Capítulo 25.

104 11 0
                                    

— ¿Entonces no quieres ir?

— Ya te lo dije muchas veces, no pienso cambiar de opinión— dijo un poco irritado el pelinegro.

— ¿Por qué no quieres ir?

— Estoy cansado, trabajé toda la tarde.

— Yo también y no estoy llorando como nenita.

— ¿Y?, tú estás todo el día en el aire del mini hospital, eso es un trabajo fácil.

— Tú que por estúpido que preferiste limpiar popo.

— Como sea, sólo quiero dormir.

— Sanha está afuera y dice que está dispuesto a cargarte para llevarte con nosotros.

— ¡Já!, quisiera ver eso— respondió burlesco.

— Bueno.

El mayor tomó su teléfono y tecleó algunas cosas para después quedarse tranquilo observando el televisor que estaba encendido pero nadie le prestaba atención hasta ese momento.

— Pásame esa almohada.

— Ni te acomodes, Nunu, que ahorita nos vamos.

— Ya te dije que yo me quedo aquí, estoy muy cansado como para salir de mi cama.

El timbre sonó y MJ se paró rápidamente para abrir la puerta.

— ¿Dónde está?— el pelinegro pudo escuchar la vocecilla del rubio desde la sala.

— En la recámara, dice que se va a dormir.

— ¡Já!, qué ingenuo.

— Lo sé— ambos rieron bajo.

EunWoo se undió más en los cobertores, hacía un frío considerable.

— ¡Arriba, Eun!— gritó desde que entró a la habitación Sanha.

— ¡Arriba tu trasero!— le respondió de igual manera.

— Eso ahorita en el antro.

— Claro, a él si le dices insultos sobre su trasero porque si tiene, ¿verdad?— reclamó el mayor tratando de aligerar el ambiente, a lo que los tres rieron.

— Tú solito te das para abajo, yo no insinué nada.

— Vámonos pues.

— Ya te dije que no, no tengo ganas de nada.

Los dos compañeros de trabajo se voltearon a ver con suma complicidad.

MJ lo tomó de los pies y Sanha de los brazos; por más resistencia que ponía EunWoo, le parecía imposible liberarse de su agarre.

— ¡No quiero ir a ningún lado! ¡Tengo escuela mañana temprano! ¡Ya falté ahora, no puedo hacerlo otra vez!— pataleaba mientras lo llevaban casi a rastras del lugar.

— Ni modo, regresaremos aquí a la una, no es tan tarde.

— ¡Sí lo es!

— Dormirás cinco horas, es suficiente.

— Cuatro— corrigió por los aires— Me levanto a las cinco.

— Te digo que es un matado— intervino el mayor.

— Yo le digo al señor Dakarai que te deje entrar un poco más tarde, es amigo de mi mamá— rogó el rubio.

— ¡No!, entiendan, no quiero ir.

— ¡Va a ir Aleska y posiblemente se vea muy guapa!

— ¿Y a mí qué?, vete con tus hormonas a otro lado.

Mi África [Cha Eun Woo y tú]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang