Capítulo 23.

99 14 0
                                    

— ¿Estás bien?

— No, EunWoo, no lo estoy— la chica aventó la pala que tenía en la mano al suelo y se cubrió el rostro con sus antebrazos para limpiar el agua que salía de sus ojos.

— Es por tus papás, ¿verdad?— le preguntó mientras la atraía hacia sí para abrazarla.

— Sí— respondió una deteriorada T/N.

— Estoy aquí para ti, nunca te dejaré sola—prometió.

— ¿Sabes?...— sorbió su nariz— Pensé que todo se solucionaría ayer, pero se puso peor.

— Vas a ver que todo se va a solucionar— ella rió amargamente.

— EunWoo... se van a divorciar; ya no hay marcha atrás.

— Pero qué pudo haber pasado para que llegaran hasta ese extremo.

— Tenía otra familia— encogió sus hombros fingiendo que no le importaba, pero mentalmente estaba destrozada.

— Ay...— frotó su espalda para consolarla— ¿Sabes?... A veces es mejor dejar ir a las personas para que no se vuelva una relación tóxica.
Mis padres también se divorciaron; tenía sólo cuatro años cuando eso pasó.
Al principio no comprendía qué era lo que estaba pasando, me enojé mucho con mi papá porque se había ido de la casa, nos abandonó a mi madre y a mí.
Ahora no puedo decir que lo quiero porque nunca estuvo presente en mi vida, de hecho, no recuerdo que me haya dicho tan sólo una vez que me quería; pero no lo odio, simplemente me mantengo en un limbo con él.

— Debió de ser muy duro.

— Lo fue; el pasado puede doler, pero según lo veo, puedes o huir de él o aprender— la chica comenzó a reír nostalgicamente.

— ¿Señor Rafiki, es usted?

— Sí— rió— Esa película me ayudó mucho cuando las cosas estaban mal, me dejó un gran mensaje. Creo que ahí comenzó mi amor por África...

— Tu mamá debe de ser una gran mujer para haber criado a una gran persona como tú.

— Ella lo es; es mi mundo entero.

— Ya se acabó nuestro turno— informó después de que su reloj comenzara a sonar.

— El tiempo se fue volando. ¿Quieres que te acompañe a tu casa?

— No, estoy bien dentro de lo que cabe.

— De acuerdo; entonces nos vemos mañana— le sonrió.

— EunWoo...

— ¿Sí?— la chica dio un gran suspiro.

— No habrá un mañana— el pelinegro sintió cómo toda su sangre se aglomeraba y lo recorría todo hasta subir a su cabeza— Nos regresamos mañana a México, ya no hay nada que nos mantenga aquí...— una lágrima se deslizó por su mejilla al decir eso.

— Pero... no te puedes ir así, sin más; aún faltan muchas cosas qué hacer, no puedes dejar botado tu trabajo, a Sanha, a mí... te necesito, por favor no me dejes...— los ojos del chico se aguaron tanto que su vista se volvió borrosa.

— Créeme que yo tampoco quiero irme, pero mamá ya tiene todo listo, no la puedo dejar, no ahora que es cuando más necesita de Rocky y de mí.

— Pero yo...— la oración se quedó a medias porque no supo qué más decir; no había nada qué hacer para detener que ella se marchara.

— Te voy a extrañar mucho, EunWoo, por favor no me olvides nunca— sin más, dió la media vuelta y caminó hacia la salida.

Se dedicó a observarla por unos instantes, estaba totalmente inmóvil, hasta había pausado su respiración.

Mi África [Cha Eun Woo y tú]Where stories live. Discover now