A MESS [EDITANDO]

¿Dallas es gay?

*Dylan*

-¿Puedo preguntar sobre tu madre? –pregunté.

Dallas no contestó.

-Lo siento, no debí preguntarlo -dije, un poco decepcionado.

En el fondo tenía la esperanza de que contestara.

Levantó la mirada hacia mí, y el corazón se me partió. Es que, joder, parecía un niño indefenso. Tenía los ojos rojos y las pestañas todavía húmedas. Quedé perplejo al ver al alegre y penoso Dallas con esa expresión en su rostro: Dolor.

Desvió el contacto visual y en un impulso me atreví a tocar ligeramente su rostro, pasé con delicadeza mis dedos por su mejilla. Su expresión cambió a una de confusión.

-¿Qué haces? -musitó.

-No lo sé -admití con una sonrisa nerviosa.

Y lo juro, no sabía qué estaba haciendo. Había actuado inconscientemente... No estaba pensando con claridad.

Cerró los ojos unos segundos y luego se levantó.

-Ya acabó el descanso -masculló, y se fue.

-¿Qué diablos me pasa? -pensé en voz alta, mientras me tallaba con frustración la cara con ambas manos.

*Dallas*

Cuando preguntó sobre mi madre de verdad no pude contestarle, tenía un nudo en la garganta y realmente no quería que me viera llorar, sería patético. Y sí, lloré, pero al menos no me vio. Mi dignidad sigue casi intacta.

-Lo siento, no debí preguntarlo -volvió a decir, con notable decepción.

Quité mi cabeza de su hombro con la intención de mirarlo, pero nunca imaginé que él tuviera su mirada fija en mí. Con lo rápido que han pasado las cosas no me había percatado de que estamos los dos solos, acostados en el césped, sin ninguna distancia entre nosotros. Podía sentir su cálida respiración en mi cabeza.

Desvíe la mirada antes de que se me pusiera la cara como un tomate, pero de pronto sentí su contacto en mi cara. Y eso fue lo que hizo poner a mi corazón palpitar como loco. Estaba acariciándome la mejilla, y tenía una mirada extraña.

En cualquier momento me daría un infarto.

-¿Qué haces? -musité, agradeciendo de que no pudiera escuchar los latidos de mi corazón.

-No lo sé -admitió con una sonrisa, pero fue diferente a todas las veces que había visto su sonrisa.

Cerré los ojos para disfrutar de su contacto (por alguna extraña razón), pero los abrí segundos después al volver a la realidad, mi cabeza no paraba de albergar ideas raras sobre esto.

Me levanté inmediatamente con la excusa de que había acabado el descanso, pero en realidad no había escuchado sonar la campana.

*
Salí corriendo a la entrada de la escuela cuando Blake me alcanzó en el pasillo.

-Dallas, necesitamos hablar.

-Blake, ahora no -traté de evadirlo.

Tenía la cabeza llena de ideas locas sobre Dylan, el corazón latiendo desenfrenado e infinitas ganas de hacerme bolita en mi cama y quedarme ahí para siempre.

-Es importante -insistió.

-¡No puedo! –grité- ¡Déjame en paz!

Ya no podía seguir ahí, ya no aguantaba.