Capítulo VII

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Enigmático Lord
VII
Sentimientos tocando a través del tiempo

El otoño por fin había llegado a su fin, dejando paso al frío invierno, que con su llegada traía ventiscas y tormentas de nieve que azotaban la región.

El jardín de Chatsworth house había pasado de estar cubierto de verde, a estar cubierto de una capa de nieve blanca producto de una nevada pasada, impidiéndole así a Kagome seguir realizando sus caminatas por el jardín hasta que llegara la primavera el año siguiente.

Debía admitir que aquello le entristecía, pues no tenía otra actividad que le ayudara a pensar y recapacitar tanto como esa, sin embargo no era motivo de desesperación. Por suerte, aún tenía a su querida Sango y sus cartas como para poder desahogar la mayoría de sus tristezas, alegrías o vergüenzas.

Una de ellas, era que el tiempo había transcurrido lo suficientemente rápido... ¡Ya había cumplido sus primeros meses lejos de casa!  con su nueva vida como casada y señora de sociedad. Y debía admitir que no había sido nada fácil adaptarse a semejante cambio, pero, consideraba que no lo había hecho tan mal.

Considerando que no habían recibido más visitas, y ella misma no había realizado visitas a nadie, eso era un gran motivo para no atravesar por situaciones problemáticas con su marido ya que no tenía que verlo, excepto en las comidas y ni siquiera se miraban o cruzaban mayor palabra. Él parecía cómodo con el silencio y ella, también.... Sobretodo al recordar la discusión que habían tenido antes de la visita de sus padres, más razones tenía para no querer discutir, además de un "crecido orgullo".

Pero, volviendo a la realidad, aquella mañana nevada, mientras leía un libro cómodamente en el sofá de la salita cerca de la ventana, una carta de su querida Sango llegó para ella.

Casi salto de el sofá con alegría, tomó la carta y se acercó a la ventana para leerla con mayor claridad y detenimiento.

La carta dictaba así:

Manchester, Diciembre.

A mi querida Lady Kagome:

Me complace mucho recibir noticias tan agradables querida amiga, no sé si las que yo pueda darte sean tan agraciadas como las que tú me recitas en tu anterior misiva, sin embargo, muero de ganas por contarte las buenas nuevas y los pormenores detalle por detalle.

Comenzaré diciéndote que aquí en la ciudad, con la llegada del clima templado, todos parecen estar enfermos. No es el caso de nuestra familia, gracias al cielo. Durante tu ausencia, como ya te he relatado en otras cartas no he tenido grandes motivos para salir a pasear y creo que por ello no he tenido resfriados... Sin embargo, debo contarte que he conocido a un joven muy agraciado, es un caballero, muy amigo de nuestro vicario el señor Mushin. No sé si aun tienes recuerdos de haberlo visto en tu boda, pero, es mi deseo que algún día puedas llegar a conocerlo te aseguro que es una excelente persona y un gran amigo.

Pero dejando este tema de lado, deseo contarte que la señora White por fin ha concebido a luz a un niño sano y fuerte, la partera creía que no sobreviviría ya que nació prematuramente, sin embargo, el pequeño logró sorprendernos a todos, el señor White orgulloso, sostuvo a su pequeño por horas.. ¡Ni te imaginas!

Enigmático LordWhere stories live. Discover now