Capítulo XIII

551 94 7
                                    

Enigmático Lord
XIII
Nochebuena.

Normalmente, cuando tenemos ideas previas de una persona determinada, o algunas impresiones primerizas, como detalles de su personalidad, acciones o palabras, nos planteamos el hecho de conocer en su totalidad todo sobre esa persona, haciéndonos convicciones e ideas totalmente equivocadas.

Este pensamiento en particular, era el que rondaba la mente de Kagome durante el transcurso del día de ayer y el de hoy.

Kagome, pudo darse cuenta, de cómo el Lord, había empezado a mostrar rasgos de su personalidad que no había visto durante meses conviviendo con él en Chatsworth, y que precisamente, se habían detonado por aquel pequeño accidente, incluso, también tomaba acciones, mínimas, pero muy reveladoras a su parecer.

Mientras ella creía ya saberlo todo sobre él, más se daba cuenta de lo equivocada que estaba, y de que había estado errada en muchos aspectos.

Meditaba sobre esto, recostada en aquella cama matrimonial mientras le observaba leer, sentado cerca de ella, permitiéndole mirar sus facciones —Tan relajadas y pacíficas como siempre —que ahora le parecían curiosas y bellas dedicadas a la lectura del libro mientras le cuidaba.

Si esto hubiera sucedido meses atrás, probablemente, no se hubiera sorprendido tanto, pues no le conocía, y su presencia le intimidaba, o más bien, le incomodaba. Recordaba muy bien, como el silencio incómodo siempre estaba presente entre ellos, pero que ahora, de repente, ya no era un silencio incómodo sino, uno pacífico.

Anteriormente, no hubiera encontrado su presencia agradable, ni mucho menos su compañía, pero ahora, le agradaba que estuviera cerca, le reconfortaba el hecho de saber, que al menos su compañía aplacaba la soledad.

¿Desde cuándo había comenzado a pensar aquello? ¿Qué había pasado todos esos días para que pensara esas cosas de repente? ¡De seguro su mente le estaba traicionando, y se pasaba del bando del Lord enigmático!

¿Deseas algo? —Preguntó de repente mientras seguía ojeando las páginas de su libro con extremada calma.

N-no... —La pregunta le tomó por sorpresa, de seguro se había sentido incómodo con ella mirándole tan fijamente durante tanto tiempo, desvío su mirada a otro lado mientras se sonrojaba levemente —

Si deseas algo, házmelo saber —respondió dirigiendo ahora su mirada elegante hacia ella.

S-Si... Su excelencia —

«Creo que no debería seguir mirándolo de esa forma... ¡Que tonta!» pensó la joven mientras se regañaba internamente.

Pero... ¿Qué podía hacer? No tenía otra cosa que hacer, más que observar, se sentía realmente aburrida... Y hoy no podía contar con alguna charla con Kikyo o el coronel, porque los susodichos habían salido a dar un paseo y a hacer una visita a unos viejos amigos, el Duque por su parte, estaba ocupado en su oficina y no había visto a Lady Izayoi desde ayer.

Soltó un suspiro, y dirigió su mirada esta vez a la luz que entraba por la ventana, tenue, pero que acariciaba con ternura la piel del Lord, resaltándola y volviéndola más pálida de lo que ya era.

Tal vez, podría poner en práctica sus conocimientos en el dibujo.

Mi Lord —Su voz algo tímida, atrajo la atención de su acompañante que dejó de leer y le observó—Tal vez, podrían traer para mí algo de papel y carboncillo... —

Su deseo, fue cumplido en unos minutos. En sus manos tenía una hoja de papel y carboncillo, puso todo su empeño y comenzó a trazar líneas suaves sobre el papel, mientras miraba de vez en cuando al Lord, fijándose en sus facciones, deteniéndose en sus manos, su posición elegante y de porte aristócrata, su mirada calmada, su cabello blanquecino tan peculiar como una rosa en invierno, y sus labios, delgados pero llamativos a la vista... ¿Acaso existía un hombre más galante que él?

Enigmático LordWhere stories live. Discover now