Capítulo 3.

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El teléfono de Eun Woo vibró dentro de su pantalón provocando un pequeño susto ya que se estaba quedando dormido en el sillón de la sala.

Miró la pantalla y pudo visualizar una imagen de MJ hurgándose la nariz; había tomado esa foto cuando tenía unos 15 años, algunos granos eran visibles de su tez; al pelinegro le gustaba ver esa foto porque siempre le sacaba -por lo menos- una sonrisa.

Contestó poniéndolo en altavoz, no tenía ganas de sostenerlo contra su oreja.

– Nunu– dijo en cuanto su amigo le contestó la llamada.

– ¿Cuántas veces te tengo que decir que no me digas así, Myung?

– Muchas.

– ¿Para qué me hablas?

– Ya estoy en mi casa– le afirmó, su amigo podía casi jurar que estaba sonriendo.

– Dijiste que irías a tu casa hace como 3 horas– hubo silencio al otro lado de la línea.

– Pues, es que... surgió una emergencia.

– Tus emergencias suelen ser de comida o de tonterías– soltó un poco divertido.

– Eso no es... bueno, en parte, pero ésta sí era una emergencia; le estaba preguntando a Juancho que si tenía hambre...

– ¿Juancho?– lo interrumpió, meramente confundido.

– Sí, we, Juancho, mi nuevo perro; bueno, prosigo; y justamente pasamos por un McDonald's y el wey comenzó a ladrar...

– Y lo interpretaste como una señal de tener que pararte a tragar, ¿verdad?– lo interrumpió por segunda ocasión.

– ¡Exacto!

– No estás tomando ésto en serio, MJ– le recriminó, soltando un bufido poco audible.

– ¡Aguanta!, el caso es que le dije a la Ye-jin que...

– ¡Respeta a tu madre, loco!

– ¡Uh!– el mayor rodó los ojos, Eun Woo definitivamente no entendía su sentido del humor– Le dije a mi "mami" que ella leyera las cartas por mí, y adivina– hizo una pausa– ... No quedé en ninguna.

MJ lo dijo en un tono tan real que resultaba difícil no creerlo, por lo que el menor se pasó la mano por todo su rostro con autentica decepción.

– Ni modo, no pasa nada, vendrán mejores, bro.

– A ti te juegan el dedo en la boca muy fácil– comenzó a reír, a lo que Eun Woo quedó muy confundido– ¡Quedé en la reserva de Botsuana y en la de Sudáfrica!

El menor colgó el teléfono al instante y lo aventó hasta el otro sillón, muy desconcertado.

¡¿Cómo es que MJ bromea con algo tan serio como ésto?! Era una broma de muy mal gusto a su parecer.

Su celular comenzó a sonar, supuso que era su mejor amigo, por lo que no se molesto en contestar y volvió a acurrucarse en el sofá.
Su gusto le duró poco ya que su madre lo meció lentamente del hombro antes de poder quedar completamente dormido.

– ¿Qué pasa, mamá?– susurró con los ojos cerrados.

– MiJo te está hablando, me dijo que te estuvo marcando y le mandaba al buzón, ten, te lo paso.

– No le quería contestar– se volteó boca abajo y metió la cara en un mullido cojín, ignorando completamente la petición de su madre.

– ¡Contéstale, Cha Eun Woo!

Mi África [Cha Eun Woo y tú]Where stories live. Discover now