Tutor asignado

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Por alguna extraña razón me levanté primero que Edson. Pestañeé un par de veces tratando de acostumbrarme a la luz de la habitación y luego me levanté con torpeza. Edson dormía plácidamente con una expresión de serenidad en su rostro, así que cogí mi ropa evitando hacer ruido y salí de la habitación para ir a ducharme. Cuando salí del baño mi madre se sorprendió.

—¿Vas a ver a alguien?

—¿Por qué lo preguntas?

—Es inusual que te levantes primero que Ed.

—Sólo ya no tengo sueño.

—¿Seguro? —Me miró pícaramente.

—¿Por qué mentiría?

—Es verdad —dijo con una sonrisa mientras sacudía mi cabello húmedo. Segundos después se fue aún con la sonrisa en su rostro.

¿Qué pasa con ella?

Al entrar a mi habitación me encontré con una versión zombie de Edson. Ya que él siempre se levanta primero nunca tengo la oportunidad de ver su apariencia por la mañana, y hoy fue una de las pocas ocasiones que tuve la oportunidad. Su pelo negro estaba parado en todas las direcciones posibles y aún no podía abrir bien los ojos, como si los tuviera pegados.

—¿Qué es tan gracioso?

Pensé que había sido disimulado pero mi sonrisa divertida no pasó desapercibida.

—No, nada —Mordí mi labio inferior para ahogar una risita.

—¿Te estás riendo de mí?

—¿No? —Me aclaré la garganta.

—Como sea, me voy a bañar —Anunció aún somnoliento.

—Ah, por cierto...

—¿Qué?

—Ya no hay agua caliente.

Se paró en seco y luego me miró por encima del hombro.

—Eres cruel —Sonrió de lado—, pero justo.


Mi madre me había preparado un omelette y cortado fruta. Demasiada fruta. Ni papá ni David se encontraban en la mesa, sólo mamá y yo, quien no dejaba de verme extrañamente. Justo cuando estaba acabando de dar el último bocado, sonó el timbre. Carrie.

Con pasos lentos me dirigí a la puerta, para encontrarme con la peli café peleando con el cierre de su suéter. Demasiado concentrada como para levantar la mirada.

—Parece atascado —Noté lo obvio.

—¡Hola Eds--! —Cerró la boca cuando llegó a la mitad de su nombre. No terminó la frase pero era obvio lo que iba a decir.

—Hola Carrie.

—¿Hola? —Olvidó su suéter por un momento para mirar a mi madre—. En verdad esto es una sorpresa, usualmente tú no me abres la puerta por la mañana.

—¿Debería cerrarla de nuevo y esperar a que alguien más te abra?

Rio.

—Definitivamente David.

—¿Uh? ¿No te habías dado cuenta ya?

Me di la vuelta y recogí mi plato y cubiertos para lavarlos.

—También nunca desayunas aquí y no dices "hola Carrie" como si no me odiaras.

—Vale, ya para —La corté.

Eso me hace sonar como una horrible persona.

—¿Entonces qué pasó hoy? ¿Te caíste de la cama?

A MESS [EDITANDO]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu