No somos iguales [Ukarg]

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Estaban tranquilos, observando a las isleñas manejarse y administrar de forma eficaz, ambos mayores los observaban con orgullo y admiración, Argentina era alguien fácil de admirar por su espíritu social, odiando las desigualdades y deseando siempre que todos tuvieran los mismos derechos, nada de privilegios. Reino Unido por su parte era experta en la administración y con su conocida facilidad para salir de crisis de forma casi instantánea, por lo que ambos se complementaron bien a la hora de educar a las representantes de las islas del archipiélago.

El argentino le pasó un mate a la mujer sentada a su lado, ella lo aceptó al instante, aunque la tristeza era notable en sus facciones, Argentina suspiró.

--No te voy a prohibir verlas, UK --Aclaró el más alto, tomando el mate de regreso, la británica volteó a verlo con el entrecejo fruncido.

--Eso dices ahora, pero cuando ellos estén bajo tu custodia no me permitirás verlos jamás --Su mirada estaba cargada de desconfianza y duda. 

Y no era para menos, ella había sido bastante egoísta contra él, usurpando las islas cuando apenas tenían unos cuantos años, echando a sus habitantes para modificar todo a su convivencia y llevándose a todos los pequeños representantes que Argentina había creado y educado hasta sus tierras para modificar su educación y modales.

Durante sus disputas siempre metía a los isleños para hacer chantaje emocional, incluso se aprovechó para buscar que se rindiera en los bloqueos utilizando a los menores, además de utilizar su ubicación geográfica para la pesca ilegal en el territorio marítimo de Argentina y reclamar soberanía sobre la Antártida.

Contra él fue una mierda de persona, pero en más de 150 años conviviendo con aquellas islas se había encariñado con ellos, y aunque algunos lo odian por las horribles cosas que hizo, muchos también le tienen cariño, y ella no quería perder el contacto con los menores.

--UK, no soy como vos la puta madre --Insultó por lo bajo algo cansado, ya habían tenido esta discusión antes, cuando ONU le dio un plazo de tiempo límite para entregar la soberanía de las islas, Argentina se había quedado tan sorprendido que no había tenido palabras para celebrar, mientras que la británica reclamaba la decisión.

--No, eres peor --Gruñó en respuesta, esto comenzaba a hartarlo.

--Que no flaca, pará con hostigarme con esa mierda, si ellos te quieren ver te pueden ver, no voy a prohibirles eso, ¿me viste cara de británico para hacer tal estupidez? 

La mayor bufó ante la respuesta, manteniendose callada mientras el argentino le pasaba otro mate.

--¿Podemos convivir bien por sólo cinco minutos? No lo hagás por mi, hacelo por las peques --Pidió suspirando cansado, la felicidad de saber que ahora podría convivir como deseara con las isleñas lo volvía feliz, ahora si podría tener un asado familiar con todos los miembros de la familia.

Se mantuvieron en silencio, el americano cebaba los mates con tranquilidad observando a los menores firmar y ordenar las cosas para pasar a ser territorio argentino, mientras que Reino Unido se quedaba pensando, es consciente de que el chico a su lado haría algo de tal magnitud como prohibirle ver a los isleños que educó.

Quizás era la desconfianza de que le cobrara todas las cosas que le hizo en el pasado.

--¿Por qué?

--¿Hmm? --La observó con la bombilla en la boca y el mate en la mano.

--¿Por qué me dejas estar aquí contigo, tomando mates y viendo a los niños? --Preguntó confundida, casi perdida. No tenía lógica.

Argentina alejó el mate de su boca para verla con curiosidad.

--Porque no soy como vos, ¿tal vez? --Preguntó con un toque de humor que tuvo que transformar en seriedad ante la retadora mirada de la mayor-- Bueno, bueno che --Soltó una ligera risa ante esa mirada-- Y porque no quiero llevarme mal con vos considerando que voy a tener que verte seguido para que veas a las pequeñas, que claro, no son tan pequeñas, pero vos me entendés --Dijo con gracia-- Yo sé que muchas te quieren, y por esa cuestión sé que querrán verte UK y yo no se los voy a prohibir --Declaró con una ligera sonrisa, preparándose un mate-- Sé de la angustia e impotencia que da no poder ver a quienes quieres, y no es algo que se lo desearía ni a mi peor enemigo --Confesó con un ligero brillo de tristeza en sus dorados ojos-- O sea vos UK.

La británica suspiró ante la respuesta.

--Me debo disculpar por mis acciones tan infantiles del pasado --Admitió algo avergonzada-- No me puse en tu lugar como padre y me dejé influenciar por los rencores --Continuó, seguía manteniendose seria, pero un ligero sonrojo cubría sus pómulos-- Y el odio que te tenía por jamás someterte ante mi como hacían todos me hizo buscar otras alternativas, para --Suspiró-- Para someterte y no dañar más mi ego --Reconoció en voz baja, Argentina sonrió ante aquella disculpa.

--Acepto tus agradables disculpas británica molesta --Dijo para alivio de la chica-- Pero --Borró la ligera sonrisa la mayor-- Con la condición de que traigas facturas cuando vengas a visitar a las peques --Agregó sonrientes, la chica golpeó el hombro del más alto mientras este se reía-- ¡Es algo muy importante aunque no lo creas! --Se justificó con burla y sorna.

--Esta bien, acepto la condición --Se rindió la chica, recibiendo el mate que el chico le ofrecía.

--Mejor así, británica molesta.

--Como tú digas argentino ególatra. 

Mientras continuaban así, las isleñas observaban desde la puerta como aquellos representantes que consideraban como padres hablaban con tanta tranquilidad y soltura, al menos podían estar tranquilas de que no armarían otra guerra de nuevo.

Dolce Argie [C.H] [Argie x Todos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora