Consecuencias

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Información actual:

Dallas aún no pierde el conocimiento. 

Dayana y Carrie se quedaron a dormir en casa de Shina y Emma.

Blake inscribió con éxito a Alicia.


En el camino a casa nadie dijo nada, ni una sola palabra. ¿Qué es esta atmósfera? Bueno, no los culpo, David acaba de agarrarse a golpes con Douglas. Aún no podía creerlo, sonaba como chiste pero es anécdota. David debe medir como... ¿Uno setenta? Y se atrevió a meterse con el gigante de uno noventa y algo. Esta noche el gemelo se ganó mi admiración y respeto.

Mientras seguía pensando en cosas divertidas, como la cara de vergüenza de Douglas cuando Dylan lo exhibió llamándolo crío y demás, empecé a tener mucho sueño. No sabía si era porque íbamos a una velocidad tan rápida pero todo me daba vueltas, incluso no podía enfocar bien la cara de los que iban a mi lado.

—¡Dallas! —Me despertó una voz.

—¿Mmm?

—Despierta, ya llegamos.

—¿A dónde? —Abrí un ojo, reconociendo la fachada de la casa.

—A la maldita casa, ¿a dónde más?

—Ugh, qué ruidosa eres en serio —Me quejé.

—Sí, sí. ¡Baja ya del maldito auto! —Jaló fuertemente mi brazo pero mis piernas respondieron tarde. Mi cuerpo se sentía extrañamente muy ligero, como si no tuviera control de el. Y caí.

—Ayuda... Ayúdame —Me acosté sobre la acera. Ya no estaba dentro del taxi, sino en una superficie plana, y aún así el mundo no paraba de girar.

—¿Pero qué...? ¿Qué estás haciendo?

—¿Está muerto? —Escuché preguntar a alguien. ¿Edson? ¿Scott? No lo sabía a ciencia cierta. David estaba en un peor estado que yo, así que dormía plácidamente en el asiento trasero.

—Tengo sueño.

—¡Dios! ¡Siempre tienes sueño! ¿Te vas a levantar o quieres que te deje ahí tirado?

—Cárgame —Extendí los brazos hacia ella.

Un par de risas se escucharon en el fondo, haciéndome reír también.

—Vale, vale —dije, levantándome con dificultad. Era como Bambi aprendiendo a caminar. Al final terminé por apoyarme en la pared junto a la puerta. Había hecho un gran esfuerzo, ¿okey?

—Te ves tan patético que quiero llorar.

—Bueno, si tú estuvieras tan tomado como él, estarías igual o peor —musitó Edson. Donna sólo lo miró con desdén. Ya era muy tarde y lo único que todos queríamos hacer es dormir, era obvio que estuvieran irritados. Yo no estaba ayudando del todo, y Edson y Scott sólo estaban esperando a que entráramos a nuestra casa.

—Bueno, pero no lo estoy. No soy tan estúpida.

—¿Lo estás llamando estúpido sólo por querer divertirse?

—¿Divertirse? No sé qué concepto tienes de diversión pero yo no necesito tomar para divertirme. Además —Hizo una pausa, observándome con molestia—, ve qué pasa por divertirse.

—Agh, diablos, quiero vomitar —Interrumpí lo que sea que fuese eso, sintiendo un sabor desagradable en mi boca. Mi saliva produciéndose más de lo normal era un signo de que sin duda iba a vomitar tarde o temprano.

A MESS [EDITANDO]Where stories live. Discover now