No todo es para siempre

3.9K 341 45
                                    

Dallas

Abrí los ojos confundido, no tenía remota idea de dónde me encontraba. Por una extraña razón me tomó un par de segundos recordar que iba en camino a la casa de mi tía, "mi nueva casa". Pausé "Mixtape #2" de Stray Kids, un grupo de chicos coreanos que había encontrado accidentalmente en Youtube. A pesar de que tuve que buscar la letra después de que la escuché por primera vez, rápidamente me enamoré de la canción.

Me quité los audífonos y los guardé junto con mi reproductor en mi mochila. El cielo a través de la ventana del autobús se veía demasiado hermoso como para no ser capturado por una foto. Busqué mi celular en la mochila pero por más que movía mi suéter y mis carpetas una y otra vez no lo encontraba.

—Mierda —mascullé. Saqué todo lo que estaba dentro y una vez más no lo encontré—. ¡Oh Dios! ¿Dónde lo dejé?

Me sacudí el cabello con frustración, tratando de recordar dónde maldita sea lo había olvidado. Masajeé mi cien, sintiendo como el dolor de cabeza me atormentaba una vez más, amenazando con apoderarse de mi estado de ánimo todo lo que restara del día.

—¡Maldición! —Resoplé apretando los puños. Una señora del otro lado del autobús me miró desaprobatoriamente.

Observé de nuevo la ventana, pero ésta vez el cielo ya no era hermoso. Había perdido su magia, así como yo había perdido mi celular. Reconocí unas casas del vecindario de mi tía y me levanté resignado para bajarme.

***


Toqué la puerta con menos ánimos de los que usualmente tengo al estar en una clase de matemáticas, haciendo una nota mental de sacar un juego de copias. Una Donna con una sonrisa de oreja a oreja me recibió, su sonrisa me irritaba por alguna extraña razón.

—¿Por qué estás feliz? —cuestioné serio.

—Ven, siéntate —dijo, después de abrazarme.

—No entiendo, ¿qué te tiene tan feliz?

—Sólo siéntate, idiota.

—¿Y bien? —La miré aburrido, después de haber hecho lo que me pidió.

—¡Llamaron de la cafetería!

—¿Eh?

—¡Te dieron el trabajo!

¿Qué? La observé con los ojos entrecerrados, sospechando que me estuviera mintiendo.

—No es broma —Me pegó en el brazo.

—¡Auch! —Me quejé, aún analizando lentamente sus palabras.

—Llamaron hace media hora, dijeron que te habían llamado al celular pero que no contestaste, así que llamaron al otro número de teléfono que les dejaste. O sea, el de aquí.

—Bueno, no contesté porque aparentemente perdí mi celular.

—¿Qué? ¿Cómo lo perdiste?

—No tengo idea dónde lo dejé —Me encogí de hombros.

—Bueno, eso no importa. Lo que importa es que ya conseguiste trabajo.

Asentí con la cabeza, aún incrédulo.

—Aunque quiero que sepas que no vas a ser el único, ¿okey?

—¿Cómo que no voy a ser el único?

—Dallas, estamos en la misma situación. No voy a dejar que cargues con esto tú sólo.

—Donna, yo--

A MESS [EDITANDO]Where stories live. Discover now