One-Shots (peliculas y series)

Damon Salvatore 2

Habían pasado semanas desde la ultima vez que vi a las personas que mas amaba pero que más me lastimaban. Ya no quería sentir nada, le suplique a Kamaria que me hiciera igual a ella; deseaba apagar mi humanidad pero ella se negó, decía que me arrepentiría y que no valdría la pena convertirme solo para ser un monstruo. Me mire el rostro en el espejo, parecía muerta, tenia muchas pesadillas acerca de Damon. Suspire molesta, parecía que él nunca se iría de mi cabeza, en verdad deseaba poder decirle que lo amaba, que era un maldito por lastimarme, que era un maldito por preferirla a ella antes que a mi y que deseaba jamás haberlo conocido pero eso era imposible, de cierta forma todo esto era el destino y bueno, ¿Quién era yo para juzgar al destino?

Mire las cincuenta bolsas llenas de ropa que Kamaria había comprado para que yo me probara, a veces dudaba si eran totalmente legales sus tarjetas pero mientras no me afectara no me importaba. Apenas iba por la quinta bolsa cuando me harté, cuando dijo lo de ser su modelo pensé que era solo un simple comentario, no pensé que se lo tomara en serio. Salí del cuarto a enseñarle el horroroso conjunto que había comprado, ni siquiera sé si me lo había puesto bien pero no me importaba. Camine por el pasillo viejo y deteriorado para encontrarme con ella, estábamos en una casa abandonada, a pesar de estar en muy mal estado las habitaciones y baño estaban en perfectas condiciones. Mi teoría es que Kamaria viene aquí cuando necesita escapar sin que la encuentren. Di la vuelta al pasillo ignorando el olor de humedad que se filtraba en mi olfato, no podía creer que de todas las casa abandonadas ella tuviera que elegir esta. Cuando vi a Kamaria le señale la blusa de color amarillo pollo que compró.

-Iugh, ¿yo compré eso? puedes quedártelo, es bastante espantoso- La mire con una ceja alzada.- Bien, lo quemaremos, ¿feliz?- Ella estaba viendo al sofá viejo, parece que quería ver si era de utilidad.

-Seria menos tedioso si me llevaras contigo a comprar la ropa, estoy harta de ver montañas de bolsas que probarme- Me rasque mi brazo.- Hay telas que pican.

-Deja de quejarte, vives gratis conmigo y comes gratis. Deberías ser mas agradecida- Bufé.- Las personas nos verán raro, somos idénticas.

-¿Recuerdas que tú me lo ofreciste? Además, creí que me convertirías- Dije quitándome la blusa y quedando en sujetador, la maldita tela me estaba lastimando.- Y por si no lo sabías existe gente idéntica, no hay nada anormal en ver gemelas, ¿sabes?.

-Tengo que conseguir tu anillo primero, ¿acaso quieres estar encerrada en tu cuarto sin poder salir? Yo creo que no. Además, nada me asegura que no apagaras tu humanidad por ese idiota de Damon- Ella me sonrió sarcástica.- Y respondiendo a tu comentario sarcástico, no somos gemelas y dudo que las personas soporten tanta belleza junta.

-Tienes mi palabra- Dudaba si eso era valido ahora pues igual había prometido varias veces que estaría con Elena sin importar nada y digamos que eso no se cumplió.- Y olvida lo de las tiendas, si esto compras sin saber si te queda o no, no quiero ni imaginar cuanto comprarás al ver si te quedaría bien.

-Claro, como eso es de fiar hoy en día decir "tienes mi palabra".- Volteó los ojos ignorando mi ultimo comentario. Hizo una mueca para luego verme.- Klaus quiere hablar contigo, no me mires así. No tengo ni idea de que quiere, solo aprovecha el momento si ocurre, él es una delicia para cualquier persona o vampiro- La mire sin comprender.- No, no me digas que eres virgen- Su boca formó una "O" de asombro.

Sentí la sangre subir a mis mejillas, por supuesto que lo era pero eso no era importante para mi. Yo no quise entregarme a nadie, ni siquiera a Damon, quería estar segura. Ella me miro esperando una respuesta, su cara era de diversión, por supuesto que lo era, ella era así.

-¿Tan importante es?- Le pregunté molesta.

-No pero es bueno, ¿Cómo decirlo? es raro, estuviste prácticamente con Damon y él es bueno, ya sabes- Al parecer la había tomado desprevenida porque no sabia que responder.