Capítulo X

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Enigmático Lord
X
El segundo de los Taisho

¿Podía existir en el mundo algo peor a una catástrofe?

La respuesta era: sí.

Una situación vergonzosa.

Las mejillas sonrosadas de Kagome se mezclaban fácilmente con el ambiente liviano del desayuno, la jovencita masticaba y tragaba tan despacio la comida de su plato, que parecía que lo pensaba dos veces antes de llevarse una porción a la boca.

Y es que no podía evitarlo, no podía después de lo que había sucedido ayer por la noche, antes de dormir... De solo pensarlo, se le subían los colores a la cabeza, no sólo de la vergüenza, sino también del coraje que sentía, a la final sus palabras fueron en vano.

Tuvo que dormir con ese enigmático de Sesshomaru, y por si fuera poco ese descarado... ¡Se atrevió a decir...! Y no solo eso... ¡Volvió a dejarla dormida en la habitación! Por su culpa se había levantado tarde...

Frunció levemente su ceño mientras recordaba las fatídicas escenas que abordaban su mente como relámpagos atroces en una oscuridad inmensa.

Mientras planeaba como mandarlo a dormir lejos de ella, había colocado el biombo de manera que pudiera cambiarse de ropa en privacidad y sin miradas indiscretas, aunque no es como si los camisones fueran a ocultarle lo suficiente a su enigmático esposo, eso sí que era algo que realmente le incomodaba... Su mirada.... Escrutándola atentamente sin perderle de vista.... ¡De solo imaginarlo se le erizaba la piel!... ¡Estúpido Lord!

Sacudió su cabeza apenas estuvo lista, y aprovecho la distracción del alto caballero que estaba mirando su reflejo frente al espejo para apresurarse y meterse debajo de las colchas y sábanas de la cama, acostándose de espaldas a él. Había visto de soslayo que ya estaba cambiado, parecía como si hubiera estado esperando que ella hiciera eso.

El crujir de los maderos de la cama y la sensación del colchón al hundirse con un peso extra del lado contrario le hizo salir de sus pensamientos, él estaba recostándose a su lado... ¡Iban a dormir juntos! ¡Eso sí que no!

Se sentó de golpe mientras arrugaba las sábanas entre sus dedos y se volteaba a verlo, este estaba sentado, apenas iba a meter sus pies cuando ella le detuvo con sus palabras...

—Su excelencia... No esperara que pueda dormir a su lado... —Tartamudeo mientras, la mirada de él se posaba sobre ella con lentitud.

Kagome trago saliva lentamente, no sabía porque estaba tan avergonzada de dormir con él, que le mirara como lo hacía.... No lo sabía, lo único que sabía es que el estómago lo sentía tan revuelto como sus pensamientos. El Lord por su parte le observó, curvo sus labios en una sonrisa casi ladina y respondió:

—Recuerde esto muy bien—su voz casi parecía una invitación —No existe ningún impedimento para que no descansemos en el mismo lecho, puesto que usted es mi esposa... Y...—se aproximó a ella como si fuera a tocarla —si quisiera... Ya la hubiera hecho mía —

En aquel momento, pudo sentir como el corazón se le detenía, las mejillas le hervían y la respiración ni siquiera existía, se quedó en el silencio completo y él se recostó con una sonrisilla tan mínima que era casi imperceptible, y sobretodo invisible para ella dado que le dio la espalda.

Y, fue por ese motivo que ahora tenía tanta vergüenza durante el desayuno.

—Kagome querida... ¿Te sientes bien? —La voz de Lady Izayoi había llamado la atención de todos en la mesa, la Duquesa había estado observándola desde hacía un rato y le había extrañado que ni siquiera parecía interesada en comer.

Enigmático LordWhere stories live. Discover now