Capítulo 39.

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— Entonces en agosto— EunWoo trazó un círculo de color rojo señalando el lugar en un mapa.

— Sí, para verlos cruzar el río Mara.

— Sádica, te gusta ver morir animales.

— Es el ciclo de la vida, cariño… además, lo cocodrilos también necesitan alimentarse para sobrevivir.

— Lo sé, pero me gustan más las cebras y los ñus que esas iguanotas salvajes.

— Te gusta lo débil.

— Pues, me gustas tú— se encogió de hombros y ella le aventó con el plumón que tenía en la mano— Sólo digo que es más fácil acariciar una cebra que un cocodrilo.

— Entonces… de aquí nos vamos a Botsuana.

— No, a Namibia para luego ir a Botsuana.

— Ah, ya; y de Botsuana a Zambia para llegar a Tanzania y verlos cruzar el río.

— Exacto; de ahí a Ruanda.

— Leí un libro de algo que pasó en Ruanda y no fue nada bonito.

— ¿Cuál?

Sobrevivir para contarlo, lloré mucho.

— Tú lloraste hasta cuando a MJ se le quedó atorado el calzón en aquella cerca.

— ¡Pero eso fue de risa!

— Pero lloraste.

— Tú sigues llorando cuando se muere Mufasa.

— ¡Tú también!

— Sí, pero nadie está hablando de mí.

— Pero si la plática era de ti.

— Ese no es el tema.

— ¡Cállense, no me dejan dormir!— gritó MJ desde la habitación.

— Mañana podrás dormir dieciocho horitas en el avión.

— ¡Pero no en una cama! ¡ahora cállense la boca!

— Sigamos… de Somalia a Etiopía, luego Sudán del Sur.

— De ahí… ¿Chad o Ghana?



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— ¿Entonces estás segura que no quieres ir con nosotros?— el pelinegro le preguntó a su madre.

— No, bebé; la aventura es de ustedes, no quiero estar de entrometida.

— No eres ninguna entrometida…

— Pero qué buen mal tercio les voy a hacer— le guiñó un ojo— Pásatela muy bien.

— Te mantendré al tanto de todo.

— Bueno… sólo una cosa…— rascó su frente— Estoy muy joven para... ser abuela…

— Qué cosas dices, madre; ya mejor vete a la sala de abordar con MJ…— sonrió nervioso.

— Ya estás advertido, EunWoo— puso su dedo índice y medio sobre sus ojos y después señaló a su hijo— Te estaré vigilando; me despides de T/N, dile que la voy a extrañar y que se cuide… mucho.

— Yo le digo tu mensaje; me llamas cuando llegues a México; nosotros saldremos a Namibia mañana por la mañana.

— Bien, ¿no venderán sedantes aquí?, no quiero que MJ esté hablando sobre el uñero que le salió en todo el vuelo— rieron.

Mi África [Cha Eun Woo y tú]Onde histórias criam vida. Descubra agora