Dolce Argie [C.H] [Argie x Todos]

Besos Nocturnos [HolArg] [+13]

¡¡Feliz San Valentín para todos, todas y todes!!

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--Buona notte mamma (Buenas noches, mamá) --Se despidió con una sonrisa de la europea que descansaba en su cuarto. 

Estaban en el hotel de la ONU, en Singapur, debido a que precisamente acaban de terminar una reunión con el mismo y ahora tocaba descansar para retirarse al día siguiente.

Caminó con una sonrisa, feliz de haber arreglado la disputa que había tenido con su madre hace unos días por una cuestión de pensamientos. 

Dado que hace tiempo que está en una relación homoparental, y como tal, su madre, influenciada por su tío, El Vaticano, claramente no veía del todo bien a estas relaciones a pesar de decir siempre que todos eran libres de hacer lo que desearan.

Su padre, por otro lado, era una excepción total, porque él si apreciaba del todo lo que ella hacía, y en verdad aceptaba su relación amorosa, claramente tenían una relación más estable que con la italiana, pero eran situaciones con las que había aprendido a vivir.

Con sus manos masajeó su cabello suelto y cabeza, había sido un día realmente largo y en verdad estaba agotada, no había podido desearle un feliz día a su novia ante el ritmo tan rápido y estresante de la reunión, también estaba el asunto con su madre, y claramente su tío. 

Bostezó mientras cruzaba el pasillo que daba a su habitación, lista para irse a dormir y quizá podría mandarle un mensaje a su novia.

No sonaba a un mal plan, si no hubiera sentido como de repente alguien la tomaba de la cintura y con un fuerte agarre a su brazo obligándola a agacharse, sintió los labios suaves y dulces de la persona más hermosa que podría existir en su mundo. 

Entrelazó sus manos, mientras que con su otra mano, tomaba a la chica de la cadera, acariciando de manera ligera su cuerpo, disfrutando del suave tacto de sus labios. Sonrió ante esto.

--Dacht je dat je kon gaan slapen zonder me de hele dag een ellendige kus te geven? (¿Creíste que te podrías ir a dormir sin darme un miserable beso en todo el día?) --Preguntó separando de manera leve sus labios, observando aquellos ojos dorados que tanto amaba de la sudamericana.

Argentina soltó una ligera risa cargada de timidez, mientras la contraria utilizaba su brazo libre para ponerla sobre su nuca, y acariciar aquella zona con cariño, no podían alejarse de los ojos de la contraria, sonriendo como tonta, la argentina se acercó a besarla de nuevo con pasión y amor.

Una batalla de lenguas comenzó a darse entre ambas por ver quien tomaba el poder, pero entre los ligeros toqueteos que se daban mutuamente complicaban la tarea del dominio.

La americana tomaba con fuerza su cadera, mientras que con una mano delineaba toda su figura por fuera de la ropa, cosa que la neerlandesa no hacía, ella tocaba la piel bajo la ropa con cautela, tocando su espalda y cadera con total  delicadeza, provocando con sus manos frías un contraste con la cálida piel de bajo de la ropa.

Argentina se separó del beso, mordiendo con total lentitud el labio inferior de la europea mientras la alza de la cadera para estar a la misma altura, la chica entiende a la perfección el movimiento, y coloca sus piernas a ambos lados de la cadera de la más alta, teniendo un fuete agarre.

Abrazando su cuello con ambos brazos, Holanda es quien besa ahora a la contraria con total fogosidad, marcando un ritmo lento y sensual, que provoca que ambas disfruten sin notar a nadie más a su alrededor. 

Olvidando que estaban en medio de un pasillo de hotel donde cualquiera podía verlas.

--Ejem --Ambas se separaron exaltadas ante tal interrupción, con sus mejillas sonrojadas y sus ojos bien abiertos ante la sorpresa.

España tenía una cara cargada de vergüenza y decepción, cosa que ambas entendieron que estaban mal.

--Hija, mira, entiendo que quieres tener tus momentos con Países Bajos, pero no en un pasillo, por Dios --Sermoneó el español avergonzado de haber encontrado así a su hija, era algo que en verdad deseaba olvidar.

Argentina bajó a la europea, pero sin separar el agarre de sus manos.

--Perdón, perdón --Comenzó a disculparse de manera reiterada, la vergüenza era mucha para su orgullo, mientras que la mayor simplemente se sonrojaba sin saber donde esconderse más que detrás de su pareja.

La vergüenza de haber sido descubierta junto a la argentina impedía que pudiera ver a la cara al español. 

--Ya, ya, vayan a su cuarto a hacer esa cosas, y descansen --Se despidió con rapidez el europeo, decidiendo mejor no ir a comprar ninguna bebida, se le habían ido hasta las ganas de jugar de manera online.

Ambas chicas observaron al español irse, una más sonrojada que la otra, pero sin separar el agarre de sus manos.

--C-creo que será mejor ir a mi cuarto --Su voz era temblorosa, y la neerlandesa ante su desespero de desaparecer sólo pudo asentir mientras era guiada por la más alta a su cuarto.

Ya ninguna tenía ni un mínimo interés en tener un momento fugaz.