240: Amor paternal

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Las palabras del segundo maestro hundieron a toda la familia en silencio.

Tomó mucho tiempo para que Sun-shi se recuperara de la conmoción y progresara al pánico.

—¿Cómo puede ser eso? ¿Cómo puede el emperador ser tan cruel? Mi hija Yi es una chica joven y, aunque no puede casarse con ella debido a la voluntad de la gente, ¡no puede arruinar el resto de su vida de esa manera!

El color también había desaparecido del rostro de la vieja señora. Después de una catástrofe, la familia tenía menos descendientes. Así que la anciana prestaba más atención a la sangre restante. Qin Yining era la única hija oficial de su amado primogénito, ¡contaba con que ella ingresara al palacio, para que el estatus de la familia Qin pudiera aumentar constantemente! ¿Por qué había sucedido algo como esto en su lugar?

—¡Esos traidores del Gran Zhou son demasiado despreciables! ¿Por qué hicieron esto? ¡Dañar a los demás sin beneficiarse a sí mismos y hacer que mi nieta Yi no pueda ser la emperatriz! Cielos, ¿por qué mi vida es tan dura? ¿Porqué es tan dificil? —La vieja señora se lamentó y se golpeó el pecho.

La segunda señora también se secó las lágrimas.

—El Gran Zhou es despreciable y la gente se engaña al creer esos rumores. ¡Nuestra pobre sobrina se verá envuelta en todo esto! Ella acaba de alcanzar la mayoría de edad, ¿tendrá que ser monja por el resto de su vida?

Sun-shi agarró frenéticamente la mano de Qin Huaiyuan.

—¡Mi señor, piensa en algo! ¿Qué hará nuestra hija? ¡Nuestra pobre hija!

Todos miraron expectantes al marqués. Su posición como cabeza de familia se había solidificado aún más después de algunas catástrofes y la familia confiaba en él aún más.

Qin Huaiyuan frunció el ceño seriamente.

—No hay necesidad de entrar en pánico todavía. El emperador pudo haber decretado que mi hija Yi entrara en la vida monástica sin tener que cortarse el pelo, pero no figura en los registros oficiales. También vive en una residencia real que solo ha recibido un nuevo nombre temporalmente. La identidad de mi hija Yi es simplemente la de un taoísta laico.

Ese análisis calmó a la familia e hizo que sud mentes funcionaran nuevamente.

Las tradiciones de las escuelas taoístas eran diferentes, y cada escuela se dividía en dos tipos de taoístas: los taoístas monásticos y los taoístas laicos.

Los taoístas monásticos necesitaban vivir en el templo, abstenerse de carne y vino y de casarse. Este era el camino que recorría la sacerdotisa Liu.

Los taoístas laicos disfrutaban de mucha más libertad. Podían vivir en el monasterio, o vivir en otro lugar. Podían disfrutar de la carne y el vino y casarse si lo deseaban. Los que seguían este camino daban mucha importancia a que el hijo se hiciera cargo del negocio familiar y del legado familiar.

El análisis sereno de Qin Huaiyuan restauró completamente la racionalidad para todos.

—Parece que el emperador todavía tiene la mirada puesta en la sobrina Yi. —El tercer maestro mayor, después de haber estado callado todo este tiempo, frunció el ceño—. Si él realmente no quisiera que ella se casara, la hubiera obligado a ser una taoísta monástica. Pero él solo ha decretado que ella sea laica, dejándole algo de espacio para maniobrar.

—Precisamente. —La anciana se relajó y su tristeza se transformó en alegría—. ¿Entonces eso significa que el emperador hizo que la residencia real cambiara su nombre por el de Templo Xuansu para que las cosas fueran más convenientes para él? ¿Entonces todavía favorece a mi nieta, pero solo se ve obligado a hacer todo esto por la voluntad de la gente?

El regreso de la golondrina [Parte 2]Where stories live. Discover now