungkook termina por colapsar al llegar junto con él, dejándose caer contra las baldosas del cuarto; sus rodillas crujen contra el suelo, pero él sólo sujeta la helada mano de su mejor amigo. Ayer se vieron por la mañana, comieron panqueques e hicieron las paces. Y ahora, estaba ahí, sólo porque a un maldito se le antojo demostrar su poder. ¿Era justo? ¿Por qué era él quien estaba equivocado? Jungkook entrelazó sus manos, permitiendo que las lágrimas cayesen libremente. Tampoco podía hacer mucho por detenerlas.

      —No puedes dormir mucho tiempo, Hoshi. Nunca te pedí nada, sabes que no miento, tonto... Pero, ahora sí te lo suplico. Despierta, jamás podría controlar los malos chistes de Bambam por mí mismo —sonrió a través de las lágrimas, aunque sin una sola expresión. —Debes despertar, para que puedas ser libre también. No habrá ningún otro omega quien obliguen a ser algo que no quiera, y mucho menos será atacado por serlo. Debes despertar para verlo, no me quedaré de brazos cruzados. Nunca más...

Es difícil apartarse del peliplata, pero tampoco puede pasar mucho tiempo ahí; le duele mirarle inerte, casi sin vida. Así que, sólo espera a que las lágrimas sean menos notorias para salir. Tiene los ojos irritados, pero fácilmente creerían que fue gracias a la tensa conversación que tuvo con el par de alfas antes de ingresar con Hoshi. No se preocupa cuando sale del cuarto, avanza a través de extensos pasillos para estar de vuelta en la sala de espera. Deben llegar recién al mediodía, Jungkook no está muy seguro. Ha perdido la noción del tiempo.