Capítulo 2.

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Sólo les quedaba esperar para que respondieran sus solicitudes y no podía ser mejor... por lo menos para el menor.

• Menos de 3 días para la respuesta •

Eun Woo estaba muy ansioso porque el día terminara, se mordía las uñas de sus manos.

MJ le ofreció sus uñas al ver que ya había acabado con las suyas.

• Menos de 2 días para la respuesta •

Eun Woo movía sus piernas, pies, manos y todo su cuerpo con desesperación, como si con eso el tiempo fuera a pasar más rápido, pero parecía alentarse más de lo normal y eso lo exasperaba en demasía.

MJ llevó cereal, leche, un plato y cuchara a la escuela porque no había alcanzado a desayunar en casa, y se puso a alegar con el salón completo, -incluso con el maestro- que el cereal se ponía primero que la leche.

• Menos de un día para la respuesta •

Eun Woo llevaba unas ojeras enormes debajo de sus ojos, no había podido conciliar el sueño por la emoción que le causaba todo ésto; parecía un zombie sentado en su butaca, no podía ni siquiera articular una oración completa sin trabarse o perder el hilo de sus palabras.

MJ llevó una playera manga larga a cuadros rojos con negros y se puso a jugar que era Bruno Mars cantando The Lazy Song a todo pulmón para toda la clase, incluso hizo la coreografía con lo cual ganó muchas carcajadas por parte de sus compañeros, excepto por su mejor amigo, que sólo lo miraba de reojo; se encontraba muy soñoliento como para reír de sus payasadas.

• A unas horas para la respuesta •

Eun Woo no podía más, estaba muy nervioso, tenía el estómago revuelto, vomitaría en cualquier momento. No recordaba la última vez que había comido algo decente; todo lo que tenía en el estómago eran barras de chocolate de dudosa fecha de expiración.

MJ, estaba haciendo un test en Facebook el cual se trataba de identificar qué tipo de jabón sería, y descubrió que era uno neutro porque le valía todo.

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Eun Woo corrió desde la universidad hasta su casa, no se detendría a esperar el autobús, se demoraría demasiado; en cambio, MJ se puso a platicar con la señora de la cafetería sobre el precio del aguacate.


Empapado de sudor, Eun Woo sacó las llaves de su casa, de la mochila que tenía cargando sobre los hombros. Las manos le temblaban lo cual hizo que se le cayeran más de tres veces soltando un par de groserías de su parte.

Mientras, MJ se comía un baguette y le daba pedazos a un perro que se había puesto a su lado.


En cuanto Eun Woo logró abrir la puerta, miró a su mamá con sobres en su mano, él, automáticamente puso una sonrisa enorme en su rostro.

Por otro lado, MJ pidió un boing de mango para él y uno de manzana para el perrito.


Eun Woo corrió, arrebatando los sobres de las manos de su mamá y se apresuró para llegar directo a su cuarto, contemplando el gran mapa de África que había en su pared; hermoso sin duda.

Mi África [Cha Eun Woo y tú]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt