A MESS [EDITANDO]

Explicaciones...

Muy importante leer la nota del final. 

*Dallas*

Bajé de su auto que aparcó en el estacionamiento de enfrente de la escuela y la señora de la limpieza se nos quedó viendo raro. En serio, fue súper raro.

Entramos a la escuela y todo volvió a ser igual. Dylan se fue con sus amigos populares y yo me escondí de mis amigos no populares.

Donna probablemente me mate y luego me reviva para volver a matarme.

Sonó el timbre del primer descanso y todos los alumnos y maestros comenzaron a salir.

Abrí mi casillero para guardar mis cosas cuando sentí la presencia de alguien a mi costado. Edson.

-Hola -me saludó.

-¿Qué quieres? -pregunté cortante.

-Quiero disculparme contigo... Dallas.

-¿Estás de broma?

Obviamente me estaba molestando.

-En serio, lo siento, no sé qué me pasó ayer –musitó, con una expresión de arrepentimiento.

-Edson, te portaste condenadamente raro –admití.

-Lo sé, por eso quiero disculparme –se rascó la cabeza nervioso.

Iba a decir algo cuando de la nada me abrazó.

-¿Q-qué haces? –pregunté sorprendido.

Realmente me había tomado por sorpresa.

-Pensé que habías aprendido la lección, Dallas -escuché a Dylan, y rápido rompí el abrazo de Edson.

-¿Por qué rayos me abrazaste? -Inquirí.

-Quería mostrarte mi arrepentimiento –sonrió sospechosamente.

-¿Arrepentimiento? –preguntó el rubio.

-Está bien, Edson. Sólo no me abraces.

Éste me sonrió.

-Genial.

Dylan alzó una ceja.

-Dal---

-¿Dylan? ¿Cuándo llegaste? -lo interrumpió Douglas.

-No tiene mucho... -mencionó, después de un largo suspiro.

-¿Qué haces con estos perdedores? Melanie te está buscando, dice que no le contestabas las llamadas.

-Lo siento, ya voy -Me hizo un ademán de despedida y se fue.

-No nos ha defendido cuando Douglas nos llamó "perdedores" -masculló Edson.

-Yo también me voy, Ed, Donna debe estar preocupada –ignoré su comentario, y me dirigí a buscarla a la cafetería.

La divisé sentada con sus amigas y Scott, Blake y David conversaban con ellas.

-Hola –saludé cuando estaba cerca de ellos.

Todos guardaron silencio.

-Adiós... -Y con la misma me dispuse a irme, hasta que Donna se levantó de su asiento y se dirigió hacia mí.

-¡Dallas! ¿Qué rayos pasa contigo? –gritó, tan fuerte, que me dio vergüenza estar rodeado de tanta gente.

-¿Sabes lo preocupada que estaba? ¿Dónde rayos estuviste? ¿Por qué no contestabas mis llamadas? ¿Por qué Blake no me quiere contar nada? –siguió interrogándome, pero bajó la voz al notar muchas miradas curiosas.