Rebekah Mikaelson.

2.1K 84 1
                                    

Sentí la sangre abastecerme haciendo que mi cuerpo vuelva a vibrar y sentirse vivo, hace tanto que no tomaba sangre de humano, vivir con Stefan era una mierda. El humano me miraba con tanto temor a pesar de estar bajo a mi control.

-Tranquilo querido, no te mataré- Sonreí mientras le borraba lo que había sucedido para luego alejarme y asegurarme que él no me haya visto.

Camine hacia donde vivía aunque me encontré con Elena antes de poder ir a la entrada, las dos nos sonreímos y caminamos a la entrada juntas. Ella y yo no nos llevábamos tan bien pero nos tolerábamos, supongo que eso era lo importante. Antes de poder abrir la puerta por mi misma, ésta se abrió gracias a Damon y la imagen que vi casi me hace querer vomitar. Maldito Damon.

Ella me miró y yo a ella, juro que hubiera sido estupendo si Damon hubiera tenido camisa y ellos dos no hubieran tenido sexo pero no, no fue estupendo. 

-Rebekah- Saludé con veneno en mi voz.

-Sabrina-  Me intentó sonreír para luego irse. Mi mirada fue hacia Damon y le mire terrible.

-¿De verdad?, ¿No podías aguantar tus ganas de vampiro precoz?- Dije entrando y empujándolo enojada.

-Oh vamos, Sabrina- Gritó mi nombre mientras yo subía las escaleras. Maldito gigoló.

Mi historia con ella no era la mejor, nos conocimos hace demasiadas décadas cuando yo era una pequeña chica sin saber el mundo de los "vampiros", ella misma me convirtió y me volví su mejor amiga, con el tiempo nos volvimos amantes y nos prometimos amor eterno.... tan cliché. Nos alejamos cuando ella cayó rendida en los encantos de Stefan y yo en los de Damon. Ambas tuvimos la culpa en todo.

Sentí como Damon se acostaba a mi lado, yo estaba en ropa interior ya que estaba en mi cuarto pero eso no importaba ya que él había visto todo y más de mi así, ¿qué se podía esperar de ese sensual vampiro? una lastima que esté loco por Elena.

-¿Necesitas algo, golfa?- Mi vista era hacia el techo por lo tanto no lo veía.

-Háblame mas sucio, me gusta- Sabía que él estaba sonriendo. Idiota, sabe que amo su sonrisa.

-No estoy jugando, Damon.- Él agarró mi cara y la giro para darme un pequeño beso en mis labios.

-Sabes que no puedes enojarte conmigo.- Alejé mi cara de él y me levanté.

-Es diferente, tú sabes que ella es diferente y te acostaste con ella.- Me puse una camisa larga y le mire feo.

-Oh vamos, no me dirás que después de tanto años le sigues queriendo.- Cuando él terminó de decir eso me reí.

-Sé que tú me entiendes más que nadie, no te hagas.- Dije para salir de mi habitación.

*********

Había deicidio caminar por el pueblo para recordar viejos tiempos, desde que llegué no había logrado hacerlo por todos los sucesos que siempre pasaban en este pequeño pueblo. Me senté en una banqueta y recordé cómo era este lugar hace muchos años, había cambiado tanto que era irreconocible.

-Que asco de eternidad- Murmuré.

Mi mente me dejó llegar a los recuerdos que tenía con ella, sí, le seguía queriendo a pesar de todo. Ella fue la primer mujer que besé con tanta pasión, la primer en todo para ser sincera, ella era mi mejor amiga y mi amante.

Hoy sería el día, hoy ya no tendría que esperar por más para decirle lo que sentía por ella. Tal vez este tiempo no sea el adecuado porque es mal visto pero no me interesa, aceptaré los riesgos que eso trae y dejaré guiarme por mi corazón una maldita vez ya. ¿Quién dijo que se le pueden mandar a los corazones? Definitivamente esa persona no tenía uno.

One-Shots (peliculas y series)Where stories live. Discover now