El regreso de la golondrina [Parte 2]

345: Víspera de Año Nuevo

Qin Yining sabía cuánto dolor y angustia había debajo de su prestigio superficial. Con el corazón desconsolado, tomó su mano cuando escuchó su autodesprecio.

—Nunca se ha cuestionado a los héroes sobre sus orígenes. Has arriesgado tu vida por tu actual prosperidad. Lo ganaste con las cicatrices en tu cuerpo y tus logros militares. No tienes necesidad de acurrucarte bajo el manto de los Pangs. ¡Eres un noble de primera generación que construyó su éxito con sangre, sudor y lágrimas! Sé que si el general Pang supiera de tu existencia, estaría orgulloso de ti.

Su voz era suave, pero su tono tenía un firmeza inalterable que calentó las profundidades del corazón de Pang Xiao. Él era solo un humano al final del día; había ocasiones en las que también era frágil e inseguro de sí mismo. Conmovido por la comprensión, Pang Xiao se sintió impulsado a desnudar su alma a su chica.

—A pesar de que ese es el caso, todavía soy un bastardo al final del día... cuando mi madre oficial ingrese a la mansión, la residencia interior seguramente se convertirá en un desastre. También me preocupa que mis abuelos y mi madre no puedan manejarla.

—¿Y qué si la señora oficial de Pang aparece de repente? Ella era la señora de la mansión del general Pang, pero actualmente tú eres el Príncipe Zhongshun de Primer Rango. La mansión del general ya no existe y la del príncipe está en su mejor momento. Depende de ti cómo quieras tratarla. Está bien, podemos manejar la preocupación de que ella intimide a tu madre. Simplemente dale un patio del complejo y asegúrate de que se atiendan todas sus necesidades. ¿Te obligará el emperador a respetarla como cabeza de familia?

—Te apuesto a que eso es exactamente lo que quiere —Pang Xiao sonrió con pesar—. La mansión del general no sabía de mi existencia y mi nombre no estaba en los registros familiares. Si no fuera por izar la bandera militar del general Pang, no habría hecho que el señor Zheng viniera a buscarme . Mi madre ya había tomado la decisión de no contarme nunca mi identidad, para que yo pudiera vivir una vida feliz y sin preocupaciones.

La ira hirvió en Qin Yining cuando escuchó eso.

—¡¿El emperador es un hombre o no?! ¿Por qué ha metido las manos en la residencia interior no solo una o dos veces, sino una y otra vez?

Dejando de lado las diez bellezas en la residencia interior de Pang Xiao, ¿cuánto combustible a las llamas había agregado Li Qitian en esa farsa con la princesa Anyang?

Sin mencionar que la familia del príncipe era invitada al palacio cada vez que él se embarcaba en una campaña. Por supuesto, la razón oficial era mostrar amabilidad y piedad filial hacia los mayores de un hermano, pero en realidad, era para mantener como rehén a la familia de Pang Xiao.

Qin Yining habría sido capaz de admirar la capacidad de tramar y conspirar libremente de Li Qitian, pero sus acciones realmente evitaron que ella tuviera una buena impresión

—Nada de eso importa. Solo tenemos que estar alerta y confrontar a los soldados con armas y al agua con una presa de tierra [1]. En cuanto quién decepcionó a quién y quién sufrió más, todo eso pertenece a la generación anterior. El general Pang ya no está en este mundo y no tiene sentido objetar nada de eso. Lo más importante es llevar una buena vida en el futuro.

Pang Xiao asintió levemente con la cabeza y apretó su agarre alrededor de Qin Yining.

Los dos se apoyaron en silencio el uno contra el otro, luego susurraron durante un largo rato antes de que el príncipe se alejara silenciosamente.

Durante el siguiente período de tiempo, toda la capital se bañó en la alegría del inminente año nuevo.

Para el Gran Zhou, la paz reinaba bajo los cielos, el país era próspero y su gente vivía a salvo. Los tártaros estaban demasiado ocupados con los disturbios civiles para llevar a cabo su hostigamiento habitual, lo que provocó una tranquilidad prolongada en la frontera norte. La mayor parte del Gran Yan se había fusionado con el territorio del Gran Zhou, por lo que la calma también reinaba en el sur.