No hablemos más

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Blake

Una semana entera y lo único que había conseguido de Dallas fue un mensaje que decía "no me busques", de hace dos días. Parecía que sólo había prendido su celular específicamente para enviar ese mensaje porque después no recibí más señales de él desde entonces.

Las amigas de Donna me habían dicho que ya se había contactado con ellas pero que no explicaba por qué de repente había dejado de venir a la escuela, lo que es más raro de todo.

Aunque los primeros días se sentía un poco extraño, ya que nos vimos obligados a "convivir" más entre nosotros a la hora del almuerzo, pronto David, Edson y Carrie mostraron más sus personalidades, haciendo reír a las amigas de Donna, incluyéndome a mí. Carrie y David son la representación de Tom y Jerry en la vida real, y Edson siempre parece tener algo que decir. Lo más gracioso sin duda es cuando los gemelos y Scott se alían para molestar a Carrie, quien sólo vira los ojos.

Mientras tenía la vista perdida en los árboles que están afuera de la cafetería, sentí la penetrante mirada de Monroe, quien desde su mesa me observaba inexpresivo. ¿Cuál es su problema? Negué con la cabeza en un intento de ignorar su existencia y en su lugar volví a poner atención a la conversación entre Shina, Emma y Dayana, quienes contaban cómo se habían hecho amigas. Scott, Carrie y Edson escuchaban atentos, mientras que David parecía estar en su propio mundo, dando una mordida a su sándwich de vez en cuando.

La silla a mi lado se movió con brusquedad y unos ojos miel se clavaron en mí, haciéndome sentir un poco intimidado. En el asiento de Dallas estaba sentado Dylan Monroe, y no parecía muy contento, como si el hecho de estar respirando el mismo aire que yo le irritara.

—¿Dónde está Dallas? —dijo, ignorando el hecho de que media cafetería lo miraba con curiosidad y que en nuestra mesa todos estaban perplejos.

—¿Ah?

—Es imposible que no me hayas escuchado —Chasqueó la lengua y luego se recargó en el respaldo de la silla, luciendo aún más irritado.

—Está en su bolsillo del pantalón —musitó sarcástico David.

—¿Qué dijiste?

—En su-- —Carrie le tapó la boca al pelinegro, casi sintiendo que se metería en problemas.

—No sé dónde está, pero es evidente que no quiere que nadie sepa —Intervine.

—¿Eres su mejor amigo y no sabes por qué no ha venido a la escuela?

Suspiré cansado, tratando de no perder la paciencia.

—Mira, en verdad no lo sé —Masajeé mi cien.

—Puedes irte ya —espetó David.

El rubio lo asesinó con la mirada, y luego volteó a ver a Edson.

—Wow, lo odioso es genético.

—¡Oye! —protestó Carrie.

—Lo siento, Carrie. Tú eres una excepción —Sonrió de lado y luego me volvió a hablar—. Si logras comunicarte con él le dices que me llame.

—¿Por qué lo haría? —pregunté, todos miraban expectantes.

—Es entre Dallas y yo. No tengo por qué decirte.

—¿Enserio? —David gruñó—. ¿Estás pidiéndole un favor y lo tratas así?

Monroe volvió a mirar al pelinegro, luciendo cada vez más fastidiado de su presencia.

—Dylan, si no querías problemas debiste empezar por hablar con Blake a solas —comentó Carrie.

—No seas así, Stone —Se cruzó de brazos el rubio—. Sabes que somos amigos.

A MESS [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora