Capítulo 33.

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— ¿En serio te vas a ir?

EunWoo ya había hecho esa pregunta por lo menos veinte veces en lo que iba del día, y apenas eran las ocho de la mañana.

Estaban en la terminal de autobuses esperando que se dieran las nueve para que Sanha subiera a su camión.

— Por milésima vez, sí.

— Ni quién quien quiera tu presencia.

— Entonces vete y déjame sólo aquí— dijo ya exasperado.

— Me gusta el plástico de este asiento.

— No te vas porque me amas.

— Extraño a MJ, eso sí es real.

— Tus palabras no me afectan.

— No las dije con esa intención.

— ¡Ay ya cállate!

— Oblígame.

— Le voy a decir a Doña Conchita que quieres con su nieta y que no te deje acercarte.

— Ni su número tienes.

— Que le valga oiga.

— Bueno, ya me voy, me llamas cuando estés allá.

— Jalapas.

Se chocaron los puños y el pelinegro salió de la estación de autobuses.



— ¿En dónde podía trabajar T/N?, a ver, si yo fuera ella... bueno pero no soy— hablaba con el volante del auto— ¿Un restaurante?, lo dudo... ¿De paquetera?, no ya está muy grande para eso... ¡¡Dónde estás!!— gritó frustrado.

Regresó a su casa para desayunar algo y salir en busca de ella.

Recorrió restaurantes, papelerías, clínicas, consultorios, y ni rastro de ella.

Fue a la gasolinera más cercana a cargar un poco, Hermosillo le parecía inmenso en ese momento.

Estaba tarareando esa canción, aquella con la que la conoció cuando de pronto su teléfono vibra.

— ¿Bueno?

— ¡Ya sé!— dijo Sanha del otro lado de la línea.

— ¿Qué sabes?

— Donde está.

— ¿Dónde?, estoy en la gasolinera cerca de galerías.

— Ay, mijo— se rió de él— La T/N ni siquiera está en Hermosillo.

— ¿Me hablaste para jugar conmigo verdad?

— Al chile que si estoy aburrido en la carretera pero no te estoy mintiendo.

— ¿Y según tú dónde está?

— En Sinaloa— afirmó.

— Ajá, ¿Y quién te lo dijo? La telepatía.

— Rocky se enteró que estoy en México, me llamó.

— ¡¿Todo éste puto tiempo tuviste el número de Rocky?!— Sanha rió en el fondo.

— No, we, el Rocky cambió de número, él si tenía el mío.

— Pásame su teléfono pues.

— Te lo envío en mensaje.

— Vas.

Colgaron la llamada e instantes después le llegó el mensaje prometido.

Registró el número telefónico y lo marcó decidido.

Mi África [Cha Eun Woo y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora