Incomodidad nivel Edson...

7.5K 688 145
                                    

N/a: Estoy editando este capítulo hoy. Si ven esto pidan un deseo.


-¡Dallas!- Me sonrió el pelinegro.

-Hey, hola Edson.- Le devolví la sonrisa.- Adelante, pasa.

Una vez que entró el pelinegro me encontré de nuevo con una de las miradas que más me pone nervioso, la de Dylan.

-¿Qué hace éste aquí?- Frunció el entrecejo, dirigiéndose a Edson.

-Te envié un mensaje, por si no sabías.- Me crucé de brazos.

Después de decir eso, un ridículo tono de celular sonó.

-Ah, me acaba de llegar.

-¡Enhorabuena!- Dije sarcástico.

-Que buenos ánimos tienes...

-¿Piensas quedarte ahí parado o vas a pasar?

-Woah, ¿Qué le pasó al dulce y pequeño Johnson?- Sonrió mientras entraba a la casa.

-No molestes, idiota.- Lo miré con desdén.

-Así que esto es un hogar.

-¿Eh?

-Es que es muy... acogedor.

-Es pequeña, pero tiene esa sensación de estar en casa.- Añadió Edson.

-Vale chicos, parece que nunca han visto una casa.- Sonreí.

-No entiendes...- Murmulló Dylan.

Quería preguntar: "¿Entender qué?" Pero Dylan tenía una expresión vacía, no me gustó como cambió su estado de ánimo. ¿Este chico tendría algún problema? No, no lo creo, su vida es perfecta.

Pero aún así no quiero ver a Dylan hacer ese gesto de dolor otra vez, así tenga que reprimir mi incomprendida curiosidad.

-¡Dallas!- Se escuchó el estruendoso grito de mi hermana desde su recámara.

-Eh... siéntense, pónganse cómodos, ahora vuelvo.- Subí a toda prisa las escaleras en dirección a la habitación de Donna.

-¿Qué?- Dije con la respiración entrecortada.

-¿Ya llegaron?- Preguntó mientras entreabría la puerta. Sus mechones castaños claros posaban detrás de sus respectivas orejas.

-Eh... sí, están abajo.

-Vale, dile a Edson que suba a mi habitación.

-Eh... ¿Por qué no hacemos el trabajo abajo?

-¿Hacemos? Tu estás con Dylan y yo con Edson.

-Ya sé... pero, ¿Y si mejor lo hacemos juntos?- Sonreí fingidamente.

De alguna u otra forma tengo que juntar a Monroe con Donna.

-¿Piensas que estaría bien?

-Eh, sí, claro.

-Vale...- Suspiró Donna.- Bajemos.

Nos dirigimos cuesta abajo y pude notar las miradas de mis dos compañeros de clase, la expresión de Dylan había cambiado drásticamente en cuestión de un par de minutos, y por su parte, Edson desvió la mirada indiferente. Obviamente no me estaban mirando a mí, sino a mi hermana.

Debo admitirlo, hoy se ve muy linda.

El silencio reinó en la sala de estar.

-Bueno, ya que estamos los cuatro, ¿Por qué no hacerlo juntos?- Dije rompiendo la tensión.

A MESS [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora