¡Qué fancy!

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Cuando llegamos al bar café y observamos la fachada externa del lugar, las caras de los demás lo decían todo. Todavía no habíamos entrado y ya me sentía emocionado de inspeccionar todo.

—Luce caro —susurró uno de los gemelos.

—Sí, tal vez ésta sea la última vez que venga —bromeé, dirigiendo la vista hacia mi mejor amigo—. No todos vivimos como Blake.

—¿Sabes? No pedí tener dinero.

Desde afuera se veía que el lugar estaba iluminado por luces rojas, y las ventanas eran pequeños cuadros de cristal que a su vez formaban cuadros más grandes. En grande y de color negro estaba escrito el nombre, y habían focos de color azul arriba de cada letra. También habían unas cuantas sillas afuera con barriles de madera pintados del mismo color y utilizados como mesas, pero todas las personas parecían estar adentro. Para entrar, pasamos al lado de un letrero pizarrón que tenía escrito las palabras "terraza abierta" y "bienvenidos" en letras cursivas.

—Wow —Fue todo lo que salió de mi boca cuando di el primero vistazo al lugar.

—Wow —Me imitó uno de los gemelos—. Por dentro es increíble.

—¿Se piensan quedar parados? —preguntó Blake mientras buscaba con la mirada a los demás.

—Eh... Esperaré a Scott afuera, parece que se perdió —El pelinegro nos enseñó la pantalla de su celular con los mensajes de su amigo.

—Vale... Eh...

¿Él es Edson? Joder, qué difícil es reconocerlos.

—David.

—¿Eh?

¿Me ha leído la mente acaso?

—Soy David —dijo serio, despejando el flequillo de su rostro. Al hacerlo pude notar que tenía un lunar. ¿Edson también lo tiene?—. Los veo luego.

—Okey.

—Bueno, caminen. Las chicas están sentadas en la mesa del final —Sonrió Edson. Parece entusiasmado.

Nos adentramos al dichoso lugar, ignorando algunas miradas curiosas de chicas que como Donna y sus amigas, habían decidido venir juntas en grupo. Por dentro era enorme, algunas mesas estaban en un segundo piso, pero parecía que era un espacio especial para parejas o para gente vip, ya que lucía más íntimo, más apartado de todo. Estaba más oscuro también, y cada mesa tenía una lámpara roja colgando del techo.

En el lado izquierdo estaba la barra del bar en forma semicircular, con sillas de metal sin respaldo y luces moradas en la parte posterior de éstas. Pegado a la pared estaban las repisas llenas de botellas e iluminadas por focos amarillos.

Caminamos hacia donde estaba Donna y mi hermana, y el lugar parecía menos... Fancy. El piso era de madera, al igual que la mesa rectangular y las sillas en las que estaban sentadas. Era como un espacio totalmente diferente, pero a decir verdad todo el lugar estaba dividido en diferentes secciones con diferentes estilos. Nuestro sitio parecía más acogedor y simple, sin luces de colores y con las paredes color café chocolate llenas de fotos de distintas bebidas.

Cuando dejé de prestar atención a los detalles del lugar regresé a la realidad y observé a Emma y a sus amigas. Todas se veían muy bien pero para mí la que más resaltaba era Emma Hall, con su blusa blanca de manga larga y un vestido rosa de tirantes encima. Hoy tenía el pelo suelto y unos aretes de cerezas.

—Ah, miren, los chicos al fin llegaron —Sonrió Donna, sacudiendo su mano en forma de saludo.

—Hola chicas —Me senté justo al lado de Emma. Edson al lado de Carrie y de Blake.

A MESS [EDITANDO]Onde histórias criam vida. Descubra agora