Capítulo 27.

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— ¿Sanha?— dijo un nervioso MJ en cuanto le respondió la llamada su amigo.

— ¿Qué pasa?

— No encuentro a EunWoo.

— ¿Qué?

— ¡Que no encuentro a EunWoo!— repitió de manera alterada— Desde que llegué de tu casa hace dos horas no está.

— A ver, dilo más despacio.

— Llegué y me di cuenta que no estaba por ningún lado, pensé que había salido a tomar un poco de aire, pero ya pasaron  más de dos horas y no vuelve— comenzó a morder sus uñas.

— Debe de haber ido a caminar por ahí.

— Es que no entiendes, hace mucho que él no sale de la casa por iniciativa propia.

— Pues eso está bien, ¿No?, es un avance.

— ¡No!, está muy mal, anda muy depresivo, tengo miedo que se pueda hacer algo— confesó al borde del llanto.

— Respira, cálmate, serenate, relaja la vena que ya voy para allá— no dejó que respondiera cuando cortó la llamada.

El rubio no tardó ni veinte minutos en arribar al lugar con semblante preocupado.

— ¿Ya lo buscaste por todo el edificio?

— Hasta en la azotea, no está aquí— afirmó.

— Vamos a buscarlo por la ciudad, no creo que esté muy lejos.

— Eso espero— talló su cara con nervisismo.

Subieron al carro de Sanha; la lluvia no daba clemencia.

Iba a ser la una de la madrugada y no había rastro del paradero del menor, MJ estaba llorando, era la primera vez que estaba así de preocupado.

— ¿Si va a aparecer verdad?— dijo después de varios minutos de búsqueda por las calles del centro de Sudáfrica.

— Sí, ya lo verás— trató de consolar al castaño pero lo dijo más bien para calmarse a sí mismo— ¿Conoce muchas partes aquí?

— No lo sé— se estaba bloqueando y eso no era bueno.

— ¡Myung-jun!, respira y deja de llorar, EunWoo está bien, tal vez no quiere que lo encontremos, por la mañana va a regresar, lo mejor será irnos a casa, ya casi con las dos de la madrugada.

— No nos podemos ir sin encontrar a Nunu— rogó con sus pupilas dilatadas y la nariz roja.

— Pero ya es muy tarde.

— Es mi mejor amigo— un puchero invadió la boca del mayor mientras un par de lágrimas abandonaban sus ojos y el rubio sintió cómo su corazón se comprimía ante esas palabras.

— Tienes razón, hay que seguir buscando.

Ambos bajaron del auto para hacer una búsqueda más profunda.

Pasaban entre los laberínticos pasillos de una sección de edificios.

— ¿Escuchaste eso?

— ¿Qué cosa?, sólo escucho lluvia caer por todas partes— respondió Sanha.

— Se escuchó como un quejido.

— No, no escuché nada— el castaño rodó sus ojos.

— ¡EunWoo!— gritó esperando una respuesta.

— ¡EunWoo!— repitió el rubio.

— Escucha, ahí está otra vez— dijo susurrando.

Los dos guardaron silencio y siguieron los casi inaudibles quejidos que los llevaron hasta a un lado de un gran contenedor de basura.

— ¡EunWoo!— corrió rápido el castaño a socorrer a su amigo— ¿Estás bien?

— ¡Por Dios! ¡Su nariz está sangrando!

— ¡¿Qué te hiciste?!

— ¡Di algo, we!

— Llévenme a casa.

— Te vamos a llevar al hospital.

— No, estoy bien, sólo quiero dormir.

— ¡No seas terco Cha EunWoo!, dije que te vamos a llevar al hospital y te vamos a llevar al hospital; finito, no hay réplica.

Entre ambos chicos sujetaron al pelinegro, el cual apenas podía mantenerse de pie con ayuda.

Lo llevaron al centro de salud más cercano y ahí lo atendieron; por suerte no fue nada grave, sólo la emorragia en la nariz y posibles dolores de cabeza por los golpes que tenía, con un paracetamol quedaría como nuevo.

— ¿Me vas a decir qué demonios estabas pensando cuando te saliste de la casa a esas horas?— lo regañó cuando llegaron a casa.

— Sí, explícanos eso; MJ lloró por tu culpa.

— Quería caminar; tomar aire fresco.

— Y lo que tomaste fueron golpes.

— Sólo fue un puñetazo en la cara, no es para tanto.

— ¿Y si te hubiera matado, EunWoo?, no piensas en nada.

— Pero no fue así, cálmate; por suerte no traía nada que me pudiera robar.

— ¿No te quitó la virginidad?— su mejor amigo preguntó y el rubio rió.

— No— respondió sin inmutarse, el antiguo EunWoo lo hubiera ahorcado, pero éste era pacífico, no le importaba lo que los demás hicieran o dijeran sobre él.

— ¿Por qué eres así?, has cambiado mucho, we.

— No sé a qué te refieres, me iré a dormir; buenas noches— caminó despacio hasta la habitación.

— Tenemos que hacer algo por él— susurró con cautela MJ.

— Ya te dije que es imposible que se vayan a México porque aquí no dan vacaciones por eso.

— No me refiero a eso, baboso.

— ¿A qué entonces?

— A T/N... tal vez si habla con ella mejora por lo menos su estado anímico.

— Creo que eso no se va a poder.

— ¿Por qué?

— Cambió de número, al igual que Rocky; perdí total contacto con ellos— le informó con pesar en sus palabras.

— Pero eres su primo, algo debes de hacer, no se pueden dejar de hablar así porque sí.

— Te estoy diciendo lo que sé.

El castaño suspiró cansado y se tiró en el sofá completamente rendido.
No podía hacer nada para ayudar a EunWoo, o por lo menos eso creía.




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Gracias por leerme:)...

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Con amor, fer:)

Mi África [Cha Eun Woo y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora