Dean Winchester

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Relami mis labios mirando al sensual hombre que miraba el culo de una camarera la cual estaba encantada que aquello le funcionara para atraer su atención... era totalmente repugnante pero divertido al fin y al cabo. Baje la mirada a mi bebida y di un sorbo grande, la cerveza bajo por mi garganta a la vez que el hombre ponía sus ojos en mí; sonreí al terminar mi bebida y le miré aún sonriendo, bajé los ojos y pestañee antes de mirarle para que al final él caiga en mi trampa.

No queria hacerle daño a esa hermosa cara pero un trabajo es un trabajo y ese hombre solo significaba plata para mi y nada más. Me levante y arroje a la mesa un par de billetes para pagar mi hamburguesa y la cerveza que acababa de terminar. Caminé moviendo las caderas hacia él mirándole fijamente para al final pasar de largo aunque rozando mi mano con su hombro dándole a entender que me siguiera, era un buen dinero el que recibiría por su cabeza y no iba a perderme eso... lo necesitaba.

El frío se impregnó en mi piel al salir del bar y respira la humedad. Había cerrado los ojos al sentir su presencia y los abrí cuando su mano había tomado mi cintura para acercarme a él.

-No te hagas del rogar, preciosa.- Su cara estaba en mi cabello y yo solo podía intentar reprimir mis arcajadas al sentir en su aliento sangre. Me voltee a él y le sonreí lo más angelical que podía. Le acerque más a mi poniendo mis manos en su pecho y jugando con su piel expuesta.

-Aquí nadie se hace del rogar, querido.- Busque con la mirada un lugar apartado y le señalé con la mirada a un callejón vacío el cual solo tenia unos contenedores de basura.

Él entendió la indirecta y agarró mi mano a lo que frunci el ceño por la fuerza de más que estaba utilizando, me llevó hacia ahí y me arrojó contra la pared, antes de reclamarle él estaba sobre mis labios, sus besos sabían a sangre y supe que me había mordido para sacarla. Me sentó sobre un contenedor y agradecí que estuviera cerrado, deslice mi mano por mi pierna para sacar la jeringa que tenía en mis medias al mismo tiempo le mordía los labios en cada beso que me daba, lo tenia en mi total merced. Él puso una mano en mi busto y antes de poder hacer algo más la jeringa dio en su cuello inyectándole una buena dosis de sangre de hombre muerto.

Lo lancé al suelo con fuerza y me baje del contenedor para luego limpiar mis labios y eliminar cualquier rastro de sangre que él hubiera dejado de mi sangre. Miré al vampiro con rabia y agarre la pala que habían dejado tirada, estaba rota de una parte pero me servía para cortarle la cabeza.

-No lo tomes personal, solo es dinero.- Sonreí y antes de poder rebanar su cabeza sentí que me tomaban con fuerza los brazos para luego lanzarme contra el contenedor.

Alcé la mirada y empalideci con la imagen, había más de siete vampiros mirándome como si quisieran arrancar mi cabeza, trague mi propia saliva cuando unos se acercaron a mi. Me levante y saque una daga larga que estaba oculta en mi ropa, una de los vampiros se acercó a mí con intención de atacarme pero el hombre o mejor dicho vampiro que era mi presa alzó la mano parandola. Estaba pálido y sudaba mucho sin embargo logró decir unas palabras.

-No... será mi nueva novia.- Fruncí el ceño y alcé la ceja. Creo que se golpeó la cabeza al caer.

-Miren amigos, creo que empezamos mal.- Sonreí y alcé los brazos.- Dejaré que se vayan sin ninguna preocupación y sin matar a su lindo alfa.

Ellos sin embargo no cedieron a mis palabras y eso me lo estaba esperando. Agarré mi celular y marque a la persona que jamás creí pedirle ayuda, al final me había tragado mis palabras. Al tercer pitido contestó y sonreí nerviosa mirando a los vampiros que se acercaban.

-Cariño, no llegare a cenar.- Escuché un "¿Qué diablos?" y proseguí.- Sin embargo la llave está debajo del tapete, recuerda caminar a la derecha y pasar por la calle Santillo... Oh una cosa mas, en mi auto están los documentos que tenía que entregarle al jefe, por favor agarralos y toma la última hoja, ahí tiene lo que el imbécil quiere.- Escuché a Sam decirle que me habían encontrado.

-Suficiente charlas.- Uno de los vampiros agarró mi celular y lo rompió.

-Espero pagues por él.- Dije para darle con la daga que tenía en mis manos en la cabeza.

No iba a dejar que me llevaran sin luchar, no permitiria eso jamás.

****

Me sentía desnuda, expuesta ante esas criaturas pero sobre todo estaba exhausta. Tenía las manos atadas y me habían golpeado tan fuerte que estaba segura que en mi cuerpo se marcarian moretones muy grandes.

Enfoque mis ojos al suelo intentando ver si había algo con que cortar la soga pero habían alejado todo de mi alcance, intente mirar hacia arriba pero no había nada. Suspire derrotada, solo confiaba en aquellos hermanos pero mis esperanzas no eran muchas y eso me hacía sentir tan impotente.

Las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos sin poder evitarlo, había luchado tanto para poder llegar a donde estoy y aun me faltaban tantas cosas que hacer. No, no era mi opción terminar asi como ellos, no queria que esto fuera lo que me jodio al final.

Al final si terminé siendo la mierda que todos decían. Lo que mas me duele es que me fallé a mi misma y no hay nada peor que eso. Cerré los ojos al sentirme mareada y decidí dormir, al fin y al cabo ya nada podía hacer.

******

Mire a mis dos salvadores mientras ellos terminaban de matar a unos vampiros, negué la cabeza mientras miraba al alfa perder la cabeza.

-No escuche el "gracias".- Rodee los ojos.- ¿Tú lo escuchaste, Sammy?- Sam rió y me miró después.

-No me pareció escucharlo.- Se cruzó los brazos mirándome.

Suspire  y voltee los ojos para luego mirarlos a ambos. Son un par de cabezas huecas.

-Gracias.- Me mordí la lengua.- De verdad, estoy muy agradecida.- Sonreí.

-No te pongas sentimental, Maya.- Dean se acercó y me beso en los labios.- Después de todo no dejaría que nada le pase a mi chica.

Sam abrió los ojos sorprendido y me miró intentando ver mi reacción.

-Tu chica está decepcionada de lo tarde que llegaron.- Fruncí el ceño.

-Oye, un trayecto de 1 hora y media se convirtió en uno de 40 minutos, aprecia eso cariño.

Iba a contestarle pero Sammy nos interrumpió y nos miró a ambos.

-¿Están teniendo algo?- Nos miró con duda y sonrojado.

Ambos asentimos y le pregunte el por que de su reacción a lo que él nos sonrió como niño pequeño.

-Es que pensé que jamás se confesaran- Me quede sonrojada y Dean me abrazo.

Jamás me arrepentiría de haber conocido a estos dos chicos.

-Te enteras tarde de las noticias, Sam- Le sonreí.

Dean apretó su agarre en mi cintura para luego decir...

-Muero de hambre, vayamos a comer.- Enarque una ceja.- ¿Qué?

-Acabas de masacrar unos vampiros ¿y tienes hambre?- Sam se rió.

-La comida es primero, preciosa-.

Bese los labios de mi chico para no reírme lo cual fue imposible ya que en el beso me partí de risa, le queria tanto. 

Claro que en esta perra vida que nos tocó no todo es color de rosa. 

One-Shots (peliculas y series)Where stories live. Discover now